La tendencia de la "comida negra" crece y se instala en las redes sociales como una moda atractiva y original. Ya podés encontrar este atractivo color en pastas, pizzas, hamburguesas, panes, jugos, tragos, postres.

 

Esta moda dio pasos importantes en este 2018. La comida quemada está hecha de carbón, que hoy en día se usa como mineral de desintoxicación. Puede sonar extraño, pero las cocinas de todo el mundo ya están usando este producto.

 

Los seguidores de Instagram se habrán percatado del aumento de la etiqueta #blackfood bajo la que, los amantes de la gastronomía en las redes sociales muestran y comparten sus platos entre sus seguidores.

 

 

El principal ingrediente para lograr el color de estos platos es el carbón activado, que cosecha críticas y elogios.

 

Procedente del carbón vegetal, de la cáscara de coco o del bambú, se somete a altas temperaturas hasta carbonizarse, y las cenizas resultantes se procesan con vapor o aire a temperaturas similares hasta conseguir una estructura microporosa.

 

Sus detractores señalan, entre otras cosas, que este colorante alimentario no aporta nada en lo nutricional, ni tampoco contribuye a descubrir nuevos sabores o potenciar los ya existentes.

 

En tanto que sus defensores, resaltan sus propiedades detox ya que el carbón activado es un preparado farmacéutico que actúa contra la flatulencia.

 

Pero, más allá de sus virtudes estéticas, la idea de que el carbón activado ayuda a depurar el organismo tras un periodo de excesos gastronómicos o alcohólicos es una falacia, aunque sea una falacia en boga: se enmarca en la nueva fe en los alimentosdetox‘, cuyo dogma básico es que nuestro cuerpo está ‘intoxicado’ por toxinas que es urgente eliminar gracias a una serie de productos-milagro.  “El hígado y los riñones están haciendo eso todo el rato”, observa José Miguel Mulet, profesor de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia y autor del blog ‘Tomates Con Genes‘.

 

 

“Tengas una dieta buena o mala, no estás intoxicado. Si lo estuvieras, necesitarías un lavado de estómago o una quelación, no una dieta detox”. Bajo esta etiqueta se venden zumos y batidos supuestamente depurativos cuyo rasgo común es un precio exorbitante. Algunos, además, son negros. Y su único poder mágico es el del engaño.

 

El problema es que el carbón activado captura todas las moléculas que encuentra a su paso, sin distinguir entre las perjudiciales y las que no lo son. Así que al ingerir un helado o un pan negro, el carbono arrastra calcio, potasio y otros nutrientes y los expulsa junto al carbón.

 

Entonces, es importante asumir un cierto riesgo de daños colaterales en un tratamiento que nos puede salvar la vida en una emergencia y otra, estando sanos, ingerir a sabiendas algo potencialmente peligroso solo porque es ‘trendy’. “El carbón activado no discrimina lo que atrapa”, recuerda Mulet. Es decir, puede llevarse los nutrientes de la comida o el fármaco que tomamos para combatir una enfermedad grave.

 

En Estados Unidos ya se empezó a discutir si se debería advertir sobre esos efectos secundarios antes de servir comida o bebida de color negro.