Fotos: Maximiliano Huyema y gentileza de Hugo Vinzio
Hugo Mario Vinzio Rosselot, artista plástico, se recibió en Ciencias de la Comunicación, ya que deseaba fortalecer el vínculo de lo que trasmite una obra de arte. Amante de la historia, literatura y en especial de la poesía; pero por sobre todo un gran humorista. Cada una de sus esculturas hablan solas ya que su propósito está logrado; trasmiten la mejor narración de la vida, historia, poesía, política y humor. No es simplemente contemplar, el estar frente a una obra de Vinzio, hay que descubrir ese espíritu interno lleno de conocimientos que los plasma en una verdadera obra de arte.
El 17 de noviembre se celebra el "Día Nacional del Escultor y de las Artes Plásticas", la ilustre artista universal conocida como Lola Mora nació en Tucumán el 17 de noviembre de 1866. Fue la primera escultora argentina y sudamericana, pionera de la Minería Nacional, inventora, investigadora y urbanista. Escritora y precursora de la Cinematografía y la TV. Como artista fue laureada con tres premios mundiales en Francia, Australia y Rusia. En nuestro país, esculpió obras de singular belleza. Por ello traemos a un gran artista plástico, sanjuanino, Hugo Vinzio. En la entrevista habla de su vida, sus obras, el legado de su padre y opina acerca del arte de su provincia.
¿Cómo fueron tus comienzos?
Empecé con una educación formal en las artes plásticas, estudiando arquitectura pero al poco tiempo, me di cuenta que no era lo mío y pase a artes plásticas. Tuve una serie de dificultades entonces, dejé la carrera y estudié Ciencias de la Comunicación, me interesaba mucho la relación del arte con la comunicación, me parecía que había un inconveniente, que lo sigo pensando, de que el artista tiene que realizar un esfuerzo por la persona a quien va dirigida la obra. Yo no soy de los que dicen "Acá esta la obra, si lo entendiste bien…". Estoy convencido que es uno quien debe hacer un esfuerzo al realizar una obra y poder comunicarte con las personas. Por eso estudié Ciencias de la Comunicación, esto me ayudó bastante a entender el fenómeno. A los 18 años tomé la decisión de dedicarme a realizar esculturas, dibujo, pintura y alguna vez coqueteé con la música y la poesía. Además, cargaba con muchas experiencias vividas ya que realicé cine, escenografía (fui el escenógrafo durante mucho tiempo de Juan Carlos Abraham en ballet). En síntesis, hice una gran investigación artística porque también jugué con lo audiovisual. En algún momento compré la idea de que la pintura de caballete había muerto y había que dedicarse a las nuevas tendencias artísticas vanguardistas de la época que era el cine, audiovisuales, entre otras. Al pasar el tiempo, me fui calmando en la medida que pasaba mi juventud inquietante.
¿Dónde aparece Vinzio humorista?
Ya en mi taller, volví a trabajar con mis manos pero abordé un tema complicado que al día de hoy en algunos ámbitos se me cuestiona, que es el "humor". Entonces, ¿qué es para usted el humor en el arte? El humor en el arte lo pienso desde hace mucho tiempo, creo que esta frase es la que se asemeja a mi pensamiento, del famoso dramaturgo francés Boris Vian: "El humor es la galantería de la desesperación". Esto me resuelve absolutamente el problema; porque en definitiva el humor no es otra cosa que un espíritu desesperado, frente a un mundo hostil, duro, crítico, indiferente por momentos y muy violento. ¿Desde dónde respondo a eso? Y, diría desde una concepción romántica de la vida, paro la acción y trato de hacer sublime el dolor, hago humor porque estoy desesperado, porque es la galantería de esta desesperación que tengo. Es lo que estoy haciendo ahora, a esta altura de mi vida con más de 40 años en esto.
¿Es tu padre artista quien te deja ese legado?
Mi padre me enseñó desde esta frase: "Tratá de no enamorarte de lo que hacés porque empieza la decadencia. Es cuando ya no tenés nada por decir o hacer. Cuando lo que has hecho te pone incómodo, es porque seguís vivo y vas para adelante". Y otra enseñanza maravillosa fue esta: un día estaba cabizbajo, falto de trabajo y pasándola mal, y él me dijo: "Cuando no hay trabajo hay que inventarlo". Una frase extraordinaria que me sirvió para el resto de mi vida, concepto que les inculqué a mis hijos. Mi padre fue un hombre de taller, de trabajo, de golpe, de martillo, de vamos y trabajemos. Esta transferencia fue extraordinaria y la pude entender.
¿Cómo te definís como artista?
Soy artista contemporáneo que creo entender el mundo que me toca vivir. No sé si la obra que realizo está a la altura del mundo en que yo vivo. Estoy bastante lejos y crítico de la falsedad, que es el arte contemporáneo, como las instalaciones o el arte sin explicación, me parece que forma parte de este mundo líquido, liviano, sin sustancia porque hace que no nos comprometamos.
¿Cuáles son tus materiales de trabajo en escultura?
Siempre fui muy inquieto. He experimentado mucho los materiales pero siempre vuelvo al metal, la madera, la cerámica, al vidrio; me acerco al plástico, lo he intentado y experimentado, lo conozco, pero no logro resolver.
¿Cuánto tiempo te llevan hacer una pieza de arte?
Depende de la ambición que tenga sobre la muestra, me pasó que empecé a las 7 de la mañana y a las 20 hs ya estaba terminada y otras que he tardado meses.
¿Qué función estética cumplen tus piezas?
Hay por momentos en que la gente me lo dice, "alivianar el espíritu", esa es la búsqueda. De pronto al mirar una escultura se genere una sensación de felicidad. Y esto está ejemplificado por Fontanarosa, cuando le preguntan "¿qué espera que la gente le digan de sus cuentos?". Y él dice una cosa maravillosa y muy básica, para mí, "Negro me maté de risa", para mí ya esta logrado. De alguna manera me pasa con mi trabajo, si alguna persona ve una pieza mía y alguien tiene la ambición de robarla para tenerla, y el logro está cometido.
¿Las esculturas cumplen una serie?
Cada obra que abordo la hago desde un compromiso y hasta político, porque cuando hice a Sarmiento, con motivo del Bicentenario, los sanjuaninos deberíamos tener una obligación extraordinaria con el prócer. Sarmiento fue y sigue siendo un visionario en el mundo, por eso Santiago Kovadloff opina "seguimos mencionando a Sarmiento porque no hemos sido capaz de superarlo". Él es el homenaje al intelecto, a la fuerza, a la visión del futuro, a la visión de la esencia de la educación y, sin embargo, en San Juan lo escondemos. La universidad todavía no lo hace "Doctor Honoris Causa Post Mortem" a Sarmiento.
La serie "el mosquito" que realicé es porque soy humorista, en la época de Sarmiento existía una revista llamada así "El mosquito" y lo caricaturizaba permanentemente.
La serie "Borges" es un homenaje a mi propia estupidez, porque yo no leí a Borges de joven, entonces descubrí a este personaje de grande, por eso es homenaje a mi estupidez, y fue extraordinario lo que descubrí en él. Así cada serie tiene una razón de ser artística. Ahora estoy haciendo una serie que se llama en cuatro patas, porque creo que el mundo se hizo a caballo.
Acerca de tus exposiciones, ¿qué recuerdos tenés?
En San Juan expuse como treinta veces, más o menos y comencé a instancias de mi padre. Mi primer exposición, muy jovencito, la hice en las vidrieras de una tienda famosa en calle Mendoza y Rivadavia. Y, formalmente realicé mi primer exposición en la corresponsalía del Diario Clarín en la provincia que funcionaba en la galería Estornell en un subsuelo. Luego realicé muchas más entre individuales y colectivas. También hice exposiciones en otras provincias y muchas de mis obras están en manos de coleccionistas privados en Estados Unidos, Italia y España.
¿Cuáles son las esculturas que más te gustan de San Juan?
El monumento a Sarmiento que está en la plaza 25 de Mayo, el de Aberastain que está en la plaza de su nombre y Guillermo Rawson. Por supuesto una obra de mi padre, el monumento a Cabot, que está frente a Santo Domingo.
¿Qué opinas sobre los murales de nuestra provincia?
¿Quién y dónde organiza el espacio urbano? Soy crítico en esto, ya que cualquiera pone algo en cualquier lado. Tenemos una fobia contra la naturaleza que es desesperante, no se entienden las plazas secas, la devastación de la Av. Central, la Peatonal de la ciudad, el crimen contra el árbol, contra lo verde. Esto es un desierto y como tal, debería haber homenaje al agua por doquier. Hay que refrescar la ciudad con flores, arboles, etc. Y dejaría que esa inversión estética la realicen los privados.
¿Dónde harías un jardín urbano de arte en San Juan?
Podría ser en el Estadio Abierto del Parque de Mayo, haría un espacio verde público con obras de arte. También en el espacio que hay entre Marquesado y la calera.
¿Qué historia deseás dejar?
Yo amé mi provincia siempre, elegí quedarme acá, ya que tuve la posibilidad de vivir en el exterior. Elijo San Juan por sobre todas las cosa y amo sus olores y perfumes.