Los usuarios de Instagram, Facebook o Twitter publican fotografías de sus hijos en las cuentas en redes sociales para mostrárselas a sus contactos, pero según dicen los expertos, esta práctica es muy perjudicial si no se toman ciertas medidas de seguridad.
Según dicen los especialistas, el “’sharenting”, un término nuevo nació para denominar la moda de padres que comparten fotos de sus hijos en las redes sociales, puede traer consecuencias. La imagen pasa a ser pública y no se sabe quiénes la van a ver y qué usos le van a dar.
Muchos adultos no saben usar correctamente las redes sociales, desconocen por ejemplo, cómo se configura la privacidad de sus cuentas y por lo tanto esas fotografías pueden estar siendo vistas por personas que ni ellos conocen. Muchas veces, los contactos no son realmente amigos y, en verdad, no tienen por qué saber cada paso de sus vidas.
Por otra parte, los hijos, primos o sobrinos que sean protagonistas de esas fotografías, podrían demandarlos cuando cumplan la mayoría edad por entender que se les vulneró su derecho al honor y a la intimidad. Probablemente un juzgado les daría la razón. Por esto, los expertos recomiendan que si un adulto quiere subir alguna foto de un menor en la red social, no muestre su rostro.
Algunos países, como Francia, ya comenzaron a tomar consciencia de este fenómeno y aprobaron una ley por la cual se multará con hasta 45.000 euros e incluso con un año de prisión a los padres que publiquen fotos íntimas de los hijos sin su consentimiento.
Los expertos en redes sociales vaticinan que “en pocos años, los menores podrán llevar a sus padres a juicio por publicar fotos de cuando eran más jóvenes”. Incluso, hay organismos que ofrecen pautas a los padres sobre cómo utilizar contenido relacionado con sus hijos en las redes sociales.