Cuando un aficionado a la jardinería quiere obtener nuevos ejemplares de sus plantas tiene que recurrir a la multiplicación de éstos. Se pueden seguir dos sistemas básicos: el sexual (en el que intervienen los órganos masculinos y femeninos de la flor para obtener semillas (multiplicación por semilla) y el asexual, en el que de una parte de la planta, podemos obtener una nueva planta, (multiplicación por estaca o esqueje).
Sistema de multiplicación asexual
Este sistema presenta múltiples ventajas, una es la rapidez y otra es que sabemos que la planta obtenida es idéntica en todos sus caracteres a la planta madre. Debemos elegir siempre una planta madre que esté sana y vigorosa y emplear un instrumento adecuado para efectuar el corte, que deberá estar afilado y limpio. También debemos tener en cuenta cuál es el mejor momento para realizarlo, pues no en todas las épocas podemos hacerlo. Si usamos hormonas de enraizamiento tendremos más posibilidades de que la multiplicación sea un éxito.
Por esqueje
Es uno de los sistemas más simples y eficaces de multiplicación, y casi todas las plantas se pueden multiplicar así. Para que agarren se necesita una buena iluminación (nunca el sol directo), una temperatura alta y constante (15 – 20º C) y humedad. Un esqueje es una parte de la planta, ya sea tallo, hoja o raíz, a la que se le induce por sistemas distintos a formar su propio sistema radicular o a evolucionar hasta convertirse en un nuevo ejemplar idéntico a su progenitor. Aunque son muchas las especies que se pueden propagar así, no todas admiten el mismo proceso. Los árboles y arbustos se realizan por esquejes de tallo, algunas plantas de interior se hacen por esqueje de hojas y algunos arbustos lo hacen a partir de esquejes de raíz. Para obtener un esqueje lo primero que debemos saber cuando es la época adecuada, por lo general el momento idóneo es cuando la planta está en reposo o ha terminado la floración (otoño – invierno). Verificar que el ejemplar está sano y bien desarrollado, pues de lo contrario obtendríamos ejemplares enfermos. Procurar que el corte, se debe efectuar con una herramienta afilada y limpia, biselado y de un solo golpe.
Esquejes de tallo o rama
Es adecuado para casi todas aquellas plantas que presentan tallos rastreros y alargados como por ejemplo la hiedra. También se usa para la mayoría de árboles y arbustos de hoja caduca y muchos de hoja perenne. Se obtiene cortando la punta de una rama con algunas hojas o cualquier trozo intermedio entre rama o tronco con o sin hojas, de unos 10 – 40 cm. de largo y que contenga dos nudos. Del nudo base saldrán las raíces y en el intermedio saldrá un nuevo brote. El mejor periodo es finales de abril – mayo, cuando la planta está en el máximo vigor y la temperatura se mantiene a unos 15 – 18º C, aunque algunas plantas necesitan más calor y tendremos que esperar unos meses más.
En la época de reposo los brotes que se obtienen pueden dañarse por las heladas, así que es recomendado hacerlo a cubierto y en un propagador. Un propagador es una caja en la que se ha provisto un sistema eléctrico de calefacción regulado por un termostato y que se puede cubrir con una tapadera de plástico trasparente para mantener la humedad. Los esquejes, gracias a la humedad (que se obtiene pulverizando frecuentemente) y el calor, crecen rápidamente. Sino se dispone de un propagador, podemos colocar los esquejes en un tiesto de barro con una mezcla a partes iguales de turba y arena gruesa. Se coloca dentro de una bolsa de plástico transparente sujeta con una goma y se coloca cerca de la calefacción. No dejar que las hojas toquen el plástico, utilizar para ello una estructura de alambre o caña.
También al igual que en el esqueje de hoja, se puede enraizar en agua. Para ello escoger una ramita y cortarlas a unos 10 centímetros de largo, eliminando las hojas que queden debajo del agua. Cuando las raíces estén desarrolladas y antes de que engrosen mucho, trasladarlas a la tierra, porque de lo contrario se acostumbran al agua y luego no se adaptarán.

