Es importante que quien padece lumbalgia mantenga el mayor grado de actividad que sea posible. Debido a que estudios realizados demuestran que hacer cama retrasa la recuperación y facilita que el dolor reaparezca, no se recomienda reposo en cama, a excepción que la intensidad de los dolores lo haga inevitable. En estos casos el reposo deberá hacerse de manera intermitente, por el tiempo mas corto posible y por no más de dos o tres días.
Después se deberá intentar reemprender las actividades, permaneciendo tan activo como sea posible y aumentando progresivamente el nivel de actividad física en un periodo de días o semanas.
Lo más indicado es caminar, ya que el paseo favorece la recuperación y previene nuevos episodios. Se recomiendan ejercicios de flexibilización, de fortalecimiento sin impacto de los músculos del tronco y de control de la postura. Conviene evitar sobrecargar la espalda, aplicando normas de higiene postural al realizar determinados movimientos y esfuerzos.
En líneas generales la causa más frecuente de la lumbalgia se debe a problemas de la columna vertebral, en la mayoría de los casos no por problemas orgánicos, sino por generar sobreesfuerzos en la musculatura de la zona, por posturas anómalas o por inactividad física.
De todas maneras pueden considerarse dos causas para la aparición de la lumbalgia:
-De origen mecánico: por alteración de las estructuras que forman la columna lumbar, como degeneración del disco vertebral que evita el contacto directo entre las vértebras de la columna; aparición de artrosis en las vértebras lumbares; osteoporosis; alteración de las curvaturas normales de la columna; malas posturas; práctica deportiva sin un entrenamiento adecuado.
La práctica clínica también ha observado que determinados factores psicológicos pueden provocar dolores de la columna en general.
-De origen inflamatorio: tienen su origen en determinadas enfermedades que producen una inflamación de las vértebras, de los tendones o de las articulaciones próximas.
Otras patologías no inflamatorios pero que podrían causar lumbago son las infecciones o los tumores malignos. Estos últimos son muy poco frecuentes.
El tratamiento de la lumbalgia consiste en la administración de analgésicos, como el paracetamol o el ibuprofeno por ejemplo, antiinflamatorios y relajantes musculares durante un máximo de tres meses, tanto una lumbalgia aguda como en las crisis de los casos crónicos.
Hay muchas personas que confunden la lumbalgia con la ciática y la lumbociática, por eso vale la pena hacer las diferenciaciones.
Si el dolor sólo está en la parte baja de la espalda se trata de una lumbalgia. Si sólo duele el muslo y la pierna se lo llama ciática, y si duelen ambos lugares se trata de una lumbociática.
La irradiación de dolor al muslo y a la pierna, generalmente implica el compromiso de raíces nerviosas.
Si el dolor se acompaña de fiebre, si comienza dolor en el muslo, la pierna o el pie, si se produce dificultad en la marcha, pérdida de fuerza o de sensibilidad, pérdida de peso o inapetencia, decaimiento o si el dolor no mejora transcurrida una semana, se deberá consultar con un medico, para evaluar otras posibles complicaciones.

