“Este estudio de tendencias de largo plazo me ha permitido encontrar una excelente correlación no lineal entre los escurrimientos observados en el río San Juan y las anomalías de actividad del sol (manchas solares). A su vez he extendido aún más mi análisis a indicadores de sequía tales como el SPEI (que es el Indice Estandarizado de precipitación y evapotranspiración), analizándolo en un punto seleccionado en San Juan, encontrando correlaciones tan altas como del 92% (en el período 1976 y 1994), del 99% (Entre 1995 y 2000) y del 95% (Entre 2009 y 2021) de este indicador SPEI con las anomalías solares”, así resumió a pedido de Suplemento Verde su estudio sobre escurrimiento y su relación con la sequía, el doctor ingeniero Dr. Ing. Oscar Raúl Dölling, quien es Director del Programa Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas, Ingeniería Hidráulica y Ambiental, del Departamento de Ingeniería Civil, de la Facultad de Ingeniería, de la Universidad Nacional de San Juan y consultor proyecto CFI.
Continuó “esto es muy importante porque nos demuestra que el planeta Tierra se comporta como un verdadero acumulador de energía solar, que acumula tanto en el océano como en la atmósfera, energía que proviene del sol y que cada tanto se libera en forma abrupta produciendo los famosos eventos Niño. Esta liberación intensa de energía producida durante los eventos Niño, hace que la atmósfera se caliente en forma considerable, y ocasione diversas anomalías de temperatura y vientos que estamos observando en el 2023 y el 2024 lo que ocasionó diversos fenómenos como: el aumento de lluvias intensas en el verano o las mayores precipitaciones níveas en alta cordillera. Se demostró que en el período 2014-2021 se produjo una fuerte correlación del 67% entre el valor acumulado del indicador oceánico ONI y la anomalía estandarizada de temperatura global para el desfase de T”2 años y se ha encontrado también una muy alta correlación entre el indicador ONI (Oceanic Niño Idex) acumulado y la suma de los días en que se observaron en el sol tormentas electromagnéticas de tipo G1 a G5 dando correlaciones muy fuertes (60%) para rezagos temporales de 3 años.”
MÁS INFO: Mail: odolling @gmail.com – cel : 2646716378
> Recomendaciones para el riego en nuestro oasis
El científico sanjuanino, de vasta experiencia en la temática, y con estudios y becas en el exterior, aseguró a este medio “lo importante de todo esto es que ahora es posible proyectar a futuro las tendencias de largo plazo, tanto de escurrimientos como del indicador de sequía SPEI en cualquier punto o zona de cualquier cuenca del planeta, utilizando como variable explicativa principal las anomalías de manchas solares estandarizadas y sus defasajes temporales adecuados.”
Prosiguió “Y por otro lado ahora sabemos que en el período entre 2014 y 2021 los eventos Niño han explicado el 67% de la acumulación de temperatura en la atmósfera Global. Lo bueno es que a medida que más estudiamos los datos observados, más entendemos las correlaciones entre el sol, la atmósfera y los océanos y entonces podemos pronosticar, en forma mas ajustada, lo que se espera que ocurra en el futuro.
“Además “y el otro concepto importante es que las sequías están relacionados fuertemente con períodos de inactividad solar y por ende, las mismas seguirán existiendo en forma cíclica aunque desfasadas en el tiempo entre 1 y 2 años respecto lo que ocurre en el sol. Esto nos enseña que como sociedad deberemos adaptarnos a estos ciclos solares y que si bien, podremos anticiparnos al menos un par de años a los eventos que sobrevengan, la intensidad de los mismos, sequías, vientos y lluvias intensas, granizos, lejos de disminuir seguirán persistiendo en el tiempo al ritmo que nos marque la propia actividad solar y su interacción con el océano y la atmósfera.”
Informó “esa adaptación pasa en San Juan especialmente por mejorar y hacer mas óptimos nuestros sistemas de riego, tanto a nivel de distribución principal, secundaria y terciaria, como optimizar la entrega del agua en el interior de las fincas. Los últimos estudios de balance que hemos realizado nos ilustran que se produce un 33% de pérdidas en conducción, 10% por evaporación directa y el otro 23% en infiltración (mayormente en canales secundarios y terciarios sin revestir) y en tomas clandestinas, el 67% del agua que si llega a las fincas, internamente se produce un 50% de pérdidas, la mayoría por evaporación e infiltración y el resto porque no se ajusta a la real necesidad de los cultivos, es decir es una pérdida por fallas en la oportunidad del riego.