Yoga es para todos. No importa tu estado físico, edad, condición social, etc; la disciplina física y su sabiduría están abiertas a todo aquel que quiera escuchar y desarrollarse en cuerpo y espíritu.
Sin embargo, sabemos que existen patologías y problemas, o incluso simples incomodidades, que puedes dificultar la práctica de asanas. Una forma de sortear este obstáculo, es practicar con ayuda de herramientas y elementos, como son las cintas, tacos, bolsters, etc.

Pero hay un instrumento que todos tenemos en casa y que puede ser un estupendo aliado a la hora de modificar posturas para hacerlas accesibles: la silla, un objeto que vino a dar solución y facilitar la práctica.

Ciencia y Cuerpo es un espacio creado para Clases de Yogaterapia, integrando por ciencia médica y ciencia del yoga para trabajar desde el cuerpo la búsqueda del equilibrio de salud en forma preventiva y restaurativa.

Es una práctica adaptada a las necesidades y condiciones físicas particulares de cada persona, dificultades en la movilidad, trastornos osteoarticulares, fibromialgia, estres y otras más. Y, a las personas que deseen sentirse bien obteniendo los beneficios de ésta práctica. Se dictan clases en tres modalidades: 

* Yoga terapéutico.

* Yoga en sillas: estilo suave que se practica en su mayoría sentados o en su defecto se usa la silla como instrumento de apoyo, incorpora la respiración y los beneficios mente-cuerpo de una clase tradicional. Recomendable para adultos mayores porque a veces se les complican ciertas posturas en el piso o la sienten incómodas. Es una buena opción para aquellas personas que tienen problemas de movilidad en forma permanente o temporal.

* Clase especial de yoga para personas que están en sillas de ruedas.

Un objeto que ayuda

Yoga en silla es un término general para la práctica que modifica las posiciones tradicionales de manera que puedan ser realizadas mientras estás sentado o apoyado en una silla. El objetivo de estas modificaciones es hacer el yoga accesible a aquellas personas que tienen limitaciones de estabilidad y/o movilidad. La silla reemplaza el mat y se convierte en una extensión de tu cuerpo, incorporandola a tu práctica. Esto puede beneficiar a mucha gente que quizás sin una silla no podría acceder al yoga. Este tipo de prácticas es recomendable para personas de la tercera edad, personas con sobrepeso, con problemas articulares en extremidades inferiores, con esclerosis múltiple, personas en sillas de rueda, personas que sufren de migraña o dolores de cabeza.

Dependiendo de cada caso pueden optar realizar toda la secuencia, adaptarla o dejar algún ejercicio afuera. Lo importante es que la silla este ubicada sobre un mat para que no se resbale. También se puede buscar otra superficie donde la silla quede estable. Debes poder sentarte con la espalda derecha, que tus rodillas estén a 90 grados y los pies bien apoyados en el suelo.

Fuente:
Dra Liliana Cáceres. Médica especialista Otorrinolaringología. Posgrado Psiconeuroinmunoendocrinología. Posgrado Medicina Ayurveda. Instructora de Yoga
Dra Elisa Staiger. Odontóloga. Posgrado Psiconeuroinmunoendocrinología. Instructora de Yoga.
Ciencia y cuerpo:
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