La ropa que tenemos en el armario va de la mano con los cambios de estación, ya que es conveniente tener fácil acceso a las prendas que más vamos a usar. Estamos transitando días cálidos y comenzamos a sentir la primavera en el aire, por lo que es el momento ideal para hacer esta tarea.
Teniendo en cuenta que además pasamos más tiempo del habitual en casa, hacer el cambio de estación no debería ser complejo, pero si tienes mucha ropa puede ser tedioso, cansador y seguro te rindes antes de comenzar. Por eso repasaremos algunos tips a tener en cuenta para que hagas esta tarea a conciencia, pero de manera práctica y hasta divertida.
La predisposición ante todo
Antes que nada, lo primero que debes tener son las ganas. Sin ellas, todo trabajo será en vano y odioso.
Procura hacerlo algún día en el que no estés contra las agujas del reloj, para que puedas tomarte todo el tiempo que quieras en probar las distintas prendas y ordenarlas como más te plazca.
Lo de invierno, a lavar y guardar
Lo recomendable es sacar toda la ropa del placard y colocarla sobre la cama. Separa por categorías, es decir, pantalones por un lado, lana por el otro, abrigos aparte y así sucesivamente. De esta manera, el guardado será más sencillo y cuando lleguen los días de frío, no tendrás que revolver todo para encontrar lo que buscas.
Antes de guardar, procura lavar toda la ropa. Si alguna prenda está sucia, cuando vuelvas a sacarla podría estar en mal estado.
Puedes elegir cajas o bolsas para guardar la ropa de invierno en el lugar que tengas destinado para ello.
Lo de verano, a probar y seleccionar
Una vez vacío el armario, solo queda rellenarlo con todas aquellas prendas que son más finas, destinadas para este tipo de estación (primavera – verano).
Si has guardado las prendas por categorías, sacarlas va a ser más sencillo, pero hay que realizar una tarea previa antes de darles su ubicación final, y es probarla.
Lo recomendable es tener tres “montoncito”: lo que vas a usar, lo que te genera dudas y lo que vas a dejar fuera del armario. Pruébate cada prenda, ya que el cuerpo seguro ha tenido algunas modificaciones, o ya no te agrada como te queda esa prenda. No guardes ropa de manera innecesaria, apoya la moda circular y puedes donarla, regalarla, venderla o simplemente adaptarla para darle otro uso.
Si hay prendas que te generan dudas, la recomendación es hacerte estas preguntas ¿La usé la temporada pasada? ¿Hace cuánto no uso esta prenda? ¿Me veo usando “esto” durante el verano? Si las respuestas son negativas, ya sabes en qué montoncito va a ir.
A guardar cada cosa en su lugar
Una vez seleccionadas las prendas que si vamos a usar, el paso siguiente es guardar todo, pero esto también debe ser de manera organizada, para que a la hora de buscar una prenda, no sea como buscar una aguja en un pajal.
Según el espacio que dispongas, puedes dividir las prendas de distintas maneras. Algunas sugerencias son:
*Remeras con mangas
*Musculosas
*Camisas
*Jeans
*Otros pantalones
*Short y faldas cortas
*Faldas largas y vestidos
También puedes dividir la ropa en la que usas habitualmente, la formal, del trabajo, etc. Implementa el sistema que te sea más cómodo y que te permita ver todas tus prendas solo con abrir las puertas del placard, sin necesidad de revolver.
Una vez definido el sistema, dobla y cuelga cada cosa en su lugar.
No olvides dejar algunas prendas de abrigo a mano, como algo intermedio y una campera más gruesa, ya que muchas veces nos ha sorprendido la primavera y el verano sanjuanino con días que parecen sacados del corazón del invierno.
Siguiendo estos tips, hacer el cambio de estación será pan comido y estarás a punto para recibir el calorcito con la indumentaria adecuada.