"¡Cuántas capacidades y talentos se pierden por la falta de una posibilidad en esta cultura que destaca lo superficial y lo aparente!" De esta manera, Elizabeth Reta fue la encargada de dar el puntapié inicial a una ola de opiniones que durante la semana llegó al sitio digital de DIARIO DE CUYO, sobre la nota "El milagro de Susan Boyle", publicada el martes.
Y es que el caso de la mujer británica que conmovió a medio mundo luego de su participación en un concurso de talentos por televisión también tuvo su repercusión en San Juan.
La dama en cuestión es Susan Boyle, quien con sus 47 años, sus canas y sus kilos de más, logró apagar las risas burlonas que sonaban dolorosas cuando pisó por primera vez el escenario de "American Idol", el programa que dedica su tiempo a la búsqueda de cantantes aficionados.
Todo comenzó hace algunas semanas, cuando Boyle se presentó en el programa, quizá sin saber lo dura que la gente sería con ella. Ese día, el público que llenó el teatro de Glasgow (lugar desde donde se emitió el show), sin ningún tipo de compasión, se rió cuando apareció con su cabello desarreglado y un vestido viejo. Su figura provocó una lluvia de chiflidos y burlas.
Sin embargo, con su increíble talento, la mujer se encargó de callar a todos. Así, cuando comenzó a interpretar el tema de la obra de "Broadway", I Dreamed a Dream de "Los Miserables", el conmovido público se puso de pie, algunos estallaron en llanto y hasta una de los jurados dejó correr sus lágrimas. A partir de ese momento, las imágenes de Susan cantando dieron la vuelta al mundo.
"Estamos tan acostumbrados a ver lo exterior de las personas. Si tiene lindo cuerpo y sobre todo mucha cirugía y una buena cola, ya es una genia. Cuánto mal nos hacemos los seres humanos. Buenas son estas lecciones de vida. Nunca tenemos que ver a los otros simplemente por su apariencia", manifestó Laura Lorenzo.
Cecilia López también decidió hacer llegar su opinión hasta el sitio digital de DIARIO DE CUYO. "Felicito a esta señora y la aplaudo, por su pureza de corazón y valentía", dijo.
Por su parte, Dora Alaniz tampoco quiso quedarse afuera. "Me emocionó su canción. Le envidio su voz porque yo canto tan feo que no lo hago ni cuando estoy sola. Espero que use su cabeza y no sea usada por las empresas discográficas".
De esta manera, un show televisivo se encargó de desatar una polémica mundial, en la que todos (o casi) hicieron bandera de sus prejuicios, mostrando tal vez una de las caras más miserables de las personas.

