Es obvio que los resultados económicos observados a nivel provincial y nacional de la gestión pública hasta el 2023 tienen un denominador común: el achicamiento de la frontera productiva y la expulsión de trabajadores a la marginalidad laboral, la pobreza y exclusión social.
El mercadólogo Guillermo Olivetto lo profetizó en el 2023 que las políticas implementadas obligaban a los empresarios a "aplicar el ingenio para comercializar en una Argentina con su población con un 60 a 80 % bajo la línea de pobreza". Hoy, es una realidad.
Vale la pena escuchar al arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, quien en las vísperas de la ceremonia de canonización de la beata Mama Antula, que el papa Francisco presidió el pasado domingo 11 de febrero; afirmó a Vatican News: "Mama Antula fue una mujer inquieta, que ojalá nos haga cristianos inquietos, que ojalá nos haga encarnar verdaderamente la Iglesia en salida, como nos lo pide el papa Francisco".
García Cuerva se refirió a la situación social y económica desencadenada en el 2023: donde el Indec estimó la inflación en más del 200 % anual: "No podemos quedar indiferentes, porque para nosotros los índices de pobreza, los índices de indigencia, nos están hablando de rostros concretos, de hermanos concretos que la están pasando muy mal", agregando: "Desde hace años, la Argentina, desgraciadamente, tiene estas cifras y nos tienen que doler en lo más profundo porque, insisto, no son números, son rostros concretos y, como siempre digo, la dirigencia política, empresarial, religiosa, todos tenemos un poco de responsabilidad en haber llegado a este cuadro de situación".