Los establecimientos de ordeñe cobraron cerca de $200 por litro, cuando hubieran necesitado $265 para cubrir sus costos y tener rentabilidad. "Es un momento muy malo para la producción de leche", alertan desde Caprolecoba.

Los ordeñadores, uno de los rubros incluidos en el régimen de trabajo continuo beneficiado con el incremento salarial de la CNTA. Un informe elaborado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) deja en claro el momento profundamente crítico que está viviendo la lechería argentina, sobre todo en su eslabón primario: los tambos. El OCLA analiza todos los meses los resultados de la cadena de valor y concluyó que, en diciembre, los establecimientos de ordeñe cerraron con una pérdida global de $62.068 millones.

Este "rojo" es incluso más grave que el que tuvo toda la cadena completa, de $55.772 millones, y que fue casi siete veces más grande que los $8.684 millones que el conjunto de tambos más industria habían perdido en diciembre de 2022. Vale mencionar que, en el último mes de 2023, el eslabón industria tuvo un resultado positivo de $6.297 millones, siempre según las proyecciones del OCLA. En primer término, un aspecto a tener en cuenta es que mientras el precio de la leche al productor subió 194,8% el año pasado, los valores subieron 241,9% en la salida de fábrica y 251,9% en las góndolas. Como consecuencia, lógicamente los tamberos perdieron participación en la conformación final del precio de la leche. Así, los $ 62.068 millones perdidos en diciembre significan unos $65,25 o U$S 0,10 centavos por litro de leche, lo que indicaría un precio de equilibrio necesario en torno de los $265 para cubrir todos los costos operativos y el costo de oportunidad del capital.