El buen sol sanjuanino, la tierra fértil del oasis, el uso eficiente del agua, la laboriosa mano del hombre y la incorporación de tecnología, fue más que suficiente para que en la provincia se haya producido un cambio rotundo en la producción de tomate para industria. Los números hablan a las claras: En los últimos 10 años la superficie cultivada con esta hortaliza se duplicó de 800 a 1600 hectáreas, pero con un ingrediente más sabroso aún: en el mismo tiempo la producción se triplicó gracias al aumento en el rendimiento promedio que pasó de 50 mil a 150 mil toneladas en la zona productiva sanjuanina.
La tendencia en aumento permanente indica que este año la cosecha de tomate para industria a nivel local alcanzó las 168 mil toneladas sobre las 406 mil de toda la Argentina, lo que significa un 40 por ciento del total aproximadamente.
Este crecimiento coloca a San Juan como segunda provincia en cantidad de hectáreas cultivadas y primera en producción nacional.
Claro que no todo es color de rosas, queda un pendiente por resolver: A San Juan, le falta capacidad instalada para procesar todo lo que produce, por lo que el 50 por ciento de materia prima es enviada a Mendoza para ser industrializada -como salsa, pasta, tomate entero pelado, cubeteado, triturado, extracto e inclusive tomate desecado y otros derivados-, con la consiguiente pérdida de valor agregado.
Igual los números siguen siendo alentadores para una zona en la que la vitivinicultura suena siempre como principal actividad, pero que muchas veces acarrea más tristezas que alegrías a la hora de las cuentas finales, sin que los viticultores encuentren otra salida. Esta es, sin dudas, una opción para el campo teniendo en cuenta que la demanda de los argentinos es superior a lo producido al punto que se importa alrededor de 65 millones de pasta de tomate principalmente de China, Chile y Perú.
En este contexto nacional, Mendoza es la provincia con mayor cantidad de superficie implantada superando levemente las 3500 hectáreas, sin embargo su rendimiento es sensiblemente menor al de San Juan, no sólo este año cuya cosecha fue aún inferior debido a las inclemencias del tiempo, sino a lo largo de los años señalados.
Cuyo es el gran proveedor de tomate procesado de Argentina, siendo la variedad Harris Moran 7883 la elegida por los agricultores ya que es la que mejor se adapta al suelo, clima y procesos industriales.
‘Desde el gobierno estamos fomentando con diferentes programas de crédito la instalación de fábricas para procesar acá todo el tomate ya que es un valor muy importante. Además las perspectivas de crecimiento continúan para aumentar aún más la superficie plantada. De hecho hay una industria mendocina que quiere plantar 200 hectáreas. De conseguir eso, más otras que quieren menos cantidad, para la próxima temporada podríamos llegar a las 2 mil hectáreas’, indica el ingeniero agrónomo, Ariel Lucero Reinoso, actual Secretario de Agricultura de la provincia, que es el responsable del trabajo de investigación aquí consignado, ya que su función anterior en el Programa Tomate 2000 como extensionista lo llevo adquirir un amplio conocimiento del sector.
Si la provincia alcanzara en las próximas temporadas un total de 3.200 hectáreas alcanzaría para proveer los 160 millones de kilos que faltan para el autoabastecimiento nacional. Entonces el sueño estaría cumplido.
Factores de crecimiento
Muchos se preguntarán cuáles son los factores que permitieron a la provincia haber llegado a estos niveles de crecimiento, sobre todo en la obtención del alto promedio de rendimiento.
Entre ellos figura la baja cantidad de precipitaciones, como así también la baja ocurrencia de granizo. Estas condiciones provocan otro aspecto positivo que es el escaso uso de pesticidas que, a diferencia de otras zonas más húmedas, es mucho menor con los lógicos beneficios para el consumidor como para la ecología. ‘Acá no hacen falta aplicaciones para prevenir hongos porque no hay mucha humedad o para prevenir enfermedades. El problema pasa más por plagas pero no por enfermedades. Si nos comparamos por cercanía con el Valle de Uco ahí hay enfermedades que acá no tenemos. Otra ventaja comparativa es que San Juan tiene alrededor de 100 días de cosecha, desde diciembre hasta la primera helada que puede ser en marzo. No hay otra provincia con estas ventajas naturales, ni muchos lugares en el mundo que tengan un calendario de cosecha tan amplio”, agrega.
El detalle pormenorizado indica que en el año 2006, la provincia tenía un promedio de 62,5 tn/ha, mientras que en el 2015 ascendía a 96 tn/ha; y esta última cosecha llegó a los 104 tn/ha. Esta evolución guarda relación directa con el aumento de tierras destinadas al cultivo de tomate para industria en la provincia que lleva a que los promedios finales sean mayores.
El riego por goteo, el trasplante mecánico y la cosecha mecánica fueron los principales factores de crecimiento en esta evolución, pero como cuarto factor, Lucero agrega que ‘la gestión del productor es otro de los aspectos destacados ya que en otros lugares del país, se contratan productores por administración para desarrollar el cultivo, en cambio el productor local lo hace el mismo, conoce cada lugar de la finca, trabaja él mismo y pone el esmero para lograr excelentes resultados”.
Son alrededor de 90 los productores locales dedicados a la plantación de tomate para industria de los cuales la mayoría está asociado a Tomate 2000 (Ver nota aparte), en tanto las industrias no superan la decena siendo sólo dos las de mayor capacidad instalada (La Campagnola y Almar).
A estos eslabones que permiten mayor rendimiento se suman las variedades que se adaptan a este suelo y clima; la preparación de suelos; la aplicación de guano y el buen manejo de plagas y enfermedades.
Otro de los pilares que sostienen el crecimiento es el trabajo integrado en toda la cadena productiva, una gran fortaleza aportada por Tomate 2000 con un trabajo de 20 años sobre sus espaldas (Ver El campo y la industria), además de la expansión de las tierras en departamentos no tradicionales (ver El mapa más rico).

