Para algunos, la década de los noventa fue el inicio del quiebre de un modelo de sociedad centrado en el Estado. Las crisis continuas y el consecuente desgaste de la gestión pública, hicieron que el Estado se centrara en el mercado y descuidara actividades esenciales para la comunidad. En forma paralela, la política dejó de ser el eje de las transformaciones sociales y el sector privado adquirió de pronto una importancia inesperada: comenzó a tener protagonismo en áreas como la salud y la educación e incluso llegó a abarcar responsabilidades como la provisión de agua, gas o energía. En consecuencia, crecieron las expectativas sociales, el Estado retrajo su presencia y las empresas debieron definir su rol en la sociedad. No ajenas a esta realidad, las empresas mineras y sus proveedores ajustaron su accionar a retos socioeconómicos generados por las expectativas y demandas locales. Las políticas empresariales de apoyo a la comunidad son ahora ineludibles y el concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) adquiere más fuerza que nunca en el seno de estas empresas.

En todos los casos y tanto para mineras como proveedores, las acciones de RSE se elaboran en función de las necesidades y demandas de las comunidades en las que trabajan. En cuanto a las mineras, se desarrollan políticas centradas en el área económica que caracterice a la comunidad y necesite desarrollarse, así como apoyo a la salud, la educación u obras de infraestructura que sean necesarias. En cualquiera de los casos, todas persiguen el objetivo de que los recursos invertidos perduren en el tiempo y sean sustentables más allá de la vida económica de cada uno de los proyectos mineros.

A modo de ejemplo, puede hacerse referencia a las acciones que tienen en la agricultura, el punto en común que estas las mineras Barrick (Veladero), Xstrata Copper (El Pachón) y Minas Argentinas (Gualcamayo) tienen en sus zonas de influencia. Jáchal, Iglesia y Calingasta se caracterizan por el fuerte perfil agrícola de sus comunidades, razón por la que ninguna empresa ha dejado de hacer hincapié en el tema.

Así por ejemplo, Xstrata desarrolló un proyecto centrado en el apoyo a la Cooperativa Agrícola de Tamberías, brindándoles el asesoramiento de un ingeniero agrónomo para su producción de ajos, como también un nuevo tractor para labrar la tierra. En Jáchal, MASA generó capacitaciones para mejorar la competitividad de los productores tomateros de la zona y realizó gestiones para que los dulces elaborados por los chicos de la Escuela Agrotécnica de Jáchal pasaran a integrar la sección de postres del menú disponible para los operarios de la mina.

En el caso de Barrick, que con su proyecto Veladero fue la primera mina en entrar en producción, la lista de acciones en sus zonas de influencia es mucho más amplia. Es así que se generó un programa del cultivo de tomates, así como la instalación de una planta de secado en Jáchal. En este mismo departamento, se construyó el mercado concentrador de frutas y hortalizas para fortalecer la producción y el consumo. También hay un programa para el desarrollo de proveedores locales y la inserción de sus productos en la cadena de suministros de la empresa.

El concepto de cada uno
¿Qué es la RSE, para qué sirve y cuáles son las acciones que llevan adelante? Responder revela un accionar de trabajo que apunta al feedback constante entre empresa y comunidad y sin el cual ambas no podrían interactuar ni desarrollarse.
En principio hay que partir de lo que las compañías entienden por RSE. El concepto varía de una a otra, pero en definitiva se centra en la concreción de beneficios a través del compromiso y adopción voluntaria por parte de la empresa, de actitudes que apunten a mejorar la calidad de vida. Minas Argentinas SA, subsidiaria de Yamana Gold y empresa que opera en Gualcamayo, Jáchal, interpreta la Responsabilidad Social Empresaria “como toda acción dirigida a promover, impulsar o desarrollar a la comunidad, más allá de las obligaciones fiscales y legales que la compañía tiene en cada locación donde trabaja”, informaron desde la empresa.

Por el lado de Barrick, que opera Veladero en Iglesia, la RSE es un objetivo estratégico que se encuentra dentro del estatuto de responsabilidad social de la empresa. “El desarrollo de las comunidades vecinas a nuestras operaciones y proyectos es un componente central de nuestra visión. Allí donde estamos nos esmeramos en impulsar programas y aportes en áreas clave como salud, seguridad, educación, procesos productivos y relaciones comunitarias”, explicó Miguel Greco, superintendente de Desarrollo Sustentable de Barrick.

Xstrata Copper San Juan (XCuSJ), la firma que opera en El Pachón, Calingasta, brinda una variante al respecto. Para esta empresa la RSE se entiende en términos de Desarrollo Sostenible (DS). Según transmitió Guillermina Elías, responsable de la Coordinación de Comunicaciones de la compañía en San Juan, “Xstrata Copper no actúa por RSE, sino por generar un desarrollo sostenible de nuestras actividades en las comunidades con quienes actuamos dentro de un medio ambiente que tiene que poder sostenerse con nuestra presencia en él. A partir del DS buscamos asegurar relaciones armoniosas generando beneficios recíprocos y trabajando en asociación con los diversos actores involucrados en nuestra actividad”.

Para las proveedoras de servicios mineros, la RSE tiene que ver con un modelo de gestión. Así por ejemplo, Ariel Cáceres, gerente General de Dacotrans Argentina SA, empresa dedicada al transporte de cargas por vía marítima, aérea y terrestre, “es una forma de gestionar nuestro trabajo y hacer de nuestro trabajo y las acciones de Responsabilidad Social Corporativa, acciones sustentables en el tiempo. Esto implica comprometernos con los diferentes sectores: la comunidad, la cadena de suministros, es decir nuestros proveedores, nuestros clientes y también nuestro público interno”.

Para Carlos Sola, apoderado de Alta Tecnología Alimentaria (ATA), firma dedicada a la provisión de servicios de hotelería y alimentación institucional, “la RSE son todos aquellos actos que propenden al desarrollo de las regiones donde la empresa desarrolla sus actividades, ejerce actos de comercio y obtiene beneficios, beneficios por los que tiene que ser sensible y volcarlos en la comunidad de donde proviene la gente que ayuda a lograr esas utilidades y al engrandecimiento de las empresas”.

En este marco, ¿por qué es tan importante para las empresas la aplicación de la RSE o el Desarrollo Sostenible? Muy simple. Ante el nuevo rol de las empresas en la sociedad y la expectativa por parte de los grupos de interés en las comunidades en las que se asientan, los fines que se persiguen ya no son netamente lucrativos. Las relaciones armoniosas con la comunidad y la consecuente aceptación hacen a la importancia. En definitiva se trata de una inversión a largo plazo que en situaciones de crisis permitirá economizar gastos implícitos.

Alejandro Flores, Superintendente de Comunicaciones para Argentina de Yamana Gold, dio una visión interesante al respecto y que tiene que ver con lo que muchos conocen como “licencia o contrato social”. Concepto relacionado al impacto que la actividad genera en la sociedad y su entorno, es el requisito básico para una empresa minera que desea concretar la operación de un yacimiento. “Como rama reciente en expansión, resulta natural que la minería metalífera requiera de la obtención de la necesaria licencia social para su desenvolvimiento. Las acciones de RSE son herramientas que contribuyen a obtener, afianzar y sostener esta licencia social, en la medida en que ponen de manifiesto la voluntad real de las empresas del sector, por alcanzar con el beneficio que se genera por su labor, a las comunidades que las contienen”, detalló Flores.

Barrick, por su parte, también aportó un ingrediente interesante. Para la empresa, este tipo de compromiso empresarial no es obligatorio para la minería puesto que entiende a la RSE como una visión estratégica inherente a cualquier actividad económica que se desarrolle. Según el superintendente de Desarrollo Sustentable, “nadie está obligado a realizar programas de RSE o plantearse objetivos de reputación. Es evidente que cada vez hay más empresas de todo orden que están comprometidas con esta visión. Para Barrick el desarrollo de sus programas de Desarrollo Sustentable es consecuente con su visión corporativa y la aplica en todo el mundo”.

Desde su concepto de RSE en términos de desarrollo sostenible, para Xstrata Copper San Juan es cada vez más importante la forma en que la empresa genera vínculos entre sus distintos grupos de interés y la comunidad. “La gestión moderna de una empresa requiere que junto con los logros de eficiencia técnica y económica, las organizaciones potencien el lado humano para alcanzar y mantener grados de competitividad en el largo plazo. La consolidación de una empresa desde una mirada más amplia debe dar prioridad al desarrollo económico, social y medioambiental, que hoy denominamos sostenibilidad y que posee como expresión el diseño de estrategias de responsabilidad social”, se expresó desde XCuSJ.

De forma simple pero apuntando al meollo de la cuestión, los empresarios también brindaron su visión. Para Carlos Sola, la RSE es un nuevo modo de hacer negocios. “No sólo estamos pensando en los accionistas, que sí es cierto porque hay que lograr la rentabilidad que se obtiene por parte de los inversores, pero hay que procurar que esa rentabilidad se distribuya en la población, porque si la población en la que trabajamos no se desarrolla, por sí solos como empresa difícilmente podremos hacerlo”, explicó Sola. “Las compañías hasta hace un tiempo consideraban que sus actividades eran netamente lucrativas y que su participación dentro de la sociedad estaba al margen, por suerte desde que se instaura este concepto nos empezamos a dar cuenta de que como organización y desde las acciones de responsabilidad, podemos obtener muchos más beneficios; lo interesante de esto es que a partir de la instauración de este concepto, las compañías comenzaron a hacer de esto un sistema de gestión”, detalló Ariel Cáceres.