Las hierbas aromáticas son plantas muy utilizadas en la cocina por sus cualidades aromáticas y condimentarias. Pero la realidad es que hace tiempo que embellecen jardines, huertos y macetas. Generalmente se utilizan las hojas de las mismas, ya sean frescas, secas, o deshidratadas, tanto para sazonar como para realzar los diversos aromas de los platos culinarios, ya sean en crudo o cocinados.

Las hierbas medicinales se han incluido en los jardines desde los tiempos antiguos. Aparte de servir como remedio para todo tipo de problemas, muchas tienen usos en la culinarios. Al incorporarlas en el diseño de tu jardín, agregas un elemento de aroma y belleza visual también. Algunas de ellas que son fáciles de cultivar y en verano muestran su esplendor.

 

 

  • Menta

 

La menta es imprescindible en los hogares. Bien sea para aderezar nuestras recetas, hacer infusiones o darle un toque fresco al chocolate, ésta debería estar en los balcones de cada casa. Las formas de sus hojas son tan atractivas y variadas como sus sabores; planta una buena variedad en macetas individuales y evitarás que invadan todo el espacio del suelo. No las plantes juntas porque pierden su aroma y sabor propios. Colocarla en un rincón soleado o con sombra parcial y riégala bien y más cuando el clima es seco y caluroso. Quita algunas hojas de vez en cuando para estimular el crecimiento de nuevos brotes. Cuando las plantas hayan dejado de florecer, en verano, corta los tallos que han florecido a una altura de 5cm de la superficie del compuesto.

 

 

  • Tomillo

 

Es de cultivo muy fácil, ya que se adapta a todo tipo de suelos y es muy resistente a la sequía. Sólo necesita sol y que no lo abones con fertilizantes minerales ricos en nitrógeno si vives en zonas donde se producen heladas, ya que éste disminuye su resistencia a al crecer más tierno.

A los cuatro o cinco años pierde parte de su perfume y puedes sustituir las matas viejas cuando presenten troncos leñosos.

 

 

  • Albahaca

 

Le gusta estar a pleno sol o a media sombra, pero no resiste las heladas. Crece bien incluso en suelos pobres, aunque se desarrolla mejor con tierra fresca y bien drenada. Abona el suelo antes de la siembra (a finales de invierno) y en quince días ya tendrás germinadas las semillas.

Si quieres favorecer un crecimiento tupido, debes despuntar las ramas cuando empiecen a formarse los capullos florales.

 

 

  • Romero

 

Rosmarinus officinalis, para que crezca más denso y ramificado, despunta los tallos principales, así estimulas el crecimiento de las yemas laterales y su ramificación. De la misma forma, si quieres controlar su altura, debes despuntarla pero nunca más de una cuarta parte de la mata, ya que la debilitarías y podría morir. El romero es un conocido aséptico, por lo que puedes usarlo en decocción sobre llagas y heridas para que cicatricen.

 

  • Hierbabuena

 

Se trata de una planta muy aromática, perenne, que puede ser cultivada en maceta o en tierra del jardín, esencial en cualquier huerto. Necesita bastante agua, y aporte de fertilizantes minerales en primavera. Vive mejor en semisombra que a pleno sol. Es muy fácil obtener nuevas plantas de ella, basta con cortar con un cuchillo el cepellón de tierra en porciones que lleven tallos y raíces y plantarlos.

 

 

  • Manzanilla

 

Para sembrar semillas de manzanilla colócalas a una profundidad que sea el doble o el triple de la propia semilla. No entierres las semillas más profundo porque sino se dificulta la germinación. Cubre con un poco de tierra, presiona ligeramente y riega con cuidado. En unos 15 días más o menos empezarán a brotar las plantas. Es importante mantener la tierra con cierto grado de humedad (sin pasarse) para favorecer la germinación y el crecimiento de la plántula. Otra manera es adquirir plantines de manzanilla y trasplantarlos. Crece bien en sustratos con buen drenaje, que no se apelmacen. No es necesario que la tierra sea especialmente rica en materia orgánica y con agregar un poco de humus de lombriz o compost una vez al año es suficiente. El cultivo en maceta debe ser a una profundidad de entre 20 y 30 cm. Para cada planta. Prefiere el sol y la luz. En lugares con clima frío se puede proteger de heladas y viento metiendo las macetas en casa o bien en un pequeño invernadero.