El terremoto del "44 no sólo se encargó de fracturar el suelo sanjuanino sino también la historia, los edificios y hasta la memoria. Tanto que las pocas casas de la época que quedaron en buen estado de conservación -porque muchas de ellas estaban hechas de material- han pasado desapercibidas en todos estos años, aún cuando algunas cuentan con un valor histórico. Actualmente sólo la conocida como Casa de Juan Maurín, gobernador de San Juan entre 1934 y 1938, ubicada en calle Santa Fe y Sarmiento, está próxima a ser declarada Patrimonio Cultural Arquitectónico. Mientras que otras como la casona basada en el estilo de los palacetes franceses, construida a principios del Siglo XX con puro hierro y cemento donde ahora funcionan institutos de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ, en la calle Mitre, al igual que la de la Alianza Francesa, sólo han sido reconocidas por la Municipalidad de la Capital, lo cual ya es un adelanto sumado a que por estar en manos de instituciones se suponen que tienen algún tipo de resguardo.
Otras tantas viviendas pasan inadvertidas como la ubicada en calle Entre Ríos entre Laprida y Rivadavia (actual Librería Del Rocío), que está por ser demolida para construir en el mismo terreno un edificio moderno, según se rumorea, o la de avenida Córdoba entre Jujuy y Avenida Rioja donde funcionaba una clínica.
Entre el puñado de casas pre-terremoto del 44 se puede citar también la de Pedro Echagüe de calle 25 de Mayo que solo tiene amparado el sepulcro del prócer por una ley nacional, y aunque con trámites iniciados en la provincia, está lejos de la declaración patrimonial.

