Depilación definitiva
La depilación definitiva o láser puede realizarse hasta septiembre. Esto se debe a que en verano existen muchas posibilidades de que la zona tratada quede expuesta al sol o a la radiación, y si esto sucede se ocasionarán pecas y manchas que resultarán muy difíciles de eliminar luego.
La depilación láser funciona emitiendo una luz que es absorbida por la melanina presente en el pelo. Esta luz se transforma en calor, pasa inofensivamente a través de las capas superficiales de la piel sin ser absorbido por otras estructuras de la epidermis y penetra hasta la profundidad del folículo piloso destruyéndolo.
Debido a que los pelos crecen en tres fases, este sistema de depilación no los erradica todos en una sola aplicación. En general, y según la cantidad de vellos de cada persona, suelen ser necesarias entre 3 a 8 sesiones para obtener los resultados buscados. Las mujeres con hirsutismo o problemas endocrinológicos y los hombres, pueden precisar más cantidad de sesiones.
Luego del láser, en la piel quedan costras puntiformes del tamaño del folículo que se caerán a los pocos días. Estas costras no deben arrancarse ni extraerse con peelings. Los pelos cuyas papilas sufrieron el efecto térmico del láser se caerán entre los 15 a 20 días posteriores.
Entre sesión y sesión los pelos pueden erradicarse con afeitadora o con crema depilatoria, no con sistemas de arrancamiento (depiladora eléctrica, cera, pinza, etcétera).
Lo ideal es efectuar las aplicaciones a intervalos regulares. En la cara puede hacerse cada 2 semanas, en el cavado y las axilas 1 vez por mes y en las piernas y los brazos 1 vez cada mes y medio.
Después de las sesiones hay que tomar algunas precauciones, entre ellas
no exponerse al sol por 8 semanas, usar protector solar durante los 7 a 15 días posteriores y no realizarse exfoliaciones de ningún tipo en las zonas tratadas por los 4 días siguientes.
Además de eso el primer día hay que evitar colocarse cremas y desodorantes.
La otra contraindicación es el embarazo o poseer un color de piel moreno o bronceado ya que, como el láser activa la melanina, en estos casos se producen manchas cutáneas.
Además vale mencionar que el láser no es eficaz en personas con vellos rubios, porque al carecer de melanina la depilación no consigue llegar al folículo.
Después de finalizado el tratamiento la eliminación que se consigue suele ser casi total (hasta un 90 por ciento), aunque a veces puede ser conveniente hacer una o dos sesiones de mantenimiento por año, ya que hay algunos folículos que quedan en reposo durante 6 años.
El precio de cada sesión de depilación con láser va desde los 360 pesos.
Fuente: Spa Médanos de Oro / Fundación Flebológica Argentina
Peelings
Los peelings pueden hacerse desde mediados de abril hasta mediados de junio.
Su finalidad es alisar la textura de la piel, eliminar manchas y mejorar la apariencia general de la epidermis.
Esto es gracias a su acción pulidora que "quema" las capas superiores de la piel, permitiéndole a las inferiores, más sanas, tersas y uniformes, aparecer.
Los peeling pueden ser mecánicos (se utilizan fresas, lijas, pulidores o elementos de raspado); físicos (emplean láser) o químicos. Estos últimos son los más habituales y para ellos se utilizan productos despigmentantes generalmente en base a ácidos. El tipo y porcentaje de abrasión dependerá del grado, tamaño y cantidad de manchas, y de las características particulares de cada persona.
Los síntomas posteriores a la realización de un peeling son ardor, descamación y pequeñas costras que al caerse dejan la piel de un color más rosado. El color se empareja a los pocos días y la piel luce completamente uniforme.
Lo que es de vital importancia es tratar las "lesiones" tal y como lo indique el dermatólogo, no exponerse al sol en ningún momento hasta que la piel no esté completamente recuperada y no salir a la calle sin bloqueador solar. La depilación y el afeitado deben ejecutarse con mucha delicadeza y no es recomendable maquillar ni tocar el rostro durante el tratamiento, para evitar contaminarlo. En pieles extremadamente sensibles o enfermas, embarazo o lactancia no es aconsejable la realización de peelings.
Hay ocasiones donde puede ser necesario realizar más de un peeling. En este caso la frecuencia será recomendada pro el especialista, en función a la piel y el nivel de tolerancia a los ácidos.
Los peelings están contraindicados o deben ser evaluados por el especialista, si se padecen cardiopatías, infecciones virales y bacterianas o herpes.
Fuente: Ernesto Riveros, dermatólogo
Actividad física
Después de las vacaciones puede haberse sufrido un aumento de peso, que es propicio regularizar antes que comience el invierno y el organismo precise mayor cantidad de calorías.
Es importante para comenzar ejecutar disciplinas gimnásticas aeróbicas como bicicleta, cinta, caminata o natación. Esto quemará grasas, eliminará toxinas y predispondrá el organismo para incrementar el esfuerzo físico.
Una vez que se haya bajado el 10 por ciento del exceso de peso, es aconsejable combinar la actividad aeróbica que se venía realizando, con una anaeróbica, como Pilates, gimnasia localizada o aparatos.
Esta secuencia conseguirá modelar, adelgazar, tonificar y endurecer sin desmineralizarse ni exponerse a desajustes físicos.
Fuentes: Ivana Oliveros nutricionista; Studio Pilates
Hidratación cutánea
Los cambios que sufre la piel cuando llega el frío son notables. Los vasos encargados de llevar los nutrientes a la zona más superficial de la piel, se contraen para no perder calor y obligan a que la sangre circule por canales más pequeños. Esto disminuye la llegada de oxígeno, proteínas, minerales y antioxidantes. También desciende el agua de la piel, apareciendo signos de sequedad y resquebrajamiento.
A pesar de que la piel seca es más vulnerable al frío, las normales o grasas deben cuidarse por igual.
Al cubrir el cuerpo más capas de ropa, la descamación natural producida por la eliminación de las células muertas queda atrapada entre los tejidos. Esto deja en las prendas una especie de talco blanco que en contacto con la piel genera picazón.
Para preparar la piel para el invierno y mejorarla luego del verano hay que cuidar especialmente ciertas zonas del cuerpo:
-Piernas y brazos: Pulirlos una vez por semana con exfoliantes corporales o preparaciones caseras de limón y azúcar. Después del baño diario colocar una crema hidratante o de ordeñe; aceites de rosa mosqueta o para bebé.
-Manos: Higienizarlas con jabones neutros o de glicerina, que no contengan perfumes y encremarlas varias veces por día.
-Ojos: A la mañana, al levantarse y antes de aplicar los cosméticos colocar una capa de crema hidratante, realizando suaves masajes. Convienen los a base de vitaminas y minerales, ya que los que contienen lípidos pueden saturar los poros y generar hinchazón y congestión en los párpados, y los que poseen elementos grasos pueden crear bolsas.
-Nariz y mejillas: Emplear lociones o geles descongestivos y calmantes y emulsiones con vitamina E y filtro, ya que la luminosidad afecta la piel, al igual que en verano.
-Labios: Usar labiales humectantes con excipientes grasos o lípidos. Las cremas con ginkgo biloba o ginseng, aplicadas de noche mantienen el nivel de nutrición correcto. Erradicar la costumbre de humedecer los labios con la lengua, colocando constantemente manteca de cacao.

