Las trepadoras son un grupo de rosas cuyos tallos crecen más largos y flexibles. Son espinosos y alcanzan una altura aproximadamente de 5 m. Pero hay que tener en cuenta que a la hora de trepar estas no son como las plantas que se adhieren a las paredes o soportes; a ellas hay que guiarlas, es decir armar los soportes donde puedan apoyarse tales como pérgolas, paredes, alambrados, treillage, etc. Estas plantas son perfectas para decorar y tapizar con facilidad zonas elevadas como pérgolas, espalderas, fachadas y todo tipo de superficies en altura. Además, otro motivo por el cual son tan buscados para decorar exteriores es que la mayoría de rosales trepadores poseen flores perfumadas. Los colores de las rosas son de gran variedad.
Son plantas que florecen en primavera y otoño. A partir de julio es la época de su poda, por lo tanto, esos soportes quedan desnudos de follaje. Todos estos datos son necesarios a la hora de pensar la elección de esa planta que deseas que tape algo en tu hogar.
Hay rosales trepadores reflorescientes que son aquellos que tienen flores de gran tamaño, otros poseen flores pequeñas y otros se presentan en ramillete. Hay rosales trepadores que cuentan con una única floración abundante durante el año. Son los más fuertes y de floración más abundante.
Cuidados de los rosales trepadores
Luz, temperatura y ubicación
Necesitan de una luz solar controlada, por lo que su exposición máxima a lo largo del día no debería superar las seis horas. Es recomendable plantarlo en una zona abierta y que no compitan con otras plantas por la luz del sol.
También es importante saber que, dependiendo de la especie, preferirán lugares con más sombra y en los que el sol sólo afecte a la parte superior de la planta. Por supuesto, para que pueda crecer bien, será necesario que lo coloque sea una zona que pueda trepar (pegado a una pared, valla, pérgola, etc.).
Así, para asegurarte de que lo ubicas correctamente, habla con el profesional de la tienda en la que has comprado el rosal trepador para que te indique los cuidados específicos de la variedad, empezando por su necesidad de luz solar directa y su ubicación.
Riego y abonado
Estas plantas necesitan de cierto grado de humedad, de ahí que sus cuidados puedan parecer exigentes. Evita que el lugar o maceta donde esté plantado tu rosal esté encharcado o seco por falta de riego. Durante el verano, la dosis de riego debe ser abundante y debe realizarse al menos cuatro veces por semana.
Como otras muchas especies, los rosales trepadores necesitan de un abonado abundante a finales de invierno o inicios de primavera, de esta forma se consigue una floración más completa. También puedes fertilizarlos en diciembre, siempre que las condiciones climatológicas sean las adecuadas.
El suelo debe ser rico en materia orgánica y el fertilizante debe tener fósforo, potasio y nitrógeno.
Cómo guiar un rosal trepador
Construye y fija un soporte para tus rosales trepadores: recuerda que los rosales, al no contar con zarcillos con los que agarrarse, deben ser guiados para que se adapten a la superficie deseada. Es muy recomendable que utilices un soporte robusto para evitar que sufra daños debido a su propio peso, más cuando este se incremente en su época de mayor floración.
Una vez hayas elegido la variedad de rosal trepador con la que vas a trabajar, asegúrate de plantarlo un poco alejado de la estructura, pero nunca más de 30 cm. También debes tener en cuenta el clima de tu zona a la hora de plantarlo; si es cálido el rosal debe quedar cubierto al menos 5 cm por encima de la raíz y en el caso de un clima más frío se debe plantar aproximadamente a unos 12 cm.
El primer riego siempre debe ser abundante para ayudar al crecimiento de la planta, al igual que la utilización de abono, pero no olvides que no es recomendable que el tallo esté rodeado de mucho material orgánico. De esta forma evitarás posibles enfermedades.
Ata y ajusta el tallo. Debes encauzar el crecimiento de tu rosal, siempre y cuando los tallos sean lo suficientemente largos para orientar los tallos de la rosa. Te recomiendo que utilices algún cordel o cinta lo suficientemente fuerte para que se mantenga intacta durante el crecimiento del rosal. Eso sí, no aprietes este contra la planta, déjale espacio para que pueda crecer con soltura, pero sin salir de la guía que le has marcado.
La primera poda debe realizarse una vez el rosal haya alcanzado la edad adulta, que suele ser aproximadamente a los 3 años, cuando ya haya cubierto parte del soporte. Aquí el rosal trepador tendrá ya un tallo principal vigoroso del que broten otros laterales para favorecer su floración. La mejor época para podar rosales trepadores es siempre en invierno.