Evitar el sedentarismo es fundamental para nuestra salud. Sin embargo, lo que hagamos al respecto dependerá de nuestra edad y, por ende, de lo que realmente beneficie a nuestro cuerpo. Como consejo general, es importante encontrar algo que disfrutemos y que sea compatible con nuestra rutina, para mantenerlo el mayor tiempo posible. Por lo demás, aquí van consejos específicos para cada década.

 

A los 20, aprovechar el estado físico

El cuerpo está en su cumbre durante estos años, así que podremos aprovecharlo con actividades como natación y ciclismo, así como al correr o caminar. La clave está en incorporar ejercicios aeróbicos. También podemos sumar un entrenamiento específico para los grupos musculares más importantes: espalda, pecho, brazos, tronco, hombros y piernas. Además, se pueden obtener beneficios al incorporar, por ejemplo, yoga (puntualmente para los hombres), ya que necesitan establecer su flexibilidad y movilidad.

 

A los 30, resistencia

Nuestros músculos ya no se recuperan como antes, así que quizás podríamos incorporar ejercicios de resistencia. Esto es importante puntualmente para las mujeres, ya que ayudará en posibles casos de osteoporosis y artritis a largo plazo. Esta actividad puede intercalarse con tareas aeróbicas como spinning.

 

Los 40 se centran en la fuerza

Si solo estamos haciendo ejercicios aeróbicos, es momento de sumar actividades donde podamos ganar fuerza. Con la edad, la densidad de los huesos tiende a decaer, así como también lo hace la fuerza y la masa muscular.

 

Durante los 50 continúa la resistencia

Llegamos al momento donde se empieza a ralentizar el proceso de desarrollo de los huesos y músculos. Por lo tanto deberemos continuar con las tareas de resistencia, fundamentalmente para las caderas y los hombros. Esto ayudará a la densidad de los huesos y retrasará el proceso de envejecimiento. Un aspecto a tener en cuenta: el entrenamiento deberá ser consistente para ver resultados. Las caminatas diarias, de unos 30 minutos, son una buena opción. En esta década se aconseja focalizarnos en la fortaleza de nuestras piernas, que tendrán que soportarnos durante la vejez.

 

A los 60 hay que entrenar

Quizás la energía nos empiece a abandonar, o tal vez consideramos dejar las actividades físicas que realizamos hace treinta años. ¡No lo hagas! El ejercicio puede solucionar nuestros problemas y ayudarnos a mantener nuestra independencia. Desde caminatas, sentadillas o lagartijas a clases de pilates o yoga, todo es bienvenido. La clave está en la consistencia, no tanto en la intensidad, ya que podemos lastimarnos.

 

Un poco de balance para los 70

Con ayuda de un entrenador, en esta década tendremos que encontrar ejercicios que trabajen la coordinación con actividades aeróbicas de bajo impacto. Un aspecto importante es darnos el tiempo de recuperación necesario, ya que, bueno, ¡tenemos 70 años! La alimentación también es importante para mantener el cuerpo, así que deberemos informarnos con profesionales sobre nuestras comidas.

 

En los 80, lo que podamos

A esta edad, cualquier actividad que realicemos beneficiará la mente y el cuerpo. El entrenamiento en resistencia es esencial, ya que puede ayudar a mantener la fuerza muscular que nos queda.