Un grupo de hacedores de vinos de San Juan, jóvenes y con una trayectoria ganada, decidieron unirse para sumar fuerzas y apoyarse entre sí, en un emprendimiento nada sencillo: Elaborar sus propios productos en partidas limitadas y cuidados por ellos de principio a fin. Se trata de las marcas Finca Camuñas de Juan Camuñas; Violinista de Marcelo Onofri; Roble Negro de Juan Pablo Ripalta; Bioceánico de Carlos Carbajo y Don Hugo de Mariana Roldán. Mientras tanto Milenko Stusek y Emiliano Lorenzo transitan por los trámites administrativos y legales para presentar sus vinos.
Este grupo llamado "Autores del vino, con firma propia", nació hace apenas tres meses y ya visitaron distintas ferias, siempre en forma conjunta, y hasta fueron invitados a un patio cervecero – Circo Beer-, para realizar degustaciones. Este es apenas el comienzo porque la idea es poder obtener fondos para jerarquizar sus pequeños emprendimientos o comenzar con el propio, ya que en la mayoría de los casos deben utilizar otras bodegas para poder elaborarlos.
La idea surgió de una charla entre Camuñas, Carbajo y Stusek quienes vieron la necesidad de reunirse para poder tener presencia en distintos encuentros, capacitarse y ayudarse entre sí. De inmediato se sumó el resto. Aquí las historias personales que fomentaron la unión.
Finca Camuñas
Corría el año 2004 cuando Juan Carlos Camuñas (36) decidió comenzar a elaborar su primer vino. Sus únicas herramientas eran su audacia y los conocimientos impartidos por algunos libros de Enología. Se apasionó tanto por el tema que no sólo pidió consejos para aprender a elaborar sino que hizo sus propios barbechos de Malbec, Tannat, Cabernet Sauvignon y Syrah. Los únicos que compró fueron los de la variedad Viognier, y ahora sumó Pinot gris. Un autodidacta, pero por poco tiempo ya que decidió inscribirse en el Instituto de Enología y llegó ser el abanderado de la promoción.
"En realidad mi idea era estudiar las materias que me interesaban y no recibirme, pero me gustó tanto que lo hice. Esto es una verdadera pasión", dice.
La primera vendimia de sus propios y cuidados viñedos vió la luz en el año 2007, y a sus vinos decidió bautizarlos con la marca Finca Camuñas ya que ocupaba un lugar de la familia en Pocito.
Con media hectárea implantada, en la actualidad cosecha unos dos mil kilos de cada variedad que reciben cuidados personalizados, tras lo cual llega el momento de la elaboración en su pequeño y equipado establecimiento. El resultado son unas seis mil botellas con crédito propio.
"Un vino de autor es una autobiografía de quien lo elabora", dice Juan apenas dejando ver su veta literaria que saca a relucir cada vez que debe escribir algo de un vino o de la profesión.
Del grupo de varietales, dos de ellos -Malbec y Syrah 2015-, cuentan con un 25 por ciento de barrica de roble americano y francés respectivamente de primer uso, un plan armado para lograr el equilibrio que buscaba.
La etiqueta hecha por Emilia Abaus y Daniela Quattropani, ha recibido pocos pero interesantes cambios. Luce una original tipografía ya que al mirarla en detalle se ven formas de la flora autóctona. A esto se sumó una hoja de parra cuyo único trazo ahora simula una firma. Esta incorporación estuvo a cargo del conocido diseñador Gustavo Idemi.
Tanto el Viognier como el Malbec han recibido Medalla de Oro en la Cata de Vinos 2016; mientras que el Syrah y el Cabernet Sauvignon se quedaron con sendas Medallas de Plata.
Precio: 100 pesos
Roble Negro
Juan Pablo Ripalta (37), recibió su título de enólogo en el año 2008, y al año siguiente comenzó a elaborar vinos de altura en Cafayate, Salta, donde estuvo cuatro años. Ahí surgió la iniciativa de tener un proyecto propio, al punto que en ese momento empezó con el registro de la marca: Roble Negro. Luego se sumó su esposa, Amalia Nesman, también de cuna vitivinícola, quien colabora estrechamente en esta nueva propuesta.
La marca registrada por aquel entonces está identificada por una etiqueta vanguardista diseñada por el especialista en diseño Gerardo Recio. Se trata de un colibrí de muchos colores, muy vivaz y atractiva.
En el año 2014, estos vinos salieron a la venta en sus dos versiones, Malbec y Cabernet Sauvignon, con una partida de sólo 3 mil litros cada uno. "Están elaborados con uvas de Zonda que seleccionó personalmente. Elegí un emprendimiento de la zona que tiene materia prima de alta calidad, y elaboro en Viñas de Segisa en Pocito. Luego pasan ocho meses en roble francés. Decidí que no sea más que esa cantidad de tiempo porque prefiero que la madera no tape el vino ya que las uvas zondinas tienen características particulares", explica Ripalta.
Finalmente en su propia casa colocan las etiquetas para salir a la venta que él realiza personalmente en San Juan ya sea por contactos personales o a través de las redes sociales. Mientras que en Buenos Aires y con la misma metodología lo comercializa otra persona.
Ambos varietales recibieron Medalla de Oro en la Cata de Vinos de San Juan 2016, con lo cual marca un fuerte punto de partida para su futuro desarrollo.
Precio: 200 pesos.
Bioceánico
Con la idea de que el vino una a las personas más allá de sus particularidades y de las fronteras naturales o hechas por el hombre, nació Bioceánico con la firma de Carlos Carbajo (47), enólogo con años de experiencia en bodegas locales.
Su decisión para este vino de autor fue encontrar blends de calidad superior. Se trata de un Syrah-Bonarda-Malbec y un Syrah-Bonarda-Cabernet, que ya han ganado sendas Medallas de Oro en la Cata de Vinos 2016.
Carlos egresó de la Escuela de Enología a los 25 años, y siempre soñó con un vino propio, que tuviera su sello de autor. "Así fue que para comenzar con este sueño, en el año 2012, nos reunimos en familia para pensar el nombre y surgió Bioceánico. Tuvimos suerte porque no estaba registrado y así quedó. En cuanto a la idea de los cortes, fue porque quería encontrar otras expresiones, más complejidad en el producto final. Jugué hasta encontrar lo que yo quería. Están elaborados con uvas de El Acequión, Pedernal, y de la zona de El Abanico en Pocito. Ambas poseen un enorme potencial y eso me favoreció muchísimo", indica Carlos.
Tras una cuidada elaboración, los vinos pasan seis meses en barrica de roble americano tostado medio, que es el que más le gusta a Carbajo, y 18 meses de reposo en botella. Recién entonces salen a la venta.
Las primeras partidas que salieron el año pasado sólo contaron con 120 botellas cada una; mientras que la actual cuenta con 1300 botellas.
El diseño de la etiqueta, también delineado por el enólogo, fue diseñada por Daniel Fernández, quien se encargó cuidar cada detalle.
Precio: 150 pesos.
Don Hugo
Enamorada de Barreal, hace unos años, Mariana Roldán (37) decidió comenzar el proyecto
"Laberintos", pero recién el año pasado fue reformulado para salir al mercado con la marca
"Don Hugo. Es que el lugar en el que pudo realizar su propio vino es en un espacio agrícola de su generoso tío Hugo.
"La uvas allí son increíbles por el tipo de suelo, clima y por estar a 1800 metros sobre el nivel del mar. Su sanidad y su calidad son impecables. Elegí Malbec porque fue la que más me gustó, todo el proceso es artesanal, cuidado en extremo y cuento sólo con dos barricas de 500 litros cada una", cuenta Mariana, quien es acompañada por su hermano Federico y Juan Pablo Rupcic, a cargo de otros aspectos de la producción y comercialización.
El galpón destinado a la elaboración del vino se encuentra al final del Complejo Caupolicán, en Barreal, algo que le da un toque diferencial porque nació como parte de una propuesta Enoturística. Sin duda que quienes allí se hospedan no pasan por alto ningún detalle de la elaboración y crianza. Además de comprar directamente en el lugar.
El galpón fue construido específicamente para estos fines y cuenta dispone dos tachos de acero inoxidable y la maquinaria necesaria para la cuidada elaboración del Malbec Reserva 2015 (partida actual a la venta), con 6 meses de barrica y otros tantos de estiba en botella. A la par también elaboró un Torrontés de altura.
La etiqueta que identifica a Don Hugo destaca las montañas sanjuaninas con la típica vista desde ese departamento, fue diseñada por Luis Pérez.
Actualmente el vino es comercializado en forma personal y en algunas vinotecas.
Mariana estudió Enología casi de casualidad. Es que al llegar de Mendoza donde había cursado Turismo, buscó un lugar para hacer un curso de degustación, pero equivocadamente fue al cursillo de ingreso de la carrera. Y no sólo eso, sino que fue la abanderada de su promoción. "Siempre cuento que estudié grande, pero me apasionó la enología. Ese es uno de los motivos por cuales quería trasmitir ese amor a través de un vino propio", dice.
Precio: 100 pesos.
Violinista
Marcelo Onofri (40), tiene una vasta trayectoria en San Juan. Es licenciado en Enología egresado de la Universidad Don Bosco de Mendoza, y desde sus comienzos hizo su carrera en la provincia. Tras años de hacer vinos, llegó el momento de cumplir con el sueño propio que fue bautizado: Violinista. No por casualidad ni muchos menos.
"Siempre me gustó la música, aunque yo tocaba el piano, pero mi hijo Esteban (12) toca el violín en la orquesta juvenil. Tanto llevarlo a sus clases empecé a conocer músicos y aprendí que el violín suena distinto según quien lo ejecute. Ahí encontré las similitudes con un enólogo, ambos asumen por igual un desafío de paciencia, tradición y creatividad, entregando su vida y su corazón. Tuve la suerte de registrar la marca", cuenta.
Actualmente trabaja en las bodegas Merced del Estero y Morchio y Meglioli, pero se da el tiempo necesario para que el violinista tenga todos los cuidados que merece desde la viña hasta la botella.
"Siempre quise hacer un vino propio, que reflejara mi pasión como profesional, sin las presiones de obtener vinos con un estilo determinado por la bodega. Así decidí hacer un blend de terroir con uvas de Pedernal y de La Bebida, para que la altura le aportara taninos, buena estructura y acidez y las de menor altura le aportaran fruta madura y redondez", relata.
Así nace Violinista Cabernet Franc 2014 y el blend de Torrontés y Sauvignon Blanc, con una partida de sólo 3 mil botellas. La primera partida es la que se comercializa en la actualidad. Este exponente tuvo un año de crianza en barrica y dos años de estiba en botella. "Me pude dar el gusto de esperarlo", asegura.
Precio: Cab.Franc: 300 pesos
Blend Torrontés/Sauvignon: 180 pesos
Firma propia
Un vino de autor es el que desde el viñedo, continuando en la vendimia, elaboración, crianza, embotellado, vestido, conservación y comercialización es supervisado por el profesional que aplicó su ciencia enológica y su arte para crear una obra única e inimitable.
Paso a paso
Milenko Stusek (32), y Emiliano Lorenzo (28), son los enólogos más jóvenes del grupo y los únicos que aún esperan presentar lo antes posible sus vinos de autor.
Milenko es licenciado en Enología, egresado de la Universidad Católica de Cuyo hace tres años y su pasión por la Enología viene desde Eslovenia. Allí vivían sus abuelos paternos quienes tenían bodega en forma cooperativa y que en la actualidad sigue produciendo.
Además su abuelo materno estuvo siempre vinculado a la parte tecnológica de las bodegas.
Sin duda que la herencia pudo más y ayudado por su papá comenzó a construir una pequeña bodega en Villa Tacú, donde además hay un complejo de cabañas -Zonda Viejo-, con lo cual se integraría al enoturismo. Cuenta con una capacidad de 20 mil litros y está en proceso de registro.
"La idea es sumar la vieja maquinaria de mi abuelo Felix en la parte de adelante a modo de homenaje y para que los visitantes puedan ver estos testimonios de la historia", dice Milenko.
Los vinos que saldrán a la venta -cuya marca también está en proceso de registro-, están elaborados con uvas de las variedades Syrah, Malbec, Bonarda, y Moscatel, todas del Valle de Zonda.
"Es difícil sacar tu propio vino, pero muy gratificante. Hay que tener en cuenta que el resultado es un producto de alta gama que está cuidado de principio a fin. En mi caso cuento con la ayuda de mi papá Jorge y mi hermano Jeremías que se dedican más a la parte comercial", agrega.
Emiliano Lorenzo es licenciado en Enología egresado de la UCC hace un año y medio aproximadamente, pero con un largo camino recorrido. Es que antes de recibirse realizó elaboraciones en dos bodegas de California en diferentes vendimias, y una tercera en Nueva Zelanda. "Estuve en la Isla Sur donde el 85 por ciento de lo que se elabora en la bodega en la estuve es de la variedad Sauvignon Blanc. Han sido experiencias maravillosas, además de todo lo aprendido en Graffigna, cuenta Emiliano.
Actualmente trabaja en la bodega ESPA en Calingasta donde también elabora su vino que saldrá pronto a la venta (una vez terminados los plazos previstos por ley y registro de marca). "Elegí Malbec de Calingasta porque nunca vi mejor uva y la materia prima es determinante para la calidad y lo que uno quiere lograr en un vino que llevará su firma.
(Fotos: Federico Levato)