La Agencia Espacial Europea (ESA) está inmersa en la preparación de Solar Orbiter, una misión que viajará al Sol en 2018 con diez instrumentos a bordo y un gran escudo térmico de alta temperatura -capaz de resistir al menos 500 grados centígrados- para un mayor conocimiento de la actividad solar, según se informó.
La misión, en colaboración con la NASA y con participación española, tiene entre sus objetivos comprender las relaciones entre los fenómenos solares y las perturbaciones del viento solar y el medio interplanetario, informó la agencia EFE.
Otra de las intenciones es conocer el ciclo de actividad solar, del que se sabe que dura alrededor de once años pero no sus mecanismos físicos.
Algunos de los responsables de Solar Orbiter se reunieron en la sede de la ESA, ubicada en Villanueva de la Cañada, Madrid. Para lograr sus objetivos, la nave llevará integrados diez instrumentos: seis telescopios y cuatro para medir el entorno espacial, explicó a la prensa Luis Sánchez, jefe de Desarrollo de Operaciones de Ciencia para Solar Orbiter.
Por su parte, a través de la Universidad de Alcalá (Madrid) España lidera uno de estos instrumentos, el EPD, un detector de partículas energéticas, y participa en PHI, uno de los telescopios solares de alta resolución capaz de medir la sismología solar.
La misión será lanzada en 2018 desde la Estación de la Fuerza Aérea estadounidense de Cabo Cañaveral con una fase de crucero hasta diciembre de 2021 y orbitará el Sol en su punto más cercano a 42 millones de kilómetros, la distancia más cercana hasta ahora.
Para ello, llevará un escudo de alta temperatura de 3,1 metros (largo) por 2,4 metros (alto) de titanio y capas de carbón, entre otros materiales, que ya ha pasado las pruebas en la sede de la ESA en Holanda.
La novedad de este escudo es que además de proteger la nave tiene unas ventanas para que puedan funcionar los telescopios.
Solar Orbiter, que también tratará de entender mejor los fenómenos de meteorología solar, tiene una vida útil de siete años -extensible tres años más- y dos paneles solares.
"Hemos pasado ya la revisión crítica del diseño y ahora se está construyendo la nave que va a volar, en la sede británica de Airbus Defense and Space", afirmó Sánchez.