San Juan cuenta con 15 áreas protegidas que ocupan más del 22 por ciento del total del territorio. Un dato que comienza a tomar valor cuando se sabe que es la provincia de mayor superficie amparada por normas especiales de conservación, y que muchas de estas zonas son únicas en el continente y en el mundo por su valor paleontológico o silvestre.
Si bien varias de ellas fueron declaradas como tales hace algunas décadas y otras datan del 2002 y del 2005, recién a partir de octubre del 2006 comenzaron a realizarse tareas concretas de protección en las de jurisdicción provincial ya que algunas son nacionales.
De todos modos faltan poner en marcha engranajes fundamentales: Los planes de manejo para regular las actividades y tareas que allí se realizan, además de la difusión destinada a que los pobladores tomen conciencia de la importancia que esto tiene para su entorno y para la ecología mundial.
Todo comenzó capacitando a 30 personas en temas como flora, fauna, conservación y otros relacionados para cumplir funciones de control, fiscalización y conservación en distintas zonas, de acuerdo con el plan establecido por la Subsecretaría de Medio Ambiente y la Dirección de Conservación y Areas Protegidas.
Los primeros datos de este trabajo, a dos años de su implementación, se los puede empezar a catalogar como alentadores, sobre todo teniendo en cuenta que a la fecha ya se han registrado alrededor de 100 especies que hacía años no habitaban esos lugares, otras que han retornado, además de un descubrimiento de dos especies de lagartos nuevos para la ciencia en la Reserva de San Guillermo.
Esto es de gran relevancia porque no sólo habla de la conservación si no también de la recuperación de cada lugar.
"Comenzar con esta tarea no ha sido fácil, de hecho los refugios de algunas zonas como la de San Guillermo están a más de 3.200 metros de altura y con dificultades para llegar. Todo esto ha significado una gran inversión porque no solo son contratos, sino también obras, camionetas 4×4, equipamiento de comunicación y de los refugios. Este ha significado la primera iniciativa de orden de las actividades que se desarrollan en un área protegida", dice Marcelo Jordán, director de Conservación y Areas protegidas.
Los primeros 12 agentes de conservación empezaron a cumplir funciones de control, fiscalización y conservación en el refugio Jacinto González en la Reserva de Biósfera San Guillermo.
Este refugio fue realizado con la participación de Parques Nacionales, el Obrador Central y la Subsecretaria de Medio ambiente. Luego se puso en funciones el Refugio Lavadero, en el sector sur de la Reserva de Biósfera.
En febrero del 2007 se realizó un nuevo curso y en junio de ese año se contrató a 24 personas más. Estas cumplen actualmente, funciones en las reservas: La Ciénaga, Parque Presidente Sarmiento; Area Protegida Valle Fértil, Paisaje Protegido Loma de las Tapias y Paisaje Protegido localidad de Pedernal.
"El hecho de contar con personal de custodia (que es similar a un guardaparque), en todas las reservas permite no sólo controlar y fiscalizar las actividades que se realizan si no también, efectuar charlas y talleres con las comunidades, tareas de educación y difusión ambiental, relevamiento de flora, fauna e investigación de todos los recursos naturales. Esto nos permite preparar el terreno para comenzar con la segunda etapa que son los planes de manejo de estas áreas", dice Jordán.
Estos planes de acción permitirán establecer los lineamientos básicos que regulan las actividades y tareas que se realizan en las áreas.
"Para nosotros es un gran desafío ya que San Juan solo cuenta con un plan de manejo que es el San Guillermo, pero que aun no está aprobado", dice el director de Conservación y Areas Protegidas.
Son muchos los puntos a abordar para evitar el deterioro que significa el impacto de muchas tareas que lleva adelante el hombre, pero a esta altura de las circunstancias ya nadie duda que es una tarea de todos.

