El 27 de enero es el Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta fecha se eligió porque un mismo día, pero en 1945, las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, el mayor de los creados por el régimen nazi.
Previo a la Segunda Guerra Mundial, al hablar de holocausto se hacía mención a un sacrificio religioso cuyo fin era quemar por completo un animal. Posterior a la guerra, el concepto formó parte de la memoria colectiva de la humanidad, ya que hace mención a los crímenes atroces y años de sufrimiento que padecieron los judíos europeos en manos del régimen nazi, donde había hombres, mujeres y niños.
El Holocausto, considerado el mayor caso de genocidio de la historia, no por la brutalidad de la guerra, sino porque fue un programa genocida, ideológicamente planificado y ejecutado por las autoridades alemanas, comenzó en realidad con políticas discriminatorias y de segregación en guetos de las ciudades. Terminó con la vida de miles de personas en campos de concentración.
Los campos de concentración
En 1933 comenzó la guerra que azotaba a millones de personas, pero en 1940 el régimen alemán decidió el exterminio masivo de judíos, principalmente, pero también perseguían a homosexuales, gitanos, grupos minoritarios o personas que no compartían la ideología nazi y se revelaban contra ella.
A escala industrial, la cúpula nazi ordenó la construcción de 6 campos, siendo Auschwitz uno de los más conocidos, por ser uno de los más grandes. Los otros campos eran Belzec, Sobibor, Lublin, Treblinka y Chelmno. Todos contaban con cámaras de gas y hornos crematorios.
También había campos de menores proporciones, centros de concentración y campos de trabajo forzado. Llegar a algunos de estos seis campos de concentración era lamentablemente sinónimo del final de la vida.
La caída de Auschwitz
Se acercaba el final de la Segunda Guerra Mundial, y los soldados alemanes habían huido de los campos de concentración, imposibilitados de frenar las tropas soviéticas, quienes, al ingresar a Auschwitz, descubrieron la pesadilla que se vivía en ese lugar, donde había fosas llenas de cadáveres y se logró liberar a cerca de 2000 personas.
Los datos más crudos
Durante marzo del 2013 se conoció una investigación a cargo del Museo del Holocausto de Washington.
El estudio duró siete años y estableció que fueron 42.500 centros de concentración, número que incluye 30.000 campos de trabajo forzado, 1.150 guetos, 980 campos de concentración, 1.000 centros de detención de prisioneros de guerra, además de cerca de 500 burdeles con esclavas sexuales y miles de lugares donde se aplicaba la eutanasia a ancianos y abortos forzados.
Además, el estudio corrige el número de fallecidos. Previo a la investigación, se estimaban cerca de seis millones de víctimas del régimen nazi, pero luego del descubrimiento de nuevos centros, la cifra aumentó considerablemente. Los volúmenes publicados por el Museo del Holocausto identifican entre 15 a 20 millones de víctimas del genocidio de judíos, gitanos, homosexuales, polacos y rusos.
El tener la historia presente nos permite reconocer los aciertos y las fallas que ha tenido la humanidad a lo largo del tiempo. El 27 de enero sin duda es una de esas fechas históricas que no deberían olvidarse jamás. Si bien sucedió en el pasado, y en un continente muy alejado al nuestro, la discriminación no reconoce de territorios, y es algo que como personas individuales y como sociedad se debe erradicar.
Que el Holocausto sirva de ejemplo de lo que no se debería volver a vivir, jamás.