María Audelina Néstor López (el Néstor le fue impuesto por ser el santo del día en el calendario como se estilaba entonces); nació en Córdoba hace cien años. Sus padres se vinieron a San Juan cuando apenas contaba un año de vida. Eran oriundos de Málaga, España, Laurencio López Peláez y Antonia Martín. Desde entonces tuvo como vecino al que luego sería su esposo, Luis Franklin Bustos, Maestro Normal que se jubilara como directivo en la escuela "Cecilio Avila", en Trinidad. Tuvieron dos hijos que ya no están: Gladys Nydia, fallecida cuando estudiaba Odontología y Luis Horacio, que murió de una afección al corazón. A sus cien años la soledad no le pesa porque supo cosechar cariño. Vive con sus hermanos y ellos fueron los que organizaron un festejo en La Nueva Estancia que compartió con sobrinos y amigos por doquier. "Hay que llevar éstos cien años siempre le hice frente a la vida con coraje y con fe". Menuda, lúcida y de sonrisa imborrable, nos cuenta que ya no lee como antes, poco camina y le encanta estar con gente y que la inviten. El agasajo la animó bastante y cuando habla de su salud dice con risas y sentido del humor ¡de un buen vino se hace un buen vinagre!.