Por ser un sandwich formado por una o más capas de vidrio, intercaladas con una o más capas de polivinil butiral (PVB), unidas por un proceso de presión y calor, el vidrio laminado es el preferido en la actualidad. Esto se debe a que es un material vítreo resistente, de excelente desempeño, que conserva la transparencia original del vidrio.
Por un lado ofrece seguridad porque en caso de rotura sus fragmentos quedan adheridos al PVB, evitando lesiones y caídas a través del vano. Si bien es más caro que uno común no hay que dejar de tener en cuenta el riesgo que significa un cristal sin este tipo de tratamientos.
Por otro lado da mayor seguridad ante robos porque constituyen una verdadera barrera y requieren menor mantenimiento; también permiten mayor libertad en el diseño de la fachada al prescindir de rejas, cortinas u otros.
Como si estas ventajas fueran pocas se suma el buen comportamiento acústico del vidrio laminado que se debe a la debilitación de la energía de la onda de sonido cuando atraviesa el conjunto de vidrio + PVB + vidrio. Siendo el sonido una combinación de energía acústica a diferentes frecuencias, es necesario para un buen control sonoro, la posibilidad de atenuar al mismo en un amplio rango de frecuencias
Protección térmica
El uso de vidrio laminado con PVB de color, permite controlar la ganancia de calor, reducir la energía solar transmitida y disminuir los coeficientes de sombra del vidrio. Así ejerce una excelente protección térmica, ya que hay mayor absorción de la energía solar incidente, contribuyendo a la reducción de la ganancia térmica y optimizando la climatización de los ambientes.
También el sistema opticolor ofrece al mercado la posibilidad de tener vidrios de todos los colores mediante la combinación de láminas de PVB Saflex de color.
Comportamiento
El vidrio laminado ofrece dos importantes propiedades estructurales. Primero, es tan fuerte como el monolítico del mismo tipo y espesor ante presiones laterales de corto tiempo (presiones de viento). Segundo, el vidrio laminado retiene algo de fuerza estructural posterior a su rotura y, si está bien sujeto al marco de la ventana puede proteger la integridad del edificio hasta su reemplazo. La fuerza equivalente con los vidrios monolíticos ha sido establecida por pruebas de naturaleza destructiva (pruebas de falla) y no destructivas (prueba de medida de esfuerzo). Las pruebas adicionales de vidrios laminados después de la rotura producida por escombros llevados por el viento o por causas inexplicables han probado que el vidrio laminado cumple un papel estructural soportando la presión del viento y, lo que es más, permanece en las aberturas aún trizado.
