Cada cuota mensual de las socias adherentes, más las donaciones de las integrantes de la comisión directiva a la "bolsa de las monedas" (una especie de limosna voluntaria que juntan una vez por mes) y los aportes de gente devota que decide devolverle los favores al apóstol a través de sumas de dinero, tuvieron como destino una heladera flamante y a estrenar que ya sirve para refrigerar la copa de leche que reciben los 37 alumnos de la escuela primaria de Huanacache. Es fue una donación de las integrantes de la Conferencia de Trinidad San Vicente de Paul a este establecimiento, muchas veces olvidado pese a las muchas necesidades del lugar.

Bastó una sencilla nota y enterarse por boca de la directora de la escuela Olegario Víctor Andrade de la realidad de la zona de Huanacache, para resolver a dónde iría a parar la donación del 2010, especial por cierto, ya que fue en honor al 350 aniversario del fallecimiento del Apóstol de la Caridad, San Vicente de Paul, que ocurrió un 27 de septiembre de 1660. Las señoras tan creyentes consideraron que esta vez, por ser una fecha simbólica, la donación debía ser importante y de gran utilidad. Por eso se propusieron juntar los más de 2000 pesos que costó el electrodoméstico.

"Conocimos esa institución educativa hace algunos años ya, cuando se pusieron -como tantas otras escuelas- en contacto con nosotras. Es que se enteraron de nuestra labor solidaria y no pidieron ayuda. Aquella vez les donamos una cocina y ahora, nos propusimos juntar mucho dinero para poder comprarles la heladera que tanto necesitaban", cuenta Elida Castro de Caruso, quien lleva 30 años en el cargo de presidente de la entidad, a pedido de sus pares.

Tanto la cocina (hace 2 años) como ahora la heladera, resultaron de vital importancia para la escuela donde todavía se entrega la copa de leche a los alumnos, que en general son descendientes de familias indígenas. "Si bien mucha gente tiene trabajo, una ayuda alimentaria es fundamental porque son familias muy carenciadas. Por eso la heladera nos vino como un regalo del cielo ya que nos sirve para mantener fresco el refrigerio que les damos todos los días, gracias a los alimentos que nos aportan desde el Ministerio de Desarrollo Humano. En este lugar, donde el calor ya se empezó a sentir, una heladera no es un lujo sino una necesidad ya que las temperaturas son muy altas", contó agradecida Alicia Arancibia de Méndez, la directora de la escuela beneficiada, donde hasta hace poco también se entregaba el almuerzo diario pero que por decisión oficial se dejó de repartir.

"Nosotras tenemos muy presente la historia de San Vicente que ayuda a todos los enfermos, discapacitados y desvalidos. Por eso, queremos de algún modo seguir sus enseñanzas regalando objetos nuevos y de utilidad. Esta es nuestra principal satisfacción ya que entendemos que todos podemos ayudar un poco para que los demás vivan un poco mejor. Es más con ayuda de San Vicente de Paul hacemos estas donaciones, generalmente para escuelas alejadas que son las que más necesitan", aclaran las señoras de la comisión. Y realmente no se equivocan porque ahora como en la institución educativa cuentan con este electrodoméstico pueden refrigerar desde agua fresca hasta arroz con leche, leche chocolatada, entre otras meriendas. "Las mamás de los niños se han entusiasmado y nos han propuesto que van a traer gelatinas por ejemplo. Esto es muy bueno porque con un simple elemento se ha movilizado a la comunidad que está por demás agradecida con esta donación", agrega la docente de la escuela ubicada a 82 kilómetros de la capital sanjuanina.