Si no tienes cuidado, las toallas pueden quedar ásperas y con olor a humedad después de pasar por el lavarropas. Para que esto no te suceda, existen trucos para mantenerlas suaves y frescas como el primer día.
El tejido con el que las toallas están fabricadas tiende a endurecerse y a tomar olor a humedad cuando no lo lavamos y secamos de la manera adecuada, así que hay que tratarlo con cuidado para conseguir los resultados deseados.
Para evitar que la tela raspe y huela de forma desagradable, solo tienes que poner en práctica estos trucos secretos que te vamos a revelar a continuación.
Lo primero que tienes que hacer es utilizarlas adecuadamente. Para ello, es importante colgarlas a secar inmediatamente después de usarlas. Puedes hacerlo en la barra o el gancho de tu cuarto de baño, pero procura no acumular varias toallas en el mismo lugar y no tirarla al suelo. Si sigues esta recomendación, puedes usar la misma toalla al menos tres veces antes de lavarla.
Una vez que la toalla esté sucia, lo más recomendable es no mezclarla con el resto de la ropa, sino lavar las toallas por separado. Al contrario que otras prendas, las toallas se mantienen bastante limpias, y además el exceso de detergente puede acartonar y endurecer el tejido.
Y, al contrario de lo que puedas pensar a priori, utilizar suavizante para la ropa no es buena idea. Este producto cubre las fibras de las toallas y puede evitar que absorban la humedad, por lo que notarás que la toalla seca peor. Si quieres que tengan un olor agradable, puedes usar perlas de perfume para la lavadora.
En caso de que tengan olor a humedad, puedes eliminarlo añadiendo media o una taza de vinagre en el ciclo de aclarado. También puedes probar con estos trucos sorprendentes para eliminar el olor de la ropa sin tener que lavarla de nuevo.
Por último, procura poner a secar las toallas apenas termina el ciclo de lavado, y si tienes secadora mejor, ya que lo ideal es que estén mojadas el menor tiempo posible.
Fuente: Computer Hoy