Fotos: Federico Levato y colaboración Gastón Molina, Rubén Zabaleta y Sergio Chávez
Ilustración: Darío Vildoso

Hasta hace poco tiempo, pensar que un estudiante sanjuanino de secundaria llegara a clases, buscara su caja de herramientas con los elementos necesarios y comenzara a armar su propio robot, era parte del guión de una película. Ni que decir de programarlo para que el artefacto en cuestión cumpliese con una simple orden desde el comando del celular o una computadora como dirigirse a tal velocidad, trasladarse hasta tal distancia o girar -por medio de sensores- al llegar a un obstáculo, entre infinitas opciones.

Aunque parezca increíble, todo eso es posible en la provincia.

Si bien vale aclarar que la Robótica no ingresa plenamente a las aulas, ni es parte de los contenidos obligatorios para tener un título del nivel secundario, sí hay pocos, pero buenos ejemplos (ver aparte) de cómo es un saber que va cautivando interesados a pasos agigantados. Por ahora, es un tema que se cuela en las clases de Tecnología si es que el profesor que dicta la materia lo considera pertinente. En cambio, se trabaja en las algunas escuelas técnicas y de manera informal y casi lúdica por medio de talleres o clubes a los que asisten voluntariamente los alumnos ávidos por incursionar en este campo. No hay calificaciones ni mayores incentivos académicos, más que el conocimiento y la innovación tecnológica. Pero es tal el entusiasmo, que las autoridades locales tienen planes para adquirir material específico (unos 240 kits para armar robots) antes que finalice el ciclo lectivo 2017 y capacitar docentes de otros establecimientos para que este "envión" se multiplique no sólo en las aulas con un perfil técnico o industrial sino para los que imparten educación común. Es más, hasta hay una iniciativa para contagiar el interés en la Escuela de Educación Especial Alfredo Fortabat, por medio de herramientas adaptadas a chicos con discapacidad.

 

 

Tanto en el ámbito del Ministerio de Educación como de Ciencia y Técnica consideran que "la Robótica llegó para quedarse porque es la ciencia que abre las puertas del futuro" y que a nivel escolar permite relacionar contenidos no sólo los vinculados a las nuevas tecnologías sino con los de Matemática, Química, Física, Dibujo, Ciencias Naturales, inclusive Lengua o Inglés, entre otras cuestiones como pensamiento lateral, lógica y creatividad. Claro que nada de estas ventajas garantiza que la Robótica se convierta ni en el corto ni en el mediano plazo en una materia más del sistema educativo formal, lo que no quiere decir, que oficialmente no se incentive su aprendizaje.

"Hablar de Robótica no es una moda, es una necesidad tecnológica. Calculo que en los próximos 15 años, seguramente en menos tiempo aún, estos contenidos van a estar presentes absolutamente en todas las actividades cotidianas de una persona, entonces todos vamos a tener que saber manejarlo, como ocurrió en su momento con una calculadora, el microondas, la computadora y hasta el cajero automático. Para eso hay que entender que cuestiones de lógica, programación e innovación no necesariamente van a llegar de la mano de la escuela, si eso pasa en los 6 años que un estudiante transita en la secundaria, en buena hora, tenemos un tema resuelto. Pero si eso no ocurre, hay otros canales para que llegue la información desde propuestas asistemáticas y que de hecho, ya están funcionando como los clubes de ciencia, se aprende en los CAJ (Centros de Actividades Juveniles), en Tec San Juan con Robótica en la Comunidad, etc. No importa por donde llegue el conocimiento, el asunto es que llegue", explica su visión el ministro de Educación, Felipe De los Ríos.

 
Ensamblando piezas

Los primeros pasos en este universo robotizado se dieron en San Juan en el 2014, cuando se tomó la decisión de abrir las puertas de las escuelas a la tecnología de la mano del Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación. Pasó un año hasta que se concretó el programa "Robótica para Educar", por el cuál 19 escuelas técnicas recibieron 190 kits de robótica que entre otros elementos proporcionaba placas de hardware libre, motores, pilas recargables, sensores (infrarrojo, ultrasonido, de voz), leds, ruedas, engranajes y poleas, piezas similares a las del juego Mecano (para el armado de estructuras), destornilladores, llaves, tuercas y arandelas, entre otros. Este equipamiento es clave para trabajar en el ensamblado y automatizado de los robots.

La provincia tuvo el privilegio de ser la primera en todo el país en implementarlo, según remarca Angel Torres, director de Innovación Tecnológica de la Secretaría de Ciencia y Técnica.

Para poder armar robots y hacerlos funcionar casi como si fuese un juego, se tuvo que capacitar a los docentes (dos o tres por las escuelas secundarias públicas y privadas beneficiarias) en aspectos puntuales, ya que involucraba conceptos que muy pocos manejaban dentro del aula. Justamente en este mismo camino es donde se apunta actualmente -a través del Plan Provincial de Actualización y Capacitación Docente en el módulo de TIC- para que los conocimientos básicos se multipliquen. De hecho, en las últimas semanas 320 maestros de primaria de Capital, 9 de Julio, Rawson, Zonda, Pocito y San Martín participaron de un taller sobre competencias digitales, que entre otras cuestiones, introduce al Scarch que no es ni más ni menos que un lenguaje de programación para principiantes fundamental en Robótica por ejemplo. El plan según detallaron el ministro De los Ríos y María Belén Fernández (coordinadora de estas instancias de actualización) continuar con docentes de otros departamentos en un nuevo llamado y también abarcar al nivel secundario, tengan o no, el kit.

"Una vez que el docente aprende, se actualiza, se capacita, va a llevar el conocimiento inevitablemente al aula y a todas las aulas dónde enseña. De todos modos, el mayor demandante es el alumno que está naturalmente involucrado en este cambio tecnológico", indica el ministro.

 

Acciones para llegar más lejos

Consciente de que la capacidad y los recursos materiales son limitados para seguir incursionando en la Robótica y en otras cuestiones que requieren necesariamente de la tecnología, es que el Ministerio de Educación buscó aliados para poder concretar un proyecto por demás auspicioso.

"El aporte de estas herramientas es indiscutido y por ende debe empezar a incorporarlas cuánto antes posible. Para eso, hemos firmado un convenio con el Ministerio de Minería para la compra de tecnología educativa por 14 millones de pesos para el Nivel Inicial. La idea es que trabajen con aulas digitales. Además está en evaluación en el INET (Instituto Nacional de Educación Tecnológica del Ministerio de Educación de la Nación) la adquisición por crédito fiscal de 240 kits de Robótica para 6 escuelas secundarias a las que vamos a considerar cabeceras ya que van a capacitar a los establecimientos cercanos o del entorno y van a compartir y distribuirse entre todas este material para que sea de uso cotidiano y transversal para todas las materias. A fin de año ya se podría ejecutar. La idea es abarcar a más establecimientos no sólo las técnicas sino las de educación común para que la Robótica impacte en todos. Y hay más, con Ciencia y Técnica, avanzamos en dotar a la escuela de Educación Especial de un kit adaptado porque es el modo de incentivar. En ese mismo convenio de 800.000 pesos se incluirá a 14 escuelas Agrotécnicas (públicas y privadas) con drones otros modelos de Robótica- con sensores de precisión para medir temperatura, humedad, detectar plagas, hacer mapeos de zonas, entre otras determinaciones fundamentales para el aprendizaje de la mano de la tecnología que no sólo facilita procesos sino que abre posibilidades", resume De los Ríos.

19 pruebas piloto
En el 2015 llegaron los primeros kits de Robótica a San Juan a las escuelas Boero, EPETs N¦2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, la Nº 1 de Albardón, la Nº1 de Caucete, la Nº1 de Jáchal, la Favaloro, la Obrero Argentino, la General Manuel Savio, la Industrial, los colegio Del Prado, Bernardo Houssay, Andacollo y San José.

Escuelas cabeceras
Antes de fin de año, recibirán 40 kits cada una, las escuelas Epet de Jáchal, de Caucete, la Nº 4 de Capital, la Nº 3 de Rawson, la Nº7 del Barrio Aramburu y la Nº 8 de Santa Lucía para distribuir en establecimientos cercanos interesados en aplicar estos conocimientos.

Para saber más

La Robótica es una ciencia o rama de la tecnología, que estudia el diseño y construcción de máquinas capaces de desempeñar tareas realizadas por el ser humano o que requieren del uso de inteligencia.

Tres buenos ejemplos

La EPET N 4, pioneros y premiados. Faltan adjetivos para calificar al taller de Robótica de esta escuela. Los profesores de los talleres de Electricidad y Carpintería de los 2º años -Rubén Zabaleta, Miguel Parazza, Fabián Pallavicini y Liliana Roldán- incursionaron en el tema con tanto entusiasmo que involucraron a alumnos que quisieran, de todos los cursos, para empezar a armar diferentes robot con posibilidades de hacer un rescate, de transmitir señales vía Skype o reaccionar ante la presencia de humo, solo por citar algunos ejemplos. La iniciativa tuvo varias derivaciones: la teorización de lo aprendido y experimentado por los adultos se volcó en un proyecto teórico que mereció en el 2016 el reconocimiento de la Nación "Maestros Argentinos", lo que se tradujo en un premio de 1 millón de pesos. Con ese dinero equiparon el taller con 40 kits de Robótica (que se sumaron a los 10 que ya tenían), 9 computadoras de última generación, un servidor, una impresora 3-D, entre otra maquinaria para cortar, devastar y hasta pulir porque a ellos les interesa trabajar desde cero cada robot y si es necesario construir las piezas que hacen falta y que no tienen existencia.

A su vez, muchos de esos robots que habían armado recibieron premios en ferias y competencias. Y se animaron a más: con el equipamiento adquirido más los conocimientos, empezaron a soñar con solucionarle la vida a una nena que nació sin ninguno de sus dos brazos. Actualmente trabajan en esta tarea que implica el intercambio con profesionales de diferentes ámbitos fuera de la escuela.

Tal es la revolución que se vive en esas aulas con esta tecnología que los docentes aspiran a que en los próximos ciclos lectivos Robótica sea un nuevo taller obligatorio (avalado por el Ministerio de Educación) y no una propuesta informal. Por eso ahora, como prueba piloto, le proponen a más de 150 alumnos ir a contraturno para aprender más de que se trata y demostrar para qué sirve este conocimiento.

 

En la UCCuyo, los programadores más pequeños. El Congreso de Educación 2016 organizado por la Universidad Católica de Cuyo, en el que las nuevas tecnologías tuvieron un lugar preponderante, fue el último empujón para que la institución incorporarse equipamiento que no solo se lleva eventualmente a las clases de sus diferentes niveles, sino que da sentido a los talleres en los que en principio solo podían participar sus alumnos a partir de los 9 años (se dictan 1 vez por semana durante 2 horas o más, son pagos en todos los casos y los chicos están divididos en niveles por edades). La novedad es que a partir de esta semana estos talleres que se dictan en el Centro Tecnológico de Robótica y Educación se abrieron a interesados, aunque no tengan vínculo alguno con la casa de altos estudios.

"Es emocionante ver a los chicos tirados en el piso encastrando piezas a las que programan para cumplir con funciones determinadas. Para ellos es un juego, para nosotros mucho más que eso. A tal punto llega el interés que hay una alumna de 10 años que se propuso hacer un sistema robotizado con sensores para ayudar a su papá en el riego de la finca de su familia", explica Gastón Molina, docente de Tecnología que ya hizo contacto para llevar a sus alumnos a la competencia nacional Roboliga, en San Luis, el mes próximo.

Del aula al Club en la Industrial. Especies de puentes levadizos o ascensores, sistemas de control para distintos artefactos, un simulador de lavarropa, hasta autos que siguen recorridos con sensores lumínicos son algunos de los prototipos que muestran orgullosos los más de 40 alumnos (de 1º a 5º año) de la Escuela Industrial, que por propia voluntad participan del Club de Robótica, todos los viernes, a contraturno y muchas veces, teniéndose que quedar a comer en el establecimiento. Todo eso lo lograron con los 10 kits que recibieron de la Nación, a los que sumaron otros tantos que donó la Comisión de Recursos de este preuniversitario.

"Algunos conceptos de Robótica, por la orientación de la escuela, se ven en clase en el área Tecnología, pero no era suficiente. Por el interés de los chicos y para seguir aplicando e investigando es que se nos ocurrió canalizarlo por esta propuesta gratuita, libre y no obligatoria. Y la respuesta ha sido promisoria. Sin lugar a dudas la Robótica ha marcado un antes y un después en la escuela, inclusive hemos sumado a exalumnos (que son avanzados en diferentes carreras universitarias) con quienes estamos construyendo nuestra impresora 3 D , entre otros proyectos", cuenta Sergio Chávez, docente encargado del Club, en el que sueñan como gran evento, hacer una carrera de autos con sensores en los patios de la escuela.

Otros lugares para aprender

El auge por la Robótica no se limita a la educación formal. De hecho, el Ministerio de Educación y el de Producción y Desarrollo Económico se asociaron a través de Tec San Juan -Centro de Desarrollo Tecnológico- para dar una posibilidad de aprender robótica, como alternativa de capacitación con vistas a un trabajo. Los talleres se dictan los fines de semana, en distintos horarios y están pensados para interesados desde los 12 años en adelante (de hecho cuenta Gastón Molina, que es coordinador pedagógico del programa "Robótica en la comunidad" que van papás con sus hijos). El programa se desarrolla en todos los departamentos y se aspira alcanzar a 2000 personas por año.