El planeta, que no tiene relación con el regreso de Plutón a la categoría planetaria, es un cuerpo completamente nuevo, con una masa estimada entre cinco y diez veces la de la Tierra. Su existencia fue deducida tras analizar el movimiento anómalo de objetos transneptunianos (TNOs), cuya órbita sugiere una influencia gravitacional que no puede explicarse sin este planeta.
El equipo de Batygin proporcionó pruebas sólidas basadas en el comportamiento orbital de los TNOs, cuerpos helados que orbitan en las zonas más lejanas del Sistema Solar. Sin embargo, el planeta permanece fuera del alcance de los telescopios actuales debido a su lejanía y al escaso reflejo de luz solar.
Ante este desafío, la NASA planea desarrollar un telescopio de última generación que permita rastrear el cielo con mayor precisión y confirmar visualmente la presencia de este planeta.