Terminada la cosecha en San Juan el pasado 3 de mayo, los datos oficiales provisorios del Instituto Nacional de Vitivinicultura indican que el ingreso de uvas a bodega para la elaboración de vinos y jugos de uva (mostos) en esta temporada ha sido menor al año pasado en un 19% y muy similar a la cosecha 2003.
La cifra de 491 millones de kilos es una de la más bajas en los últimos 20 años después de los 437 millones de kilos cosechados en 1996, año también signado por una fuerte sequía que originó una merma del 30%.
Analizando las estadísticas surge la dramática caída de las variedades blancas ya que comparando la cosecha 2007 (la más alta de las dos últimas décadas) con la temporada 2015, la productividad de Pedro Giménez, Moscatel de Alejandría, Torrontés Sanjuanino y Torrontés Riojano es un 54,3% inferior.
Las causas más probables de esta gran baja se deba a varios factores entre ellos la erradicación de viñedos, la edad de los mismos (la mayor superficie supera los 25 años de edad), a vientos calientes en floración, las elevadas temperaturas de verano y en esta última temporada ha sido determinante la falta de agua de riego.
La respuesta y comportamiento de las variedades a los efectos agroclimáticos es muy diferente y queda demostrado por los distintos porcentajes obtenidos.
En San Juan de cada 100 kilos de uva que ingresan a bodega, 43 kilos son de Cereza y 7 kilos de Pedro Giménez. Queda claro entonces que la mitad de la producción está compuesta por estas dos variedades. Es decir que si el año viene mal para para estas variedades la cosecha general sin lugar a dudas sufrirá mermas. Esto pasó este año. La Cereza sufrió una caída del 20,8 % y el Pedro Giménez del 29,5%.
En la provincia hay 9 variedades que representan el 80 % del total de uva que ingresa a bodega. Este porcentaje se ha mantenido contante a través de los últimos 15 años.
Estas cepas son Cereza, Pedro Giménez, Moscatel de Alejandría, Torrontés Riojano, Torrontés Sanjuanino, Malbec, Syrah, Bonarda y Cabernet Sauvignon.
Comparando la cosecha 2007 de estas 9 variedades (627 millones de kilos) con la 2015 (394 millones de kilos) la caída de la producción alcanza al 37%, es decir son 233 millones de kilos de uva menos. Si comparamos la última cosecha con la de este año la merma ha sido del 19,8%.
Analizando las estadísticas desde 1930 hasta 2015, la baja más pronunciada de la producción fue del 32% en el recordado año 1968 (704 millones cosechados) coincidiendo también con la severa falta de agua del río San Juan. La segunda peor caída fue de un 31% en el 2009 (503 millones cosechados) en donde otros factores como la peronóspora, fuertes calores, granizo y lluvias bajaron fuertemente la producción.
Viene bien refrescar las estadísticas porque ellas mismas en 116 años nunca han arrojado cifras de mermas superiores al 32% y esto lo deben tener muy presentes algunos sectores de la producción e industrial ya que desde hace varios años pronostican erróneamente mermas del 40% y hasta el 50%, datos que nunca aparecen finalizada la cosecha.
En Mendoza
La cosecha del país es hasta el momento de 2.390 millones de kilos de uva un 9% menor al año pasado. Hasta el 3 de mayo último San Juan destinó uva a bodega para elaborar jugo de uva (mosto) un 42,22%, Mendoza lo hizo en un 18,39% y La Rioja el 9,72%. El promedio general para todo el país es del 22,61%.
Para Mendoza las cifras provisorias (falta una semana computar ya que la fecha de finalización de cosecha es mañana 10 de mayo) indican claramente también una pérdida importante en las uvas criollas y cerezas del orden del 25% y también una merma en blancas comunes en forma global del 14% . La disminución de las principales tintas es del 4% y el único bloque positivo ha sido las blancas de calidad con el 23% de aumento. Si bien los porcentajes difieren hay una similitud en lo ocurrido en San Juan aunque la merma de la vecina provincia es del 5 %.
Tintas: El Cabernet Sauvignon (-27%), Bonarda (-11,27%) y el Merlot (-5,24%) han sido los afectados en tanto el Syrah (+4,98%) Tempranillo (+16,62%) Malbec (+2%) y Tannat (+2,7%) han sido los más productivos respecto a la cosecha 2014.
Rosadas y blancas comunes: por variedad las cifras han sido dispares pero todas negativas. El Torrontés Sanjuanino (-35,22%), Moscatel Rosado (-26,8%), Criolla Grande (26,63%), Cereza (-24,8%),Torrontés Mendocino (-19%) , Pedro Giménez (-12,41%) y Torrontés Riojano (-4,13%).
Blancas de alta gama: gran aumento de Viognier (+48%) y Chardonnay (+40,5%) y disminución en Sauvignon Blanc (-8,47%) y Chenin (-1,23%).
Como vemos las condiciones agroclimáticas impacta a las variedades de modo diferente año tras año y esto hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de las estimaciones.
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