Desde siempre el hombre ha buscado sabiduría para encontrar las respuestas a los misterios del universo y del ser humano. Con ese fin siempre han surgido movimientos integradores como la conocida Sociedad Teosófica que nació en 1875 para investigar la naturaleza y el lugar de la humanidad en él, para promover la comprensión de otras culturas, y para formar un núcleo de la Fraternidad Universal entre los seres humanos. Argentina y San Juan no estuvieron ajenos a ese movimiento que ya cuenta con ramas en más de 60 países y sede central en la India, pero se disolvió a mediados del siglo XX. Con la misma intención y con la firme convicción de recuperar valores perdidos, ética, respeto entre las personas, entre otras cosas que hacen a la vida cotidiana, un grupo de profesionales reflotó esta figura y se reúnen semanalmente para opinar de distintos temas que hacen a la humanidad y tienen efectiva aplicación en lo cotidiano.
Los objetivos de la Sociedad Teosófica son: formar un núcleo de la fraternidad universal sin distinción de raza, credo, sexo, casta o color; fomentar el estudio comparativo de religión, filosofía y ciencia e investigar las leyes inexplicadas de la naturaleza y los poderes latentes del hombre.
Gustavo Enrico, abogado y Federico Varela Agüero, empresario, dos de los integrantes locales y motores de este resurgimiento, dicen que +es una sociedad laica y sin dogmas, de ese manera se pueden estudiar todas las religiones en forma comparada. Nosotros decimos que en todas las religiones existe un hilo conductor único, un principio práctico que es el seguimiento de una ética divina. Este es uno de los puntos de estudio que lo único que persigue es reencontrarse con valores+.
Leopoldo Lugones, Alicia Moreau de Justo, Joaquín V. González, Alejandro Sorondo, a nivel nacional, y Miguel Tornambé en San Juan fueron algunos de los hombres que trajeron estas ideas y que participaron de la Sociedad Teosófica en Argentina que tuvo vigencia hasta 1940 aproximadamente.
Para facilitar los estudios y el intercambio de opiniones se organizan los denominados COE (Centro oficial de estudio). +Eso es lo que estamos fundando ahora en San Juan para estar bien organizados. Nos reunimos con frecuencia porque desde la India se establecen pautas para que funcionen correctamente+, explica Enrico.
+Nos encontramos todas las semanas y cada quince días viene el vicepresidente de la sociedad en el país, José Contreras, para hablar de temas puntuales+, agrega Federico Aguero Varela.
La pregunta que la gente común se fórmula en estos casos es acerca de la aplicación práctica de estos estudios. Sobre el tema Gustavo aclara que +se trata de aprender ética práctica, mantener la mente quieta -como dicen los hinduístas- para entender que esencialmente todos somos iguales, adentrarse en el conocimiento personal para luego entender al entorno+.
Federico dice que +es conocerse a uno mismo para lograr un mayor orden en todo sentido. Además lo importante de estos conocimientos es poder proyectarlos hacia los demás, ayudar al prójimo, crear un ambiente de fraternidad, reencontrarnos con los valores. En esto nadie es el dueño de la verdad, se respeta la forma de pensar de todos, su religión y su idiosincrasia+.
La gran referente de esta disciplina es H.P Blavatsky, cuyos escritos publicados en 1888 son la base de la Teosofía Moderna. Su libro llamado llamado +Doctrina Secreta+ presenta con abundante detalle una visión de la naturaleza de la vida, del origen y la emanación del universo, de la evolución y meta de la existencia humana. También investiga el tratamiento de esos temas por religiones antiguas y la ciencia contemporánea.
El título del libro puede ser malinterpretado ya que el trabajo, dicen los especialistas, no se ocupa de dogmas deliberadamente ocultos. +La teosofía no es dogmática ni doctrinaria, ofrece una visión del mundo, pero enseña que debemos aceptar solo aquella parte de esa visión que atraiga a nuestra razón y satisfaga nuestro sentido de lo que es apropiado+, explica.
El mensaje de la Teosofía actual pasa por los problemas que enfrenta la humanidad como guerras, superpoblación, explotación, prejuicios, opresión, codicia, odio, entre otros. Se intenta, a pesar de todas las diferencias, de entender que el hombre tiene un origen y un destino común y por ese fin debe cuidar a su prójimo.
Una tendencia universal que vuelve con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas y su entorno desde la comprensión y el entendimiento.

