La técnica del blackout, que consiste en pintarse grandes partes del cuerpo de negro, surgió hace tiempo como opción para tapar dibujos que ya no gustaban o nombres de exparejas. Pero actualmente se volvió una moda. Algunos famosos lucen este tipo de tatuajes. Uno es Lionel Messi, que lleva uno en su pierna izquierda. Y otra es Candelaria Tinelli, quien hace poco decidió cubrir su cuello. Se pueden generar varios debates acerca de lo estético; si el tatuaje queda bien, si no. Pero más allá de eso, advierten que existe un riesgo para la salud.

 

Desde la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) advirtieron que se trata de una “técnica invasiva” que “no está completamente regulada” y que el “tinte negro puede enmascarar” alguna anomalía que se manifieste en la piel.

 

La dermatóloga Marta La Forgia aclara que “no se refieren al riesgo infeccioso que las agujas pueden producir, ya que los tatuadores profesionales respetan las normas de esterilidad del procedimiento”, sino a otras complicaciones que se vinculan con esta técnica. 

 

 

Un punto importante es que el blackout no está regulado en su totalidad por las autoridades sanitarias y que los tintes que se utilizan implican ciertos peligros. “En el caso del negro porque puede enmascarar un diagnóstico temprano de una lesión pigmentaria potencialmente maligna”, explica la especialista.

 

Juan Pedro Russo, dermatólogo de la misma sociedad médica y del Hospital San Martín de la Plata, agrega que este tipo de tatuajes complican las revisiones clínicas y pueden ocultar melanomas o cambios que experimenten los lunares. “Además, se está poniendo en el cuerpo algo artificial y en grandes cantidades, y no se sabe si a largo plazo puede llegar a producir alguna enfermedad severa”, agrega Russo.

 

Otro punto importante es que “si en su composición se incluye el óxido férrico, algo que frecuentemente el propio tatuador ignora, pueden ocurrir sensaciones quemantes en la zona al someterse a una resonancia magnética nuclear”.