Las cupcakes son una de esas delicias gastronómicas que sin lugar a dudas entran por los ojos. Y pensar que son sencillamente una masa esponjosa y aireada -tipo magdalena o muffing- con un copete de crema, un relleno sabroso y una decoración más que llamativa. Fuera de sus atributos (los tienen y muchos), estas mini tortas individuales, se han convertido en los últimos tiempos, en las protagonistas de las mesas dulces.
Nacieron en Estados Unidos allá por el 1900. Se las llamó cupcakes tomando al pie de la letra, la vieja costumbre de hacer tortas tomando como parámetros las medidas de las tazas e inclusive usando esta vajilla (aunque en su momento eran más comunes los tazones o cazuelas de barro) como moldes, previo al surgimiento de los prácticos pirotines de papel, los que hoy por hoy se consiguen en una variedad impresionante de colores y motivos.
Si bien en su país de origen fueron siempre una receta muy popular y requerida para cualquier ocasión (hay grandes tiendas de venta callejera de cupcakes), por supuesto que con la globalización, no sólo trascendieron las fronteras sino que fueron incorporando sabores a su paso por el mundo y perfeccionando sus terminaciones. Se señala que su estrellato llegó de la mano de la miniserie "Sex and the City”, dónde lo más chic para las protagonistas del programa de televisión era hacer un alto en el camino y sentarse a saborear, charla de por medio, una de estas tentadoras -aunque engordantes- porciones de torta en alguna de sus mil y una presentaciones. Todo llega. De hecho, hace poco más de dos años, esta novedad desembarcó en la provincia de la mano de algunos cocineros curiosos y ávidos por incorporar nuevas presentaciones para sus recetas.
"Los cupcakes son una variante muy interesante a la torta grande tradicional, ya que al ser individuales uno puede ofrecerlas dando distintas opciones de sabores sino además diferentes versiones en su decoración”, los definen exactamente Emanuel Bernaldez y su coequiper en la cocina y en la vida, Mariana Baigorrí. Ambos abrieron hace un tiempo el emprendimiento ComeMe CupcaKe que sólo prepara estas especialidades a pedido.
Partiendo de la base de una torta cualquiera (con manteca, azúcar, huevos y harina como ingredientes básicos), pero preparada en moldes individuales, este tipo de preparaciones tiene como ventaja la posibilidad de rellenarlas y decorarlas combinando sin límite alguno los sabores. Inclusive la masa también se puede cambiar agregándole esencias o ingredientes para hacerlas marmoladas o de diferentes colores por ejemplo.
"Cualquier mezcla, según el gusto del comensal, es válida”, se animan a decir los expertos locales en cupcakes, los que permanentemente están probando sabores, inclusive salados a base de quesos cremas, pastas y patés de fiambres amalgamados con verduras de estación.
De hecho, para las Alicias -madre e hija de apellido Russo y Brizuela- de De Hadas su menú es tan completo que pueden dividirlo en secciones como Clásicos (donde se incluye desde una base de vainilla y buttercream decorado con confites de colores, tiramisú -base de chocolate humedecida al café y top de capuchino cream espolvoreado con cacao amargo-, lemon pie, brownnie relleno con dulce de leche y top de merengue, moka -base de café con mantecol y top de crema moka, decorada con microgalletitas de chocolate blanco y negro-, cheesecake, rogel -minidiscos de hojaldre rellenos de dulce de leche y top de merengue gratinado-, coco y dulce de leche), Choco (entran todas las variedades habidas y por haber con chocolate, combinados con menta, naranja, chocolate amargo, etc), Velvet (con bases de colores) y Del Sol (partiendo de productos netamente sanjuaninos como el cupcake de base húmeda con higos y nueces y top de merengue decorado con nueces, igual con almendras, manzanas calingastinas y canela, o citrus del valle, o con alcayota o membrillo y nuez). Ellas, una socióloga y una odontóloga que se dedican a la pastelería por hobby, siguen al pie de la letra una receta heredada de la familia materna con raíces inglesas. Han logrado cupcakes por demás interesantes como los de rosa mosqueta (con masa preparada con jarabe de rosas, rellenas de dulce de rosa mosqueta y decoradas con rositas de azúcar) ó las de árandanos o las de maracuyá.
Aunque todos coinciden en que las que tienen más éxito son las rellenas de dulce de leche o con chocolate, para Eliana Mattar las combinaciones más logradas por la marca que lleva adelante con su marido, Emiliano Chávez -ambos son contadores y se dan el gusto de cocinar dulzuras fuera de los horarios del estudio contable- son los cupcakes de frutos rojos con frosting de chocolate blanco, los de chocolate con jengibre rellenos con pasta de avellanas y frosting de chocolate amargo, los de durazno, limón y coco con crema pastelera, los de limón merengado, los de coco con dulce de leche, los de manzana y canela con buttercream de canela, entre otros. Ellos tienen como consigna que estos cupcakes pueden servirse como una torta para "apagar las velitas”, pero también como un postre al final de una comida o también llevarse como souvenir de un evento.
Es que las cupcakes se adaptan para cualquier tipo de celebración: desde bautismos, pasando por comuniones, cumpleaños de 0 a 100 años, casamientos, despedidas de solteros, como así también eventos institucionales, académicos y empresariales. Es que una de la ventaja de este tipo de tortas, entre muchísimas bondades, es que se pueden personalizar por medio de la decoración.
Catalogadas como "tortitas con millones de opciones”, las cupcakes cumplen sin errores estos atributos. Si no basta con tener en cuenta algunos detalles que permiten: resulta sencillo calcular las porciones ya que se sirve una por cada comensal, a lo sumo dos si se hacen de diferentes combinaciones y se da la posibilidad de probar; no hace falta cortar las porciones porque ya vienen individualizadas. Además las cupcakes pueden ser parte de la decoración del evento y exhibirse durante todo el despliegue de la celebración hasta llegado el momento de servirse. En este punto, los chefs de ComeMe Cupcake explican que esto es, así siempre y cuando, se las decore con crema de manteca o buttercream porque por la consistencia de sus ingredientes no requieren permanecer en heladera, aunque tiene como contra que no a toda la gente le gusta porque suele caer pesada. "En cambio si se las combina con merengue, crema chantilly, pastelera, mousses sí o sí tienen que estar en el frío hasta antes de servirse”.

