Las restricciones a la importación generadas por el Gobierno argentino para resguardar los U$S necesarios para importar combustibles, llevó a muchas bodegas a cambiar su manera de "tapar las botellas" a la espera de poder sustituir las importaciones desde Portugal y España.

En los últimos años del libre comercio, el 2010, Argentina importaba unos 390 millones de unidades tapones técnicos, aglomerados, 1+1 -compuestos por un cuerpo central de aglomerado y dos arandelas de corcho natural – y de cava-, aunque también es importante la demanda, menor en volumen pero mayor en valor, de tapones de corcho natural y colmatados, por unos 182 millones de unidades según datos del ICEX.

De hecho el grupo belga Nomacorc, mayor fabricante mundial de corchos sintéticos, eligió San Juan para instalar su cuarta fábrica internacional con un socio local, invirtiendo U$S 1 millón y hacer 180 millones de tapones plásticos. El objetivo, captar 20% del mercado local en dos años. Pero, ¿cómo afecta al consumidor la sustitución del corcho por la tapa a rosca?

"Desenroscar oportunidades"

Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO consultó a dos especialistas en comportamiento del consumidor y para el licenciado en Marketing Gerardo Elizondo "más allá de lo que significa otra versión de packaging, aceptada o no por los expertos, la botella con tapa a rosca habilita nuevas oportunidades de mercado en mi opinión".

"En San Juan está arraigado el sistema tradicional de corcho, y no vamos a discutir las virtudes de tal. Sin embargo hay otras provincias donde la rosca les puede resultar más práctico al momento de elegir una bebida en botella", indicó.

Agregó que "por su parte el canal refrigerado, aumentará la aceptación del envase y es allí donde hay que prestar atención a las acciones promocionales". Finalmente indicó, "el desafío radica en que las bodegas se animen a investigar e innovar si es que este tema resulta de incumbencia".

Para el CPN Aleajandro Bórbore, "lo que debemos analizar es cómo el vino sigue cruzando fronteras en la mente del consumidor. Pequeña fronteras, pero importantes para el posicionamiento del vino. La imagen se alimenta de símbolos. Si pensamos en publicidades +tradicionales+ del vino, ¿qué símbolos se nos vienen a la cabeza? Podríamos decir: Cordillera, nieve, viñedos, barricas, corcho… es lógico. Si ahora pensamos en +nuevas+ publicidades del vino: amigos, jóvenes, buenos momentos, la tapa a rosca también es lógico.

En el fondo el buen dato es que el vino sigue construyendo su imagen".