El problema del trigo, en nuestro país, es grave. De ser el granero del mundo a querer arreglar como se pueda el problema de no haber sembrado en la temporada, más los problemas conocidos de mal clima, en pocas palabras escasez de grano fino, a pesar de buenas cosechas en algunas zonas.

Julián Domínguez, el ministro, a pedido de la presidenta Cristina Fernández está trabajando para resolver el problema de los pequeños productores, que no pueden aguantar y están desapareciendo.

De un total de 29.500 productores de trigo registrados, 27.000 son chicos y medianos, otros 800 son medianos y medianos grandes, y el resto -menos de 7% y tiene 50 por ciento de la producción- son grandes productores.

En relación a estos porcentuales, el ministro de Agricultura consideró que sobre un estimado de 7,5 millones de toneladas de producción de este año, resolviendo 3,5 millones, estamos resolviendo el universo del 93 por ciento de los productores.

Por otra parte, destacó que los productores son los que están planteando estas soluciones a través de sus mesas locales, provinciales e incluso las nacionales, y nosotros, todas las medidas y propuestas que creemos que sirven para resolver los problemas que se van planteando, las vamos haciendo.

Según el titular de la cartera agropecuaria, la Mesa Nacional del Trigo viene funcionando, y los representantes de la entidades nacionales habían pedido ser parte de esa mesa nacional, así que fueron formalmente invitados a participar. El propósito de la mesa es integrar toda la cadena de producción, desde el que produce, el que comercializa y el que exporta, e ir resolviendo como hacen las naciones modernas todas las dificultades.

El principal problema que le plantean los productores, señaló, es la falta operación en la compra de granos y la falta de precios para el trigo, y admitió que no hay un nivel de compra que se necesitaría para atender las necesidades de los productores.

Y resaltó que se ha otorgado un crédito a los productores, con una tasa de 3,5 por ciento, con un plazo de 180 días, para garantizar que el productor que tiene problema de financiamiento disponga del crédito para no malvender su producción.