El uso de las melenas grises al natural está cada vez más extendido. Pero, ¿cómo pasar de pelo teñido a canas?
Las canas son los cabellos blancos que salen según vamos cumpliendo años. Son un síntoma de envejecimiento capilar causado por diferentes cambios que afectan el folículo piloso y que se produce cuando dicho folículo produce menos melanina, que es el pigmento que da color al cabello. Sin duda, la genética es un factor fundamental en su aparición, aunque también hay otros factores como son las alteraciones hormonales, el estrés o el déficit de vitaminas del grupo B, entre otros.
Sin embargo, todas esas melenas grises o blancas ideales también requieren de sus cuidados para que el cabello se vea homogéneo y bonito.
Si lo que se busca es una melena canosa, la mejor opción es un buen corte de cabello para igualar la melena y resaltar, de este modo, las canas. Un corte estructurado y moderno, con un flequillo corto y con la nuca al descubierto, algo parecido a un ‘mullet’ o un corte de estilo bola es una buena opción para iniciar este cambio de look. Así se podrá tratar de una manera natural y sin necesidad de pigmentos ni productos químicos.
Sin embargo, si no queremos sacrificar el largo del cabello la clave es comenzar realizando durante un par de meses una técnica de mechas donde predomine el color rubio y éstas sean del tono más claro que permita el cabello, respetando siempre la estructura capilar e intercalándolas con algunas mechas de un color que simule el de su cabello natural. Con el paso de los meses, las mechas deberán ser solo rubias y habrá que ir matizándolas en tonos grises hasta conseguir hacer desaparecer cualquier resto de coloración anterior. Durante este proceso se habrá ido cortando poco a poco el cabello, lo que ayudará a que finalmente todo el conjunto sea de cana. Se trata de un proceso lento, pero menos "traumático" para todas aquellas personas que quieran mantener el largo de su melena.
Cómo hay que cuidar las canas
Las canas no tienen la misma textura que el resto del cabello. Esto es porque contienen casi un 90% de keratina, no tienen pigmentos y son más duras. Se pueden llegar a alisar mucho o, todo lo contrario, a rizarse, lo que hace que sean más difíciles de manejar.
Por eso necesitan cuidados específicos para que el cabello se vea sano y saludable. En primer lugar, a la hora de lavarlo es importante elegir un champú y acondicionador que evite que el pelo se oxide o amarillee y que además fortalezca la fibra capilar. También es importante no olvidarnos de utilizar una mascarilla ya que la aparición de canas hace que la fibra capilar pierda grosor y, por tanto, tenga más tendencia al encrespamiento.
Fuente: Glamour