La problemática de las empresas familiares es un tema de amplia discusión y profundos análisis pero hay un tema sustancial en estos días en torno a la subsistencia de la misma ante el fallecimiento del titular de la empresa. En el caso de la vitivinicultura particularmente, el problema se agrava considerando la gran cantidad de productores con menos de 10 hectáreas existentes en la provincia de San Juan.
Para saber cómo resolver esta situación consultamos el contador Marcelo Rodríguez, coordinador del programa Proviar en San Juan, quien comenzó señalando que "en vitivinicultura, encontrar la Unidad Económica Rentable y Sostenible (UERyS), requiere analizar múltiples factores que determinan la rentabilidad y sostenibilidad económica, social y ambiental, como:
1. Superficie implantada; Disponibilidad de agua y tecnología fertirrigación; Variedades implantadas; Rendimientos obtenidos.
2. Calidad del suelo; Localización; La infraestructura existente, acceso a los servicios básicos esenciales: salud, educación, seguridad.
3. Tecnología existente; Mecanismos de conducción, Quien trabaja la tierra; Grado de asociativismo existente y las posibilidades de contar con asistencia técnica".
Indicó que "según estudios realizados por la Cámara de Productores Vitícolas de San Juan, podemos decir que un productor de 5 ha, de una variedad para mosto, localizado en el valle del Tulum, con riego por goteo, maquinaria mínima pero calibrada, que viva en la finca y la trabaje con 1 operario como ayudante, efectúe sus propias actividades culturales, riegue y fertilice adecuadamente, mantenga la sanidad de las plantas, podrá considerarse que tiene una unidad económicamente rentable,tendrá sostenibilidad".
"Pero, cuando el titular de una propiedad fallece, el inmueble se subdivide en partes que dejan de ser UERyS. Generalmente terminan en proyectos inmobiliarios implantados sobre las mejores tierras productivas, de la mano de la poca planificación y escasa legislación de ordenamiento territorial".
Para Rodríguez, "el desafío es no sólo conservar las unidades productivas con escala suficiente, sino procurar fomentar la permanencia de los jóvenes en el campo".
Alternativas de solución
Rodríguez consignó como soluciones posibles:
* "Impulsar instrumentos de asistencia financiera para que uno de los herederos pueda adquirir las cuotas parte de los demás.Esto permitiría que quién más vocación tenga para llevar adelante la continuidad productiva pueda conservar la propiedad entera".
* "Otra alternativa es que los sucesores continúen con la actividad asociados bajo alguna de las diversas modalidades existentes. Podríamos pensar que una figura legal muy simple sería la sociedad de hecho, que tiene relativo bajo costo de constitución, impositivo y de administración. Sólo requiere que los socios celebren un simple contrato con las formalidades mínimas" indicó. Según explicara Rodríguez, "esto puede hacerse por instrumento privado y los costos son sólo de certificación de firmas. Las inscripciones en la AFIP y la DGR son rápidas y simples. La sociedad de hecho puede ser monotributista si tiene hasta 3 socios, puede tener empleados en relación de dependencia y no genera incompatibilidades para tener un trabajo en relación de dependencia o jubilación; no están obligados a llevar contabilidad, etc. Si hay que advertir que la responsabilidad de quienes la integran es ilimitada".
* "Otra herramienta que puede generar impacto favorable respecto de este fenómeno de disgregación de la propiedad, es fomentar y viabilizar el acceso al crédito para capital de trabajo, renovación de estructura y parque de maquinarias. Para ello resulta necesario, además de la voluntad política para asistir al sector, que los productores sean sujetos de crédito y para ello, hay que promover la regularización de los títulos de los productores. Sabemos que más del 50% de los pequeños productores vitícolas no poseen títulos de sus propiedades y en el Norte la problemática dominial es aún más grave", consignó finalmente el profesional.

