Difícilmente alguien no tenga entre sus amigos, familiares, compañeros de trabajo e inclusive conocidos a una o más víctimas de los "motochorros”, la modalidad delictiva que más ha crecido en los últimos meses en la provincia. A los damnificados de los ladrones que se valen de una moto para huir más rápido -a veces haciéndolo en contramano y por la vereda- si no les arrebataron el celular mientras iban caminando, les tiraron una piedra al vidrio del auto o lo golpearon con una bujía para que "se reviente” el cristal y así, en segundos, poder robar la cartera o la mochila que estaba a mano.
No son robos programados, sino oportunistas, donde el foco está puesto en la distracción y el descuido de la víctima, en su mayoría mujeres, ancianos y por qué no, adolescentes. A veces se desenvuelven como hechos de violencia, mediante golpes y empujones, aunque casi todos son ataques rápidos y certeros.
Generalmente se producen en las horas pico y en zonas cercanas a las grandes concentraciones urbanas, de todos modos, hay registros que los delincuentes que se movilizan en moto actúan a cualquier hora del día y prácticamente ya no quedan lugares libres de arrebatos.
Muchos de quienes han pasado por estos "malos ratos” reconocen "vivir con miedo” y por ello, se ven obligados a tener que tomar algunas precauciones para cuidarse y así evitar volver a pasar por lo mismo, entendiendo que un robo no depende exclusivamente de sus conductas.
Y es lógico ese miedo ya que según los registros oficiales, los robos en manos de los "motochorros” han aumentado un 30 por ciento en los primeros meses del 2012, respecto del año anterior.
"La realidad ha cambiado. Hoy vivimos en peligro y hay una sensibilidad más alta a situaciones de peligro ya que lo vemos a diario y a toda hora en las noticias. Esto por supuesto impacta en nuestra psiquis. Ya no podemos dejar ir solo a un chico a la escuela, hoy le inculcamos miedo diciéndole que se cuide por donde anda, que mire bien si alguien no lo persigue, que no reciba nada de nadie, etc, etc. Y si le regalamos un celular le decimos que no lo use en la calle porque se lo pueden robar. Lo mismo les ocurre a las mujeres cuando manejan o cuando salen de sus casas luciendo carteras que se convierten en una tentación para los ladrones”, analiza el psicólogo Daniel Castro, quien entre otras ocupaciones da clases en las carreras de Recursos Humanos y Acompañamiento Terapéutico en la Universidad Católica de Cuyo.
Sensación que ayuda
Para el licenciado Castro tener miedo no es negativo. Al contrario es una sensación que ayuda y mucho en estas circunstancias.
"El miedo no siempre es malo. Si no te paraliza o te llena de impotencia, el miedo puede ayudar a la persona a movilizarse, a accionarse, puede salvarlo de pasar por situaciones como los robos, por ejemplo. Porque quien tiene miedo tiene una herramienta para cuidarse, para valorar las actitudes cotidianas, entonces busca los modos de protegerse. No hay que negar el miedo, ni tampoco dramatizarlo. Hay que canalizarlo en acciones, socializarlo, rescatar lo positivo de la experiencia para generar actitudes para cuidarse uno mismo, a quienes lo rodean y a las cosas que uno tiene y que tanto le cuesta alcanzar”, define el profesional para quien el miedo además "genera vínculos con el resto de las personas: No es uno solo el que vive con miedo, sino a otros también les pasa. Por eso entre todos hay que hacer algo para ayudarse: ser mas solidarios, estar atentos, colaborar, comprometerse. Entonces permite retomar valores perdidos socialmente”, agrega su visión desde la psicología.
En este mismo sentido, la magister Eugenia Moreno, insta a compartir comunitariamente esos miedo y a no vivirlos con individualismo. "Cuando ocurre un robo, a veces ni los conductores de los autos cercanos al del hecho ni los vecinos ayudan a la víctima de los "motochorros” porque se sienten afectados por el miedo entonces optan por el viejo y querido no te metás. Pero esa no es la solución. Hay que buscar estrategias como sociedad, tomar las riendas, organizarse colectivamente. Uno sabe que no puede terminar con los arrebatadores pero sí puede hacer algo cuando ve que alguien está en peligro, al menos llamar a la policía", explica esta profesora de la cátedra de Psicología Social de la carrera que se dicta en la UCCuyo, además de la cátedra Prevención del Delito y Rehabilitación de los delincuentes en la Licenciatura de Seguridad Ciudadana (que se estudia en la misma universidad) y a la que concurren cadetes y policías en actividad como parte de su capacitación, fomentada por el Estado.
Una realidad preocupante
El aumento del miedo tiene su correlato en la realidad de todos los días. Aunque considere que no es propicio convertir los porcentajes en números reales, el propio ministro de Gobierno, Adrián Cuevas, reconoce el aumento en un 30 por ciento de los delitos bajo la modalidad de los "motochorros”. Este incremento ha quedado reflejado por las denuncias que recibió la policía en los primeros 6 meses del 2012 y la comparación es respecto a lo que sucedía en las calles en la misma época pero del año anterior.
Ante este problema es que el gobierno ha puesto el foco en estos delincuentes que actúan en dupla, movilizándose en motos para llevar a cabo sus cometidos y por eso está buscando distintas alternativas para frenar su accionar. Entre las medidas aparece fundamentalmente un polémico proyecto de ley que propone, tal como alguna vez se hizo en la provincia de Buenos Aires, en Capital Federal a ciertas horas o con más rigurosidad en Colombia, limitar la circulación en moto de más de una persona (ver Lo que está haciendo el gobierno o piensa hacer) como paliativo o al menos control de los conductores.
Mientras que el funcionario de quien depende la seguridad en San Juan, se niega a dar mayores detalles de los robos y arrebatos -argumentando que es un resguardo lógico de las políticas criminalísticas- la gente se queja reclamando soluciones porque padece perder en manos de los ladrones lo que tiene y en algunos casos hasta participa en una página web aportando datos al "mapa del delito” a nivel local. www.sanjuaninseguridad.com.ar es esa página creada por el abogado y político (miembro del Grupo 1852), Miguel Arancibia.
"Esta página es una referencia solamente ya que no registra todos los delitos que ocurren. Dependemos de la voluntad de la gente, de que tenga ganas de contar lo que le sucedió y que tenga acceso a Internet. Pero en definitiva es un aporte más que válido que debería ser tomado en cuenta por las autoridades", dice Arancibia.
Este mapa tiene 3 años de vigencia. Hasta ahora se han registrado y señalado en el territorio sanjuanino exactamente 684 robos y 75 arrebatos, entre otros delitos. De ello, en el 72,78% no se usó armas y en un 10,74 por ciento se apeló a armas blancas, lo que hace pensar que se trató de "motochorros” en su mayoría.
"Sabemos que las víctimas son principalmente mujeres, niños y ancianos que tienden a no defenderse o que van distraídos o ensimismados caminando o manejando. Según nuestro registro el 72 por ciento de las víctimas no hizo la denuncia policial correspondiente porque no cree o porque considera que no va a servir para nada”, agrega Arancibia quien apuntan a la legislatura como la llave para resolver la problemática de la inseguridad, más allá de las medidas puntuales que por supuesto deben tomarse desde la policía.
"La ley quedó obsoleta ante el perfeccionamiento del accionar de los delincuentes. Los diputados deberían actualizar y profundizar el código de procedimiento que ya tiene más de 20 años de vigencia, también tendrían que dejar de emparchar leyes en este sentido, para evitar que los ladrones entre por un lado y salgan a los pocos días para volver a delinquir. También la policía y el Poder Judicial deben ponerse a tono con la realidad”, aporta con tal de encontrar un camino para combatir la inseguridad.

