Los dos salones de la parrillada Bigotes siguen, como todo el año, climatizados a pleno para recibir a sus clientes en la temporada de calor, pero además, ahora se suma el patio de verano con todas las comodidades para pasar estas noches con buena comida en un ambiente agradable.

Bigotes comenzó a funcionar a mediados del año 1988, aprovechando una idea de Luis Martinazzo y la experiencia gastronómica de su hermano Carlos en un quincho frente a lo que ahora es el Centro Cívico, con un modalidad única por aquel entonces ya que contaba con una mesa de ensaladas que hasta ahora permanece, claro con con nuevas variedades. "Esto permitió que lográramos que la gente no tuviera que esperar para comer, algo por lo cual el sanjuanino siempre se quejaba. Esto sumado a que nuestra propuesta se basa en un diente libre a la criolla, nadie debe esperar jamás", asegura Carlos.

Luego se trasladaron a un lugar propio, a unas tres cuadras del salón de origen y donde funciona actualmente. Allí dispone de dos salones perfectamente refrigerados con una capacidad para 150 y 90 personas respectivamente, además del patio ya habilitado para 100 personas más. Este último tiene piso de travertino cuyas características aseguran que por las noches está fresco. Esta capacidad también permite la realización de eventos empresariales, comerciales o familiares con reserva previa.