A través del Reiki y otras prácticas podemos evaluar cómo se encuentra nuestra energía en cada uno de los 7 centros (chakras) más importantes del cuerpo. Ser multidimensionales está en nuestra esencia desde que venimos al mundo. Luego la cultura occidental nos va empeñando en dividirnos. Pero, ¿por qué ir en contra de la sabia naturaleza?

Todas nuestras dimensiones están en constante relación: la corporal, la mental, la emocional, la social y la espiritual, impactan una sobre la otra. Estamos acostumbrados a consultar con especialistas que abordan el plano físico y muchas veces ahí nos quedamos, con suerte llegamos a trabajar nuestro plano mental o emociones en una terapia.

¿Qué pasa con nuestra dimensión espiritual? Nuestra energía tiene muchísima información sobre lo que pasa en nuestro cuerpo, mente y emociones.

Somos energía

La energía -también llamada Chi, Qui, Prana o Ki en otras culturas- nos habla de cómo estamos y también de cómo nos perciben los demás. Que muchas personas no puedan verla -aunque todos pueden desarrollar con adecuado entrenamiento esta capacidad- no significa que no exista. Y en pandemia ya hemos aprendido muy bien esto de que aunque algo no se vea no quiere decir que no esté en el aire.

A través de la imposición de mano, el Reiki Usui envía "energía universal" para potenciar nuestra energía o flujo vital. Esta práctica integrativa, que tiene en cuenta a todas las dimensiones del ser, restaura la circulación libre y natural de nuestro flujo energético desbloqueando aquellas zonas que por una cosa u otra han perdido el cauce.

El Reiki es una técnica oriunda de Japón que potencia la autorrealización, el crecimiento y la evolución espiritual. Podemos pensar también que somos como instrumentos que van perdiendo esa afinación exacta para resonar en armonía y que necesitan volver a ser afinados como las cuerdas de una guitarra. Esa “afinación” puede ser con recursos internos como prácticas de autoreiki, meditación o respiración, entre otras.

Centros energéticos y bloqueos

Cuando nuestra energía está disminuida u obstruida podemos notar diferentes signos y alarmas, tanto en nuestro cuerpo como en nuestros pensamientos o emociones. Esto se traduce como un malestar o una sensación de que algo no está funcionando bien.

Es importante saber que tenemos 7 centros principales de energía, denominados chakras, que en sánscrito significa círculo o disco. Cada uno de ellos está relacionado con determinados sistemas o partes del cuerpo y emociones. Conocer sobre nuestros chakras (centros de energía), nos abre las puertas hacia nuestro autoconocimiento y autocuidado.

Los 7 chakras del cuerpo

Los chakras son puertas de entrada que, según su ubicación, representan la energía en diferentes partes del cuerpo. Absorben la energía, la procesan y la asimilan según la frecuencia vibratoria de cada ser humano.

Cada uno tiene una ubicación particular, colores que los identifican y representaciones en el plano físico y emocional. Estos siete centros principales nos conectan con la fuente, con la energía universal.

Compartimos una guía orientadora de señales de desequilibrio y formas de activar la energía, del primero al séptimo.

1. Chakra Raíz

Denominado en sánscrito muladahara y representado por el color rojo, es el que nos conecta con la tierra, nos brinda la sensación de seguridad y supervivencia. Se localiza en la base de la columna vertebral.

Señales de desequilibrio: Estreñimiento, hemorroides, lesiones de rodillas, piernas, ciático, enfermedades óseas, sentimientos de desarraigo, miedo, culpa, timidez, desconfianza, apego a las posesiones materiales y dificultad para poner límites.

Estrategias para potenciarlo: Conectar con el sentido del olfato, tomar contacto con el elemento tierra, ya sea a través de actividades de jardinería, caminar descalzo sobre el pasto o piso de madera o abrazar un árbol. Cantar los mantras LAM o HAM. Escribir o repetir la afirmación “acepto la abundancia”.

2. Chakra sacro

Denominado en sánscrito svadhisthana y representado por el color naranja, es el que nos conecta con la libertad, el placer y el disfrute. Se localiza por debajo del ombligo en la zona genital.

Señales de desequilibrio: Problemas sexuales, renales, de vejiga y de columna lumbar, miedo a gozar, represiones de placer y libertad de expresión, sentimientos de soledad y falta de creatividad.

Estrategias para potenciarlo: Conectar con el sentido del gusto, tomar contacto con el elemento agua, ya sea a través de un baño de inmersión, nadar, disfrutar de una ducha calentita o refrescante. Tomar un momento para deleitar un sabroso tentempié. Realizar actividades de expresión creativa. Cantar los mantras VAM o BAM. Escribir o repetir la afirmación “disfruto de la vida”.

3. Chakra del plexo solar

Denominado en sánscrito manipura y representado por el color amarillo, es el que nos conecta con nuestro poder y autoestima personal, con la alegría. Se localiza dos dedos por encima del ombligo.

Señales de desequilibrio: Enfermedades del aparato digestivo, acidez, úlceras, exceso de peso, fatiga crónica, adicción a estimulantes, sentimientos de inseguridad, falta de autoconfianza, culpa, insatisfacción personal, egoísmo, adicción al poder, obsesión, frialdad, malhumor, sensación de desconexión.

Estrategias para potenciarlo: Conectar con el sentido de la vista, conectar con el elemento fuego, ya sea con una fogonero, encender el hogar, prender un velón o velita color amarilla. También tomar sol un ratito al día, permitirte sentir la energía solar, también vivenciar un amanecer o una puesta del sol. Cantar el mantra RAM. Escribir o repetir la afirmación “creo en mi poder personal”.

4. Chakra cardíaco

Denominado en sánscrito anahata y representado por el color verde o también rosa, es el que nos conecta con la capacidad de dar y recibir amor. Se localiza a la altura del corazón, en el centro del pecho.

Señales de desequilibrio: Enfermedades cardíacas y respiratorias, incapacidad de amar y sentirse amado, sentimiento de aislamiento, desconexión, alienación y egoísmo.

Estrategias para potenciarlo: Conectar con el sentido del tacto, ya sea realizándonos automasajes o tomar a una sesión de masajes. Tomar contacto con el elemento aire, haciendo consciente nuestra respiración tanto al entrar como al salir de nuestro cuerpo. También dejar que el viento nos despeine, abrir las ventanas y sentir la sensación del aire en la cara. Cantar el mantra YAM. Escribir o repetir la afirmación “doy y recibo amor”.

5. Chakra laríngeo

Denominado en sánscrito vishuddha, y representado por el color celeste o azul claro, es el que nos conecta con la capacidad de comunicarnos. Se localiza a la altura de la garganta, entre la laringe y la nuez.

Señales de desequilibrio: Afecciones de la garganta, problemas de la voz, dificultad para comunicar, temor a expresar por miedo a equivocarse, verborragia.

Estrategias para potenciarlo: Conectar con el sentido del oído, ya sea colocando una canción que nos guste escuchar, disfrutando de cantar y percibir las distintas tonalidades, o haciendo silencio, cerrando los ojos y activando este sentido. ¿Qué sonidos sos capaz de percibir internos y externos? También podemos descubrir distintos sonidos que provienen de la naturaleza que quizá no solemos prestar atención, como el ruido de las hojas al moverse con el viento o los distintos cantos de los pájaros que nos rodean. Cantar el mantra HAM. Escribir o repetir la afirmación “expreso lo que siento”.

6. Chakra del tercer ojo

Denominado en sánscrito ajna y representado por el color índigo o azul oscuro, es el que nos conecta con la intuición y capacidad de percepción extrasensorial. Se localiza en la base de la nariz, entre las cejas.

Señales de desequilibrio: Problemas de la visión, dolores de cabeza, trastornos psicológicos relacionados con la visión, sensación desconexión con la propia intuición y guía interior.

Estrategias para potenciarlo: Conectar con el sentido de la visión, pero que no se refiere a ver con nuestros dos ojos, sino a ver más allá confiando en nuestra capacidad de clarividencia. Cerrar los ojos y sentir la sensación de conexión con nuestra propia fuente. Visualizar que nuestras metas y propósitos se alcanzan como si ya fueran una realidad. Cantar el mantra OM. Escribir o repetir la afirmación “sigo mi guía interior”.

7. Chakra corona

Denominado en sánscrito sahasrara y representado por el color violeta, blanco o dorado, es el que nos conecta con el cielo y la trascendencia. Se localiza por encima de la cabeza, en el centro.

Señales de desequilibrio: Rigidez mental, egocentrismo, distracción, materialismo, desprecio a la espiritualidad, dominación, manipulación, búsqueda de aprobación, miedo a la expansión de la propia consciencia, sensación de falta de sentido y propósito en la tierra.

Estrategias para potenciarlo: Conectar con nuestra propia espiritualidad y con esa energía superior y universal que nos trasciende pero que a la vez está presente en todo lo que nos rodea. Sentir la presencia de nuestros ancestros, guías y seres de luz acompañándonos en el camino. Cantar el mantra OM. Escribir o repetir la afirmación “me conecto con la fuente”.

Cuando tomamos consciencia de que somos mucho más que materia se abren nuevas puertas. Como sabiamente dijo hace muchos años el gran inventor Nikola Tesla: “Si quieres descubrir los secretos del Universo piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”.

Las prácticas integrativas (también denominadas terapias alternativas o complementarias) se encuentran en auge y muchas personas se acercan a explorar otras formas de promover su bienestar integral.