En el Día de Campo de la Asociación Tomate 2000 hubo dos temas destacados: los ensayos de variedades y la presentación en sociedad de una cosechadora mecánica nueva, cero kilómetro, que cautivó a los presentes unos 50 productores, agrónomos, comerciantes y empresarios del sector.
Del primer tema, hablamos en la página 5, y de la máquina hicimos opinar al equipo de técnicos de la asociación, integrado por Cosme Argerich, Horacio Angelelli, Elio Cantoni, Ariel Lucero, Martín Gómez, Alejandro Fernandez, Agustín Recabarren, Luis Cuitiño, Pablo Guevara, Diego Coromina y José Pierantonelli.
Sobre la novedosa maquinaria destacaron que se trata de una Sandei 500 TH-ST, rinde aproximadamente 50.000 kilos por hora, motor John Deere, 6 cilindros, cámara para ir viendo la cosecha, con un costo de 225.000 euros, más traslados y accesorios a pedido del comprador. Con 30 millones de kilos de tomate ya se justifica la compra de una de ellas. Luego dieron a conocer recomendaciones generales para usarla. Expresaron que es necesario que el productor dispuesto a cosechar con máquina, conozca los requisitos del proceso de mecanización, sea por experiencia propia, observación de otros casos o acceso a capacitación. De este modo podrá coordinar toda la logística de la cosecha y hacer eficiente el desempeño de todos los actores involucrados, sin descuidar la calidad de la materia prima recolectada. El personal de apoyo que participe en la cosecha (operarios en la máquina, abremelgas, tractoristas, etc.), deberá contar con los elementos de seguridad y protección necesarios además de cobertura de obra social o ART. Sobre el predio, dijeron que las calles de acceso, los callejones de las fincas y los ingresos al lote, deben tener el ancho adecuado y estar en perfectas condiciones para el traslado y movimiento, tanto de las máquinas como de los equipos. Los puentes de ingreso a las fincas y a los lotes, deben estar en buen estado, ser de hormigón preferentemente y tener suficiente amplitud. Alamedas, alambrados, canales, montículos, etc., ubicados en los callejones que dan hacia la cabecera y pie de los lotes, no deben representar obstáculos para el giro de las máquinas y de los tractores con los acoplados. Se requieren de 8 a 10 m libres y la cosecha de las plantas iniciales de la hilera, para dar espacio y armonizar la estabilidad de la máquina y del cabezal de corte. Regueras, sobreacequias y desagües deben ser convenientemente borrados con rastra y niveleta para evitar problemas de tracción con los chasis y acoplados cargados. Las tiradas de cosecha, para hacer eficiente el trabajo de las máquinas, deberían tener más de 150 m de longitud. Las propiedades con poca superficie cultivada y aisladas de otras, constituyen una dificultad para cosechar mecánicamente, por el movimiento que implica de las maquinas y el costo que esto conlleva.
Del suelo indicaron que son excluidos los suelos que presentan gran difusión de piedras en superficie y aquellos turbosos o revenidos, que dificultan el pasaje de equipos pesados. Deben limpiarse y acondicionarse convenientemente los lotes que provengan de frutales, viñedos o campo, y puedan tener restos de vegetación leñosa (troncos), o restos de estructuras preexistente (palos, alambres, nailon, etc.) Deben trabajarse adecuadamente los de textura pesada (arcillosos y limosos), proclives a presentar cascotes grandes y duros en superficie. Hay que ver bien la disponibilidad de tractores. Se debe contar con unidades de gran potencia (100-150 Hp) para tirar acoplados y eventualmente chasis, o demostrar fehacientemente la factibilidad de alquiler en tiempo y forma.
Variedades
Los ingenieros agrónomos aconsejaron sólo variedades con probada adaptación a las exigencias de la cosecha mecánica, tanto por la consistencia de sus frutos (medida como resistencia al rajado), como por la concentración de madurez demostrada en los ensayos.
Se recomiendan en este sentido como semi-precoces: HMX 3861; Star 9063; ISI 29714; y Docet. Y entre las de ciclo largo: HM 5895; Heinz 3402; HM7883 y Fokker.
La formación de la cama de plantación y el laboreo final cuando el riesgo por surco se lleva al medio, deben tender a lograr una cama plana (horizontal), libre de cascotes y de otros elementos extraños (piedras, palos, etc.). Tiene por objeto hacer eficiente la recolección, impedir roturas en mecanismos de la máquina y evitar que material distinto a tomates ingrese en la fábrica y/o altere la calidad de la materia prima.
Las condiciones en las que el cultivo llegue a la cosecha, pueden alterar sobremanera la calidad de la materia prima en fábrica. El manejo inapropiado del riesgo y/o de los fertilizantes en la etapa final; las enfermedades fúngicas y bacterianas; los insectos que afectan follaje y frutos; y factores climáticos, en especial lluvias y granizo, pueden deteriorar la firmeza de los frutos y la concentración de madurez, dificultando o impidiendo la mecanización de la cosecha.
La presencia de malezas rastreras (por ej.: correhuela, suspiro, roseta, euforbia, etc.), reducen la eficiencia de la cosecha, pudiendo atorar mecanismos de la máquina, dificultar la separación de frutos y obligar a mayor atención de los operarios.
Sobre el riego por goteo, los laterales de riego, sean cintas o mangueras, es aconsejable que se encuentren enterrados por debajo de la superficie de corte de las cosechadoras. Si se hayan sobre la superficie del suelo o elevados sobre el cultivo, tienen que ser retirados del lote antes del ingreso de la máquina, con objeto de hacer más eficiente y limpia la cosecha. Válvulas y otros objetos del sistema de riego, tienen que estar visibles y señalizados para evitar impactos y roturas.
Del momento de cosecha mencionaron que es importante tener un alto nivel de exigencia para realizar el cultivo en los términos pactados y cumplir la programación de acuerdo a lo previsto. Cualquier alteración en ese esquema, puede causar la no coincidencia entre disponibilidad de máquina y logística de la industria, con el momento óptimo de cosecha.
Es fundamental ingresar al lote a cosechar en el momento adecuado. Este se establece cuando el nivel de frutos sobremaduros o podridos no supera un 2% del total de la producción. Si a esa altura, el porcentaje de tomates verdes fuera elevado, por ejemplo superior al 20%, debe reconsiderarse la conveniencia de cosechar mecánicamente.

