El uso de la pirotecnia es parte de la tradición durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, pese a que las campañas de concientización lograron reducir su uso de manera considerable en los últimos tiempos. Sin embargo, los estruendos y las celebraciones provocan que las mascotas atraviesen una situación traumática.

Ocurre que el sentido auditivo de los animales, sobre todo en los perros, amplifica los ruidos y les provoca ansiedad. Por ello, las consecuencias pueden ser graves tanto a nivel físico como emocional: suele ser común que los canes, aturdidos, busquen esconderse bajo el cobijo de sus dueños o abajo de la cama hasta que pase la peor parte de los festejos.

Por supuesto, esa circunstancia genera que los propietarios tampoco puedan disfrutar a pleno de la experiencia. Eventualmente, el efecto de los fuegos artificiales sobre los cachorros va desde el estrés intenso hasta la sudoración excesiva, pasando por la hiperventilación y los latidos acelerados. Además, por la ansiedad, pueden experimentar comportamientos inusuales preocupantes.

La inseguridad, la desorientación y las crisis de pánico se deben a que los perros son capaces de percibir frecuencias más altas en cuanto a los sonidos, a diferencia de los seres humanos. Así, cada estallido resulta más intenso y fuerte: muchos, de hecho, acaban padeciendo trastornos digestivos y problemas cardíacos crónicos.

En ese contexto, hay algunos consejos clave que se pueden seguir para generar un espacio seguro para las mascotas y que mitiguen las consecuencias del miedo a los ruidos que provoca la combustión. Lo mejor, en todos los casos, es consultar con un veterinario de cabecera con el objetivo de que adapte los tips a las necesidades del can.

Crear un lugar acogedor

El primer punto, acaso uno de los más fundamentales, es designar un espacio seguro, tranquilo y cómodo para que nuestro amigo pueda refugiarse. Cabe destacar que el sitio tiene que ser lo más oscuro posible, sin ventanas, y con algún objeto que pueda reconocer fácilmente para jugar o distraerse.

Adquirir un chaleco de ansiedad

Recientemente, se elaboraron unos chalecos de ansiedad que ya están a la venta en la mayoría de los pet shops: son un tipo de ropa que realiza una presión suave sobre el cuerpo del cachorro, ayudando a calmar sus emociones negativas.

Poner música relajante

La música relajante, con tonadas suaves como la clásica o los sonidos de la naturaleza, pueden ayudar a la mascota a modificar su estado y serenarse. Por lo pronto, hay varios videos en la plataforma YouTube que pueden ser útiles.

Conseguir un dispenser de golosinas y hacer juegos interactivos

Otra buena alternativa es conseguir un dispenser de golosinas para captar la atención del perro y hacerlo abstraerse del exterior, para que pueda estar enfocado en las cosas que disfruta. A su vez, brindarle juguetes para morder o una propuesta interactiva surgen como opciones innovadoras interesantes.

Consultar con un terapeuta conductual y un experto médico

Hay terapeutas conductuales que trabajan con los cachorros de la mano de un conjunto de técnicas para cambiar su comportamiento: los profesionales corrigen actitudes no deseadas y, a su vez, pueden derivar a los perros a un experto médico para recomendar el uso de medicación y suplementos en esas circunstancias.

Realizar la técnica “Tellington Touch” con una venda

Ya que los canes consideran a los estruendos como una amenaza, se aconseja utilizar un mecanismo llamado Tellington Touch: se debe vendar estratégicamente algunas zonas, colocando la tela a la altura del pecho, cruzar los extremos alrededor del cuello en la espalda y hacer lo mismo en la espalda baja. De todas formas, el mecanismo no sirve para gatos.