Su eterno slogan lo define muy bien: "Salta la linda’. Se trata de un destino turístico especial para visitar en cualquier estación del año, en especial invierno, para huir un poco del frío cuyano. Su clima es templado con lugares muy atractivos para pasear, hacer deporte aventura o simplemente disfrutar. Esta provincia respira argentinidad por todos sus poros. Es que hay lugares para disfrutar de las peñas con sus artistas, y esas delicias gastronómicas criollas entre las que sobresale la tradicional empanada salteña.


La ciudad

En un recorrido de la ciudad es esencial visitar la Plaza 9 de Julio, solar elegido por Hernando de Lerma para fundar la ciudad en 1582. A uno de los costados se encuentra la Catedral Basílica, construida a partir de 1858 y que tiene un altar laminado en oro. Allí se encuentran las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, patronos de la ciudad, y el Panteón de las Glorias del Norte, donde reposan- entre otros- los restos del General Martín Miguel de Güemes, héroe de la guerra por la Independencia.

Opuesto a la Catedral y también de cara a la Plaza se encuentra el Cabildo Histórico, que data de los tiempos de la fundación. Es sede del Museo Histórico del Norte.

Hacia el este por calle Caseros, se llega a la Iglesia San Francisco, característica por sus muros terracota y su alta torre. Luego, al Convento San Bernardo, cuyo magnífico portal de algarrobo fue tallado por los aborígenes en 1762.

El recorrido del casco histórico no está completo sin las mansiones coloniales de Uriburu, Arias Rengel, Leguizamón y Hernandez, muchas de ellas hoy devenidas en Museos.

Otra joya arquitectónica es el mercado Artesanal, donde se ofrecen artesanías de distintas regiones de la provincia.

El monumento a Güemes, al pie del cerro San Bernardo, y el Monumento 20 de Febrero, en el norte de la ciudad, son otras tantas obras que se recomienda visitar.

Cafayate

Esta localidad está flanqueada por ríos, médanos y viñedos donde se produce la cepa del torrontés y vive el sol. Poetas y cantores le dedicaron versos a este lugar emblemático de Salta.Dueña de uno de los paisajes más impactantes de Argentina, la Quebrada de Cafayate o de las Conchas descubre una serie de formaciones naturales que resaltan en el camino como la famosa Garganta del Diablo, un cañón profundo y cerrado, cuyo final parece una especie de traquea que incita a subir.

Luego aparecen El Anfiteatro (una formación montañosa con una acústica que favorece hasta al menos entonado), El Sapo, El Fraile, El Obelisco, Los Castillos, cuyos nombres representan lo que parecen ser.

Los Médanos o Dunas, pequeños arenales blancos con composición de mica calcárea (mineral), seduce a los viajeros por las caprichosas figuras que forma el viento, sobre todo cuando se camina a la luz de la luna. Están ubicados a 178 kilómetros desde Salta ciudad.

La quebrada es un rasgo morfológico moderno y se remonta a los movimientos tectónicos que tuvo lugar a fines del período terciario, y más concretamente durante el cuaternario, esto es en los últimos dos millones de años, según geólogos locales.


Cachi

Envuelto por serranías de todos los colores y bendecido por el río Calchaquí, Cachi es un bálsamo para el espíritu. Situado a 157 kilómetros de Salta capital y a 165 de Cafayate, son los dos lugares más visitados de los Valles Calchaquíes. En sus entrañas conserva la identidad de un pueblo apacible donde todos se conocen y protege a más de cien sitios arqueológicos. Aquí, la magia de las noches emerge cuando el silencio se escucha.

A 2.280 metros sobre el nivel del mar recibe a sus visitantes con una esencia particular que lo distingue como un pueblo calchaquí detenido en el tiempo. Con su cumbre siempre blanca, el Nevado de Cachi o "Blanco Peñón de la Soledad" (cuenta con nueve cumbres y la más alta alcanza los 6.720 metros) es uno de sus tesoros que le otorga un marco especial al poblado que congrega a unos seis mil habitantes en todo el departamento.

Para aquellos que quieren visitar esta provincia por primera vez, sin dudas que sus atractivos harán que regresen a pasar unos días de vacaciones en ese paraíso norteño.