Sólo quien sufre repetidos, punzantes e interminables dolores de cabeza sabe de qué se trata la migraña. Claro que no es una simple cefalea o molestia. Sino una crisis que implica la asociación con otros síntomas que hacen aún más complicada esta patología que no está catalogada como grave y que se puede prevenir. No se cura, pero si se puede tratar para aliviar sus síntomas.
"La migraña es una enfermedad neurológica que se cursa con una crisis recurrente de dolores de cabeza. Estos dolores son pulsátiles (como puntadas), de intensidad moderada a severa, comúnmente unilateral (se siente sólo en un sector del cráneo) y pueden durar hasta 4 horas sin tratamiento. Suele repetirse varias veces en el mes y en casos extremos, como la migraña crónica, se pueden presentar más de 15 veces al mes, en los últimos 3 a 6 meses”, explica Daniel Lucato Morettini, uno de los profesionales del equipo de neurólogos del Hospital Rawson que, por la demanda de pacientes, dio hace unas semanas, una charla informativa abierta a toda la comunidad sobre el tema.
A decir verdad, la migraña es toda esa descripción y mucho más. El Dr. Lucato Morettini detalla que puede presentarse con una fase premonitoria con síntomas que anteceden, en horas o días, al dolor de cabeza propiamente dicho. Cambios de ánimo y de humor, depresión, irritabilidad, falta de sueño (somnolencia), rigidez en la nuca, falta de apetito son algunos de esos síntomas.
En otros casos, se combina con síntomas neurológicos que preceden, acompañan o inclusive pueden continuar después del dolor de cabeza. "Alteraciones en el lenguaje, adormecimientos u hormigueos en las manos, alteraciones en la visión como ver borroso o ver estrellitas volando son algunos de los ejemplos que manifiestan generalmente los pacientes. Pueden durar hasta 60 minutos”, agrega el médico.
Inclusive después de los síntomas más severos pueden aparecer otras secuelas como cansancio, dificultad para concentrarse, hipersensibilidad del cuero cabelludo, euforia, entre otras, que son parte de la enfermedad.
Es más, puede tener complicaciones como la migraña crónica, el estado migrañoso (el dolor de cabeza se extiende por más de 72 horas) y el infarto migrañoso -que se da en un porcentaje mínimo y que provoca ACV-.
Todavía la ciencia médica no logró desentrañar las causas clínicas que originan esta patología que afecta al menos al 20 por ciento de la población mundial, especialmente mujeres jóvenes, según las estadísticas. Sí en cambio, se han podido determinar los factores desencadenantes de las crisis migrañosas, como el stress, la ingesta de alcohol, café y cigarrillos, la mala calidad del sueño, ayunos prolongados, inclusive el consumo de algunos alimentos como quesos o chocolates que afectan. Tener en cuenta estos factores y sumar actividad física moderada y regular, además de un tratamiento de psicoterapia, son claves a la hora de prevenir las migrañas.
"Es fundamental la consulta médica a tiempo para determinar el tratamiento de la migraña que generalmente se hace por medio de medicación analgésica, aunque hay casos más complejos como los estados migrañosos que imponen internación para medicar al paciente por vía endovenosa. De todos modos, en todos los casos, los analgésicos deben ser indicados por un especialista. No automedicarse. Ya que no hay que olvidar que hay muchas crisis de cefaleas y migrañas provocadas por el mal uso y abuso de la medicación”, recomienda el médico que pone el acento en que es fundamental la educación, la identificación de los síntomas y el rol activo del paciente.

