La problemática de la mamá soltera llegó al 4º año del Colegio Provincial de Santa Lucía de la mano de una compañera. Las vivencias de la joven -desde el cómo plantearlo a los padres, el tener que dejar la escuela y cambiar de rutina hasta el tener que irse de la casa (dónde finalmente regresó)- marcaron un antes y un después. Tanto que los mismos chicos sumaron a sus pares de 5º año y entre todos hicieron una campaña de solidaridad para ayudar con elementos materiales y con información a las jóvenes embarazadas que no tienen quién más las acompañe en este momento.
Hace unos días llevaron el producto de su trabajo solidario hasta el Hogar de la Medalla Milagrosa, en Rivadavia. Si bien allí no se alberga a chicas en esta situación, sí en cambio, se las contiene, se las ayuda e inclusive el grupo de monjas del lugar les cuida a los niños mientras las mamás solteras salen a trabajar para sostener a su familia.
No fueron solos a llevar los bolsones de ropa y pañales que consiguieron. Los acompañó la profesora que los motivó a ponerle el cuerpo a esta actividad pero también fue con ellos, la directora de la Mujer, María Angélica Cámpora, a quienes los estudiantes recurrieron en búsqueda de ayuda. Ella les llevó información sobre cuidados y talleres que brinda el Estado en estos casos.
"Fue una experiencia muy enriquecedora que motivó a los chicos a estudiar, investigar, tocar puertas e inclusive trabajar con ahinco para conseguir donaciones. No es un tema sencillo el del embarazo adolescente pero hay que tener en cuenta que lo trabajamos con un proyecto de Servicio Solidario ya que en nuestra escuela se enfatiza por la educación integradora y tolerante, creadora de conciencia, receptora de la evolución de la sociedad en temas como la integración de todos los seres humanos, sin discriminar a quienes tienen capacidades diferentes y el hecho de ser madre soltera y adolescente se convierte en una capacidad especial y crea una nueva visión que permite a nuestros alumnos a integrar y ser solidarios con sus compañeras", fundamentó el proyecto que llevan adelante sus alumnos de la modalidad Comunicación, Arte y Diseño, la profesora Mabel Martínez.
Todo comenzó con las confesiones sobre lo que le estaba pasando a una de las chicas del curso. Así quedó en evidencia la realidad de muchas chicas. Este fue el puntapié inicial para empezar a discutir el tema, llevarlo a las casas y buscar qué hacer.
"En todo el proceso buscamos por ejemplo qué institución en la provincia contenía a las mamás solteras. Así nos enteramos que ni el Estado, ni la Iglesia ni ninguna otra entidad tienen hogares para ayudar en estos casos donde la contención y la solidaridad son un eje tan importante. Así es que nos pusimos a trabajar y entre todos conseguimos mucha ayuda material. A su vez buscamos dónde llevarla y así llegamos a lo que más se le asemeja a un hogar para chicas embarazadas o con hijos chiquitos", agregó la docente de Diseño, Lenguaje y también Historia del Arte.
Entre todos los alumnos de 4º y 5º año consiguieron ropa de bebé, abrigo para mamás pero también prendas de vestir para niños de distintas edades, también calzados, elementos para recién nacidos como chupetes, cambiadores, mamaderas, pañales. También juntaron alimentos no perecederos. Todo esto lo buscaron en sus propias casas, le pidieron a parientes y vecinos, inclusive involucraron a comercios de barrios del departamento. "Fue impresionante la cantidad de cosas que llevamos para repartir entre las mamás que dejan sus chicos con las monjitas. Ellas alimentan a 53 chicos todos los días, además les dan la merienda, los cuidan y hay maestras como si fuera una guardería. Vimos tanto amor y tanta dedicación que nos motivó a seguir trabajando", contó la docente.
De hecho, la campaña no terminó con la entrega de los elementos recaudados y con la visita al lugar por parte de los alumnos y profesores (llegaron para jugar con los niños y merendar gracias a las movilidades de la municipalidad de Santa Lucía y de la Dirección de Deportes que les prestó una movilidad), sino que se comprometieron a volver -por supuesto con otro cargamento- e inclusive a buscar un espacio para poder albergar a las mamás bajo un techo seguro. Si bien no quisieron dar detalles, se sabe que ya empezaron a trabajar para cumplir este desafío.
