Basta decir simplemente las palabras “energía alternativa” para que el oído de cualquier gobierno preste gran atención. Es el caso de San Juan y la futura exploración de uranio, una gran fuente de esta clase de energía. Resulta evidente que la intención del Gobierno provincial de acelerar la exploración y futura explotación de uranio para el desarrollo de energía alternativa se encuentra contenida y de alguna manera paralizada, por un contexto marcado por un bajo valor del uranio en el mercado internacional y una crisis financiera que todavía deja entrever sus efectos negativos.

“La intención es desarrollar las energías alternativas, por eso el Gobierno provincial está tan interesado. Pero hay que recordar que la crisis financiera internacional afectó fuertemente la parte explorativa de las empresas. Las últimas solicitudes de permisos para explorar zonas de uranio en la provincia ingresaron en 2007 y 2008. Es decir que por ahora todo sigue igual”, explicó Juan Bustamante, director de Minería de San Juan.
Meses atrás, el secretario de Minería, Felipe Saavedra dijo a DIARIO DE CUYO: “Al Gobierno de la provincia le interesa que se exploren todas las áreas posibles de tener reservas de uranio, no que estén dormidas”. También dijo que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) tiene otras áreas para explorar que no son de propiedad del IPEEM (Instituto Provincial de Exploración y Explotación Minera). Incluso dijo que si existen algunas propiedades que son del IPEEM y el EPSE no las utiliza, podría llegarse a alguna fórmula para que lo hiciese la CNEA. Demostrando así la intención de la provincia en desarrollar este tipo de energía alternativa a toda costa.

Sin embargo, más allá de la intención demostrada por parte del la Secretaría de Minería, no se ha tomado ninguna decisión, y tampoco se tiene ninguna novedad sobre la futura exploración de uranio en la provincia. “No se han registrado nuevas concesiones y siguen estando las mismas empresas de siempre. Tampoco hemos recibido ningún tipo de decisión en relación a la posibilidad de que los potenciales territorios de uranio a cargo del IPEEM pasen a manos de la CNAR o del EPSE”, dijo Bustamante.

Más allá de que los permisos para explorar solicitados por las distintas empresas se encuentran en diferentes instancias, ninguna de ellas ha recibido por aprobado el Informe de Impacto Ambiental necesario para el inicio de las tareas de exploración. Para realizar exploraciones, las empresas necesitan capital, el cual siempre es muy bien cuidado, ya que deben estar seguras de que será económicamente redituable la inversión.

“No todas las empresas tienen sus cosas lo suficientemente organizadas o claras para invertir en exploración. Pero no hay que desesperarse, el uranio sigue siendo la fuente de energía alternativa más importante que existe hoy en día”, comentó Bustamante.

La búsqueda de uranio en San Juan es una actividad que tuvo un inicio hace varias décadas, pero quedó abandonada porque los costos no justificaban la inversión. Ahora, en cambio, los ojos sobre el uranio tienen mucho más interés, dado que las crisis energéticas (en especial de los hidrocarburos, por los conflictos en Medio Oriente y el descalabro económico mundial) abren una puerta para la producción de energía obtenida a partir del uranio, que no genera dióxido de carbono y es mucho más rendidora. “Como comunmente se dice: la vaca no está atada. Es decir que al uranio hay que buscarlo, porque todavía no se sabe específicamente dónde se encuentra. Para su explotación falta mucho. Se habla mucho por una necesidad mundial y del país de obtener e invertir en energías alternativas, pero todavía queda mucho trabajo”, dijo Juan Reus, integrante del Directorio de IPEEM.