El mantenimiento adecuado de los electrodomésticos es una duda que suele existir en todos los hogares, ya que hacerlo de la manera adecuada puede prolongar el tiempo de vida del objeto eléctrico en el hogar, lo que a su vez ayuda a generar un mundo más sostenible. 

No hay dudas de que la heladera es uno de los equipos que más trabaja, por ello, es fundamental realizar un cuidado regular. A continuación, consejos para prolongar su funcionamiento por hasta 20 años y mantenerla libre de olores.

1. LUGAR DE UBICACIÓN DEL EQUIPO:

Uno de los aspectos más importantes de la instalación de una heladera es la ventilación, ya que esto contribuye a la eficiencia del enfriamiento y al ahorro de energía. Por ello, se recomienda ubicarla sobre una superficie pareja y dejar un espacio de entre 10 y 15 centímetros, en la parte trasera y en los costados. Es muy importante que el aire pueda circular libremente, sobre todo en la parte de atrás para evitar incendios.

2. CONEXIÓN ELÉCTRICA:

En cuanto a la conexión eléctrica, es fundamental evitar usar cables o extensiones que puedan ocasionar un cortocircuito. Es mejor enchufar el equipo con conexión a tierra. Además, el espacio en el que está instalada debe estar libre de humedad para evitar cortocircuitos y la oxidación de los materiales.

3. LIMPIEZA PROFUNDA Y PERIÓDICA:

Se recomienda realizar una limpieza profunda de la heladera al menos una vez cada dos meses para garantizar el buen desenvolvimiento de la misma y la salud de la familia. Para ello, el primer paso es desconectar el equipo y retirar todos los alimentos. Luego, se deben lavar los cajones y los separadores en agua caliente (no hirviendo) con jabón.

Si este carece del sistema No Frost, entonces, antes de realizar la limpieza del interior, debe descongelar el equipo. Cuando el hielo esté derretido, se puede humedecer un paño con un producto especial, o con una mezcla de bicarbonato de sodio y agua (1 cucharada por litro de agua). Además, para evitar los molestos olores que dejan algunos productos, se recomienda dejar un recipiente con bicarbonato de sodio dentro.

Para el exterior, es mejor utilizar una mezcla jabonosa y limpiar bien las gomas de sellado de las puertas. Además, al menos una vez al año se deben limpiar las pelusas de la parte trasera para que no se obstruya el ventilador. Esto debe hacerse siempre con el equipo desenchufado y utilizando una aspiradora o una escobilla suave.

4. USO ADECUADO DEL EQUIPO:

Un buen uso del equipo también impacta sobre el bienestar del hogar. Por ello se debe tener en cuenta la temperatura y la forma en la que se almacenan los alimentos. La temperatura óptima para lograr la máxima eficacia de la misma debe estar entre 2,7° y 4,4°C, ya que esto permite que el ambiente interno se mantenga constante, proporcionando la más alta calidad de conservación de los alimentos.

Asimismo, al almacenar los productos, es necesario hacerlo en recipientes con tapas bien ajustadas o envolverlos en plástico o papel de aluminio para minimizar la humedad en la unidad. Además, estos deben estar fríos antes de guardarlos, de lo contrario, aumentará la temperatura en el interior, obligando a la nevera a trabajar más para estabilizar las temperaturas.