En el marco del programa "Corazones contentos" dónde la idea es colaborar con algo para alguien que de otro modo no lo obtendría jamás, los voluntarios de la Fundación Banco San Juan llegaron hasta la escuela República de Bolivia de La Planta, Marayes, con un cargamento de donaciones y con un sinfín de actividades recreativas para los alumnos. Realmente lograron su cometido porque con la merienda y los regalos dejaron contentos a los chicos del lugar. Y a los grandes también, porque la visita además dejó como souvenir una biblioteca con 400 libros, la primera que funciona en esta localidad caucetera.

Esta fue la primera vez que se realiza una actividad semejante pese a que la fundación en cuestión tiene amplia experiencia en entrega de donaciones. La diferencia con otras entregas fue que la iniciativa fue doble: replicaron exactamente el mismo festejo para los hijos de los empleados bancarios y para los 90 niños de una localidad dónde sólo viven 38 familias y la única institución que funciona es la escuela.

"En ambas celebraciones hubo chocolate, masitas, golosinas, entretenimientos, juegos, disfraces, globología, maquillaje artístico y sorpresas que para los chicos de Marayes fue un libro de cuentos para cada uno. Además hubo un plus: entre los empleados armamos la biblioteca porque entendimos que si en el lugar no hay otras dependencias, lo mejor para entretenerse puede ser leyendo", cuenta Andrea Díaz, desde la coordinación de Proyectos de la Fundación del Banco San Juan.

Sin lugar a dudas, para concretar esta tarea, los voluntarios no estuvieron solos. Principalmente se sumaron todos los empleados del banco que donaron los libros para la biblioteca. Así pudieron juntar material nuevo de lectura y otros usados, entre los que se armó un listado de 400 ejemplares de novelas, libros de cuentos, manuales, diccionarios, literatura, colecciones y enciclopedias.

Por otro lado, se sumó el grupo Mimos y Arlequines que se trasladaron hasta Marayes para entretener a los niños en una tarea ad honorem. "Este es un grupo dirigido por Daniel Muragua, que vive de las animaciones pero a modo de agradecimiento por el trabajo, todos los años hacen una actividad solidaria. Esta vez, se prendieron en el viaje y les regalaron a los pequeñitos del lugar una tarde inolvidable", agregó Andrea Díaz.

Más allá que la visita marcó "los corazones" de todos, los voluntarios de la Fundación del Banco San Juan quedaron comprometidos en volver. Para eso, ya están pensando en cómo complementar el proyecto que alguna vez diseñaron, regalando el mueble para acomodar los libros (ya que no contaban con este elemento y son tantas las publicaciones donadas que necesitan urgente dónde colocarlos). También sueñan con conseguirles los elementos para las clases de educación física, música y tecnología, ya que están desprovistos de todo. "Queremos seguir colaborando con ellos. Son parte del compromiso", dijo Andrea en nombre del resto de los que hacen "Corazones contentos".