El cambio de armario es un ritual que llega con el cambio de estación: vuelve el calor y tenemos que decir adiós a esa ropa que lleva unos meses con nosotros. Es fácil que la pereza haga acto de presencia, y empecemos a retrasar el cambio; lo podemos terminar haciendo rápido y mal y perder una gran oportunidad.

El cambio de armario es la excusa perfecta para hacer una revisión de todo lo que tenemos, y darle un repaso a nuestro armario, algo seguramente de lo más necesario.

Para empezar, es importante elegir un buen momento para realizar el cambio, pues es una actividad que necesita un tiempo de dedicación y no debe hacerse deprisa y corriendo. La organizadora profesional Marisa Morell explica que lo ideal es dedicar un día del fin de semana. 

A continuación, los detalles a tener en cuenta:

* Ajustarnos a nuestras posibilidades

Sobre cómo realizar el cambio, el primer consejo que da la organizadora profesional es ser consecuentes con el espacio del que disponemos en casa y nuestro presupuesto. "Muchas veces tenemos más ropa de la que necesitamos y de la que podemos guardar. Hay que ser conscientes del espacio que tenemos, y comprar con cabeza. Por ejemplo, puedo comprar una falda muy combinable, que me permita llevar distintos conjuntos, mejor que tres faldas para las que no tengo espacio y tampoco mucho uso", explica.

En lo referente al espacio, indica que lo idea sería tener otro armario donde poder guardar la ropa, pero casi nunca es el caso. "Se vive en casas pequeñas, especialmente en las ciudades, y aquí debemos buscar muebles que nos den utilidad para almacenar como muebles que tengan una doble utilidad", recomienda.

* ¿Dónde guardar la ropa que cambiamos?

A la hora de guardar la ropa en cajas o maletas para la siguiente estación, Karolin Küntzel, autora de «Consejos para tu hogar» (Para dummies), recomienda lo siguiente:

– Guarda la ropa limpia, lavada y, si tiene pequeños desperfectos, arréglalos.

– Puedes utilizar maletas, bolsas de viaje o bolsas de vacío. Estas últimas son las más cómodas. En caso de utilizar cajas de cartón, es importante que las almacenemos en un lugar ventilado y seco.

Explica Marisa Morell que el cambio de armario es el momento perfecto para realizar un "ejercicio de honestidad": ver toda nuestra ropa y decidir con qué quedarnos y con qué no. "Si al cambiar el armario, vemos que hay un vestido que llevamos dos años sin ponernos, es mejor descartarlo: ocupa espacio y no nos hace falta", comenta la profesional, que recomienda amontonar la ropa que no nos es útil y, de ahí, dividirlas en aquellas que no están en buenas condiciones y debemos desechar y las que podemos donar y dar una segunda vida.

Por supuesto, aprovechando el cambio de ropa, podemos limpiar el armario. Debemos hacerlo con un paño húmedo, y no olvidarnos de ningún rincón. También, es el momento de "poner un poco de orden" en nuestro armario. Marisa Morell explica que hay infinidad de posibilidades: podemos ordenar la ropa colgándola de lo más largo a lo más corto, podemos ordenarla por tonos, o por tipos de prenda. También, puede ser el momento de ir haciendo pequeños actos, como cambiar las perchas para que sean todas iguales.

Fuente: ABC