En Reino Unido, se echa a perder cerca del 40% de los productos agrícolas frescos porque su aspecto no cumple los estándares, a pesar de que su contenido nutricional sea el mismo; y eso solamente antes de llegar a los supermercados y los hogares de los consumidores, donde se tiran a la basura 7 millones de toneladas al año.
La empresaria londinense Hannah McCollum está intentando acabar con este desperdicio y está aprovechando estas hortalizas que nadie quiere para convertirlas en humus. Actualmente, está llevando a cabo una campaña de micromecenazgo para aumentar su producción y poder aprovechar aún más hortalizas.
McCollum no soporta que se desperdicien los alimentos. Su aversión comenzó al terminar su formación culinaria, cuando empezó a trabajar con empresas de catering en eventos deportivos y fiestas privadas.
"Al final de cada evento, había una cantidad ingente de alimentos que se tiraban: salmón ahumado, filetes, pan, cruasanes, quesos… Raciones enormes, todo a la basura". Después de abandonar el mundo del catering, se hizo cocinera, donde tuvo más voz a la hora de desperdiciar menos alimentos en su cocina.
"Al cocinar para muchas personas, comencé a convertir las sobras en salsas o humus para el día siguiente", recuerda. "A los clientes les encantaba, porque eran sabrosos y coloridos, y una buena manera de aprovechar lo que, de otra forma, habría terminado en la basura".
Fuente: munchies.vice.com