La fruta es un alimento muy rico en vitaminas y minerales, de bajo aporte calórico y con un porcentaje de agua que oscila entre un 80 y un 95 por ciento. La mayoría es pobre en proteínas y nula en grasas. Se aconseja consumir de 3-4 piezas de fruta al día, de las cuales, al menos 1 debe ser un cítrico por su alto contenido en vitamina C. Si se consumen en forma de jugos habrá de hacerse recién exprimidas para evitar la pérdida de vitaminas por la acción de la luz.

Algunos expertos recomiendan comer frutas antes de las comidas para evitar así posibles dificultades digestivas consecuencia de la fermentación de los azúcares. Asimismo señalan que la fruta posee ciertas sustancias ácidas que estimulan las secreciones del estómago lo que facilitaría la digestión.

Existen dos frutas, la piña y la papaya que parece que facilitan la digestión de las proteínas si se consumen al mismo tiempo que otros alimentos. Pero no hay que olvidar que la fruta aporta las mismas calorías, se coma antes o después de las comidas. En algunas dietas para adelgazar recomiendan comerla primero por el efecto saciante que producen y evitar así la posterior ingesta de grandes cantidades en la comida.

Asimismo, comer la fruta de postre evita la ingestión de otro tipo de alimentos (dulces, etc) que poseen mayor valor calórico y contenido en grasas. También es bueno como postre porque los ácidos que contienen ayudan a realizar una limpieza de la boca.

Las necesidades energéticas de cada individuo van variando a lo largo de su vida, y dependen de multitud de factores; edad, sexo, actividad física, entre otras. Lo importante para no aumentar de peso es mantener siempre un equilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas.

Cuánta fruta es necesaria


Por la mañana

* 1 vaso de 250 gramos de jugo de naranja exprimido en vez de café, té, o mate.

* 1 taza de queso cottage con pedacitos de manzana, ananá o banana (peras mejor no, porque tienen demasiado azúcar y además se ponen demasiado negras y blandas enseguida).

* Una manzana (sin pelar).

Al mediodía

* Asegurarse de comer también una ensalada de frutas.

A media tarde

* Tomar algún jugo de frutas. leche o licuado con agua y sin agregarle azúcar extra.

* En caso de desesperación por algo dulce, recurrir a las pasas de uva, rubias y sin semillas. Hacen milagros y son fáciles de llevar en el portafolio o en el bolsillo porque no se aplastan y tampoco manchan.

Por la noche

* Se puede comenzar la comida con un pomelo cortado al medio con una cucharada de té de azúcar negra. También se puede poner en el microondas o en el horno y comer caliente.

Según el National Cancer Institute, de Estados Unidos, una porción se calcula así:

En frutas


1 fruta mediana o, 3/4 tazas de jugos de frutas frescos o en cartón o 1/4 de taza de fruta seca como las pasas de uva, ciruelas o orejones.

La fruta está totalmente llena de enzimas, hasta cierto punto está en un estado casi predigerido, madura con el Sol. Cuando se toma la fruta se mantiene viva durante un largo tiempo, sigue madurando. Comer fruta no tiene nada de dañino, no tiene desventajas.

Por otra parte, los alimentos elaborados, como los lácteos, son alimentos denominados muertos. Por cierto, el queso tiene calcio, pero no el alimento vivo que el cuerpo requiere. De todos los alimentos la fruta es la que tiene la más alta capacidad de purificación, y al estar bajo una dieta basada principalmente en frutas, el cuerpo hace uso de ésta capacidad para desintoxicarse y eliminar toxinas. Este es el secreto de la dieta, sus capacidades de desintoxicar al cuerpo dándole la oportunidad de purificarse. Por supuesto que es necesario consultar con un profesional médico y nutricionistas para recibir el tratamiento adecuado para cada persona.

Algunas recetas

Kiwis rellenos

Ingredientes

(4 porciones)

10 kiwis

125 grs de queso tierno

1 cucharadita de pimentón dulce

Sal y pimienta negra molida a gusto

5 cucharadas de jugo de limón

6 cucharadas de aceite de oliva extra virgen

Preparación

Quitar o cortar los extremos de los kiwis, y con un vaciador, retirar la parte central de la pulpa y reservar para la salsa. Mezclar muy bien el queso tierno en trocitos machacados, el pimentón dulce y la pimienta negra recién molida hasta que todo se vea como una pasta bien homogénea. Rellenar los kiwis con la mezcla, pelarlos en ese momento y cortar en rodajas de unos dos centímetros aproximadamente.

Para la salsa, hay que triturar bien la pulpa que se sacó a los kiwis y mezclarla con el jugo de limón, el aceite de oliva y la sal. Se sirve frío y acomodado en una fuente para llevar a la mesa y bañado con la salsa.

Helado de Limón

Ingredientes

(4 porciones)

4 limones

200 gramos de azúcar

1/2 litro de agua

2 claras de huevo

Una cáscara de 1 limón rallada

1/2 rama de canela o unas hojas de menta

1 pizca de sal

Preparación

Se raspa la cáscara de un limón y se exprime el jugo de los limones. Se pone a cocer el agua con el azúcar y la canela y cuando empieza a hervir mantiene cociendo durante unos 10 minutos más. Dejar enfriar. Cuando está casi frío se mezcla con los jugos y la cáscara rallada, también se se puede echar un poco de canela molida. Se mete en el congelador o freezer. Cuando empiece a congelarse se baten las 2 claras a punto de nieve bien firmes (con una pizca de sal) y se mezcla con lo que se puso en el congelador. Por último, se vuelve a meter en éste, hasta que esté bien frío y duro.


Helado de Naranja

Ingredientes

(4 porciones)

130 gramos de azúcar blanco

120 ml agua

4 naranjas grandes

Medio limón

2 claras de huevo

Hojas de menta fresca

Preparación


Poner el azúcar y el agua en un recipiente y calentar sobre un fuego lento durante 10 minutos. Dejar enfriar. Quitar la parte de arriba de la naranja y quitar la fruta, dejando la piel entera. Apartar las pieles y colocarlas en el congelador. Pasar la fruta de la naranja por una batidora, añadir el zumo de medio limón. Medir, y si no llega al cuarto de litro, añadir un poco más de zumo de naranja. Añadir a la mezcla de azúcar y agua del cazo. Colocar en el congelador hasta que se congelen las bordes. Luego batir muy bien. Batir las claras de huevo hasta que estén como una nube y mezclar con la mezcla de sorbete. Volver a entrar en el congelador hasta que se congele (sin dejar que se congele demasiado – es importante que pueda removerlo y servir).

Sacar el sorbete, remover y poner porciones dentro de las pieles de naranja previamente congeladas. Colocar las hojas de menta y servir.